Represión a la disidencia

La ONU avisa que la vida de la Nobel de la Paz iraní encarcelada corre peligro

El relator que investiga la situación de los derechos humanos en el país persa destaca el alarmante aumento de la pena de muerte tras las protestas por el fallecimiento de Mahsa Amini

La ONU acusa a Irán de "crímenes contra la humanidad" en la represión de las protestas por la muerte de Mahsa Amini

La premio Nobel de la Paz iraní encarcelada, Narges Mohammadi, en una imagen de archivo.

La premio Nobel de la Paz iraní encarcelada, Narges Mohammadi, en una imagen de archivo. / ABEDIN TAHERKENAREH / EFE

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La activista iraní Narges Mohammadi, galardonada con el premio Nobel de la Paz en 2023 y recluida en una prisión de Teherán desde 2016, sufre problemas de salud tan graves que su vida corre peligro, avisó este lunes Javaid Rehman, el relator de la ONU que investiga y documenta la situación de los derechos humanos en Irán durante la presentación de su último informe en el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra. Rehman explicó que Mohammadi, de 51 años, padece graves complicaciones, en particular de problemas cardíacos y pulmonares. El citado informe, publicado el pasado 8 de marzo, acusa a Irán de "crímenes contra la humanidad" en la represión de las protestas por la muerte de Mahsa Amini, la joven que falleció en custodia policial tras ser detenida por no llevar bien colocado el velo islámico.

Mohammadi cumple una sentencia de 10 años de cárcel por su activismo, una labor que compartió con su esposo, quien pasó 14 años en la prisión por razones similares y ahora vive exiliado junto con los dos hijos de ambos.

Rehman también hizo énfasis durante su intervención en el alarmante aumento de la pena de muerte en este país a raíz de las protestas ciudadanas por el fallecimiento de Amini. En total, el año pasado se realizaron 834 ejecuciones, un 43% más que en 2022. Además, la tasa de ejecución de mujeres en Irán se encuentra entre las más elevadas del mundo, con 22 casos en 2023. El año anterior fueron 16 de un total de 24.

Según las informaciones recopiladas por el relator, el 56% de esas muertes fueron por delitos relacionados con drogas. "Es alarmante el número de penas de muerte dictadas al término de procesos que violan el debido proceso y el derecho a un juicio justo, como establece el Convenio Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, del que Irán forma parte", declaró Rehman.

Minorías étnicas y religiosas

Entre los sentenciados, según el informe, están sobrerrepresentados los miembros de minorías étnicas y religiosas. Rehman señaló que dos grupos han sido blanco de ejecuciones y asesinatos extrajudiciales por parte de fuerzas estatales iraníes: los porteadores kurdos y los transportadores de combustible baluchis que cruzan fronteras, a los que Irán trata de traficantes.

Varios países mostraron su preocupación por este incremento en la pena capital e instaron a Teherán a aprobar una moratoria sobre las ejecuciones. "Muchos detenidos han denunciado que las autoridades recurren a la tortura y a la violencia sexual y de género para arrancar confesiones que sirven de base para condenarles a muerte", señaló la embajadora de EEUU, Michele Taylor. "Irán continúa intimidando, maltratando y encarcelando a activistas de derechos humanos, periodistas, abogados, miembros de minorías religiosas, figuras culturales y disidentes políticos", añadió Taylor, haciéndose eco de las denuncias de varias delegaciones, incluidas las de la Unión Europea, el Reino Unido y ciertos países latinoamericanos como Argentina.

La delegación de Irán ante la ONU en Ginebra respondió a estas acusaciones recordando que ni siquiera reconoce el mandato de Rehman, al que el Gobierno no ha permitido visitar el país para realizar sus investigaciones en el terreno. A su juicio, el informe presentado ante el Consejo de Derechos Humanos tiene el único objetivo de "alimentar la agenda" de los países occidentales contra Irán y rechazó la idea de que se renueve un año más la misión del relator, lo que varios países ya han dicho que aceptarán ante el deterioro de la situación en la nación islámica.

Informe de Teherán

Horas antes de la sesión en Ginebra, Teherán presentó el domingo por la noche un informe que defiende que Amini murió por causas naturales y culpa a los países occidentales de alentar las posteriores protestas, en las que según el régimen murieron 202 personas pero según oenegés internacionales y la ONU fueron más del doble.

Según la investigación, publicada en la página de la presidencia iraní, Amini fue detenida en Teherán por "incumplir la ley del hiyab" y fue trasladada a un centro de reeducación "para enseñarle lo necesario al respecto (sobre el velo)", donde se cayó de repente al suelo. "Lamentablemente murió debido a una insuficiencia orgánica múltiple causada por una hipoxia cerebral" y "no a causa de golpes a la cabeza u órganos vitales", indicó el informe gubernamental, que concuerda con la autopsia oficial realizada en octubre de 2022.