Comicios en el país vecino

Portugal acude a las urnas sin mayorías claras y con la amenaza de la ultraderecha

Portugal asume un retraso de dos años y sobrecoste de 3.000 millones en el AVE

El nuevo líder de los socialistas lusos confía en consolidar junto a Sánchez una "visión progresista" en Europa

El líder del Partido Social Demócrata, Luis Montenegro, en un mitin de campaña.

El líder del Partido Social Demócrata, Luis Montenegro, en un mitin de campaña. / ZED JAMESON / BLOMMBERG

Lucas Font

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Portugal acude a las urnas este domingo en unas elecciones legislativas sin mayorías claras. Los últimos sondeos apuntan a una ajustada victoria de la coalición de derecha Alianza Democrática (AD) frente a un Partido Socialista (PS) que sigue confiando en mantenerse en el Gobierno, a pesar de la inesperada dimisión de António Costa como primer ministro el pasado noviembre. La apresurada salida de Costa, tras su vinculación con un presunto caso de corrupción, ha acabado con la cómoda mayoría absoluta obtenida hace apenas dos años y ha dado alas a Chega, el partido de extrema derecha, que se consolidará como tercera fuerza en el Parlamento, según los pronósticos.

El último gran sondeo, publicado por la televisión pública RTP y por el diario Público en la recta final de la campaña, da la victoria a AD con el 34% de los votos. La coalición, formada por el Partido Social Demócrata (PSD) –el principal partido de la oposición– junto a los partidos de derechas CDS y PPM, confía en lograr el apoyo suficiente para poder gobernar junto a Iniciativa Liberal, partido que irrumpió en el Parlamento como cuarta fuerza política en 2022. El líder del PSD y candidato de AD, Luís Montenegro, ha tratado de convencer a los electores con bajadas de impuestos y con un plan de respuesta para reducir las largas listas de espera en la sanidad pública.

Los socialistas, en segunda posición en las encuestas con cerca de un 28% de los votos, siguen dispuestos a dar batalla y confían en captar el voto útil de la izquierda en la recta final de la campaña. Su líder, el exministro de Infraestructuras Pedro Nuno Santos, ha agitado el fantasma de la austeridad del último Gobierno de centroderecha, comandado por el exprimer ministro Pedro Passos Coelho, y ha apelado al voto para su partido para frenar a la ultraderecha. “Los avances de otros partidos sólo se pueden detener si ganamos las elecciones”, ha afirmado Santos en el último día de campaña. La estrategia del voto útil ya les funcionó en 2022, cuando consiguieron captar a una buena parte del electorado de izquierdas a costa de sus antiguos socios parlamentarios, el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista Portugués.

El escenario en esta ocasión es mucho más adverso para los socialistas, con un tablero político más escorado a la derecha. Los ultraderechistas de Chega han experimentado un ascenso meteórico desde su fundación hace poco más de cinco años. Del pírrico 1,29% de los votos obtenido en 2019 podrían pasar al 16% de los apoyos en esta ocasión, en gran parte gracias a su discurso populista y contra la corrupción. Tanto el caso que acabó con el Gobierno de Costa como el reciente escándalo en el Gobierno autónomo de Madeira, que provocó la dimisión del presidente del archipiélago –el socialdemócrata Miguel Albuquerque– han activado el voto de protesta de un electorado cansado con los partidos tradicionales.

Mantener el apoyo

Los socialistas confían, sin embargo, en mantener el apoyo de los electores gracias a la buena gestión económica del Gobierno en los últimos ocho años, marcada por el crecimiento económico, la mejora de los salarios y la contención de la inflación por debajo de la registrada por muchos de sus socios europeos. Santos ha contado con el apoyo de Costa en varios actos de campaña esta última semana, algo que da buena muestra de los intentos de los socialistas por defender esta gestión, a pesar de que el proceso que ha salpicado al exprimer ministro –que investiga presuntas irregularidades en la concesión de proyectos empresariales y energéticos– sigue adelante en los tribunales.

Los socialistas tienen previsto formar Gobierno en caso de ganar las elecciones, pero las previsiones de un Parlamento controlado por la derecha abren la puerta a que se produzca un escenario parecido al de 2015, cuando el perdedor de las elecciones (en ese caso, el propio Partido Socialista) logró un acuerdo con los partidos de izquierdas para desbancar al Gobierno del PSD. En esta ocasión podrían ser los partidos de derecha los que sumen sus votos para acabar con un hipotético Ejecutivo socialista en minoría.

El líder de Chega, André Ventura, ha asegurado que su partido sólo ofrecerá sus votos a AD a cambio de ministerios, pero Montenegro ha rechazado la posibilidad de incluir a la ultraderecha en un hipotético Gobierno y ha insistido en que sólo gobernará si gana las elecciones. La gran duda que sigue sin resolver es si el líder de centroderecha será capaz de aguantar la presión de los miembros de su propio partido que sí defienden un acuerdo con Chega en caso de que su apoyo sea necesario tras los comicios. “Si hay una mayoría parlamentaria de derechas, estoy convencido al 99% de que habrá un Gobierno de derechas”, ha afirmado esta semana un desafiante Ventura. “Si alguien tiene que apartarse no será la derecha, será Luís Montenegro”.

El líder de AD ha hecho un llamamiento al voto útil para evitar este escenario y consolidar su apuesta por un Gobierno de centroderecha sin Chega, aunque el resultado final dependerá en gran parte de lo que decidan el 16% de electores que seguían indecisos a pocas horas de la apertura de los colegios electorales. Unos votantes que acuden a las urnas por tercera vez en poco más de cinco años, con una sensación de cansancio y de hartazgo, y que ya volaron por los aires todas las predicciones en 2022 con sus decisiones de última hora. 

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