Elecciones en Rusia

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Vladímir Putin se reúne con Xi Jinping en Pekín

Vladímir Putin se reúne con Xi Jinping en Pekín / GRIGORY SYSOYEV / SPUTNIK

Adrián Foncillas

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De China ha recibido Vladímir Putin las felicitaciones que Occidente le ha escatimado. Su victoria, sostiene Pekín, es el "pleno reflejo del apoyo del pueblo ruso". Lo sugieren las cifras: ha ganado las elecciones con un 87% de los votos, según la agencia estatal rusa RIA. Ocurre que Bruselas y Washington han recordado que unos comicios sin oposición no son libres ni justos sino una farsa y una parodia.

Ha pasado por alto esos detalles China. "En los últimos años, el pueblo ruso se ha unido para superar los retos y avanzar por la vía del desarrollo nacional y la revitalización. Estoy seguro de que, bajo tu liderazgo, Rusia conseguirá éxitos aún mayores", le ha comunicado Xi Jinping a su homólogo y "viejo amigo", según la televisión pública. "China le confiere una gran relevancia a las relaciones sino-rusas y desea mantener las comunicaciones para promover un desarrollo bilateral saludable, estable y profundo", ha continuado.

Xi y Putin se han reunido en 42 ocasiones durante la última década, un probable récord de la diplomacia global. Son más que suficientes para apuntalar lo que ambos definen de "profunda amistad". El embajador chino en Moscú, Zhang Hanhui, desveló recientemente que están preparado "varias" reuniones para este año, cuando las relaciones diplomáticas cumplen su 75 aniversario, y es seguro que Xi ocupará el centro del escenario en la cumbre que celebrarán los BRICS en la ciudad rusa de Kazán en octubre. El grupo de economías en desarrollo cuenta desde este año con cuatro nuevos integrantes (Irán, Etiopía, Egipto y Emiratos Árabes Unidos). En él confían Pekín y Moscú para contrarrestar el secular liderazgo occidental que ahora representa el G7.

Afinidades económicas

Putin había alabado a su vecino el domingo y pronosticado un futuro en común esplendoroso. "Lo más importante es que coincidan nuestros intereses estatales porque en las relaciones internacionales se crea un buen tono para resolver problemas", afirmó, según la agencia rusa TASS. También --añadió-- les une la transición del patrón productivo: "La estructura de la economía china está virando hacia la innovación, y nosotros estamos ejecutando exactamente la misma tarea".

No faltaron turbulencias entre China y la antigua URSS. A los aliados socialistas les separó la geopolítica y Mao ordenó a su pueblo que excavara refugios subterráneos cuando un pleito sobre unas anodinas islas le hizo temer un ataque nuclear. En los últimos años, sin embargo, disfrutan de una afinidad sin precedentes. Las sanciones occidentales han empujado a Moscú hacía Pekín y el Sur Global.

China y Rusia comparten sus lamentos por el viejo orden liderado por Occidente y, más en concreto, por los movimientos militares en sus fronteras. Sus intercambios comerciales alcanzaron los 240.000 millones de dólares el pasado año cuando los pronósticos más optimistas hablaban de 200.000 millones. "Es un nuevo paradigma de relaciones entre grandes países, que difiere de la obsoleta mentalidad de la Guerra Fría, y que no busca una alianza, ni la confrontación, ni los ataques a terceros países", reivindicó recientemente el líder de la diplomacia china, Wang Yi. El gas natural ruso calienta los hogares chinos y los coches chinos corren por las carreteras rusas, ejemplificó.

Su relación no es un cheque en blanco por más que Putin y Xi hablaran de una sociedad "sin límites" en las vísperas de la invasión de Ucrania. China no ha auxiliado a Moscú en la guerra y ha advertido a Putin en varias ocasiones de que no recurra al arma nuclear.

Pretende China ganar terreno en la escena global con el probable regreso del aislacionismo de Trump y sabe que su cercanía a Rusia asusta a Europa. No son raros estos días los analistas chinos que sugieren adelgazar los vínculos y, quizás por eso, la noticia de la victoria de Putin ha recibido este lunes un espacio sorprendentemente pequeño en la prensa nacional.