Consulta electoral

Los irlandeses rechazan la reforma constitucional que desvincula a la mujer de los “deberes del hogar”

El Sinn Féin reclama a Londres y a Dublín que reabra el debate sobre la reunificación de Irlanda

El resultado de la consulta electoral constituye un duro revés para el Ejecutivo de Leo Varadkar

El primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, en una reunión del Partido Popular Europeo en Rumanía.

El primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, en una reunión del Partido Popular Europeo en Rumanía. / ANDRÉI PUGNOVSCHI / BLOOMBERG

Lucas Font

Lucas Font

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los irlandeses han rechazado de forma clara la reforma constitucional que proponía desvincular el papel de la mujer con los deberes del hogar y modificar la definición de familia para desvincularla del matrimonio. Los resultados del referéndum, celebrado este viernes y publicados este sábado, han dado una clara victoria a los partidarios del ‘no’, en lo que ha sido un duro revés para el Gobierno irlandés y para el primer ministro, Leo Varadkar. “"Era nuestra responsabilidad convencer a la mayoría de la gente de que votara por el 'sí' y está claro que no lo conseguimos", ha dicho Varadkar tras conocer los primeros resultados. Las dos modificaciones han sido rechazadas con cerca de un 70% de los votos, frente a un 30% de votos a favor.

La primera propuesta del Ejecutivo apostaba por cambiar el artículo que obliga al Estado a "custodiar con especial cuidado la institución del matrimonio, en la que se fundamenta la familia, y a protegerla contra cualquier ataque" para incorporar que el núcleo familiar también puede basarse en “otras relaciones duraderas”. En la segunda, los irlandeses debían pronunciarse sobre la modificación de los artículos que señalan que el Estado debe procurar que las madres “no se vean obligadas por necesidad económica a dedicarse al trabajo, descuidando las tareas del hogar”. En su lugar, el Ejecutivo proponía especificar que el Estado “reconoce que la prestación de cuidados, por parte de los miembros de una familia entre sí en razón de los vínculos que existen entre ellos, proporciona a la sociedad un apoyo sin el cual no puede alcanzarse el bien común”.

Influencia de la Iglesia

El objetivo del Gobierno con su apoyo a la reforma, así como de los principales partidos parlamentarios, ha sido el de dejar atrás el lenguaje “anticuado” y “sexista” –en palabras de Varadkar– que sigue presente en la Constitución del país, redactada en 1937 bajo una fuerte influencia de la Iglesia católica. Pero una parte significativa del electorado ha rechazado las modificaciones, en gran parte debido a la campaña que algunas organizaciones han llevado a cabo para denunciar que las propuestas no iban lo suficientemente lejos. En el caso de la reforma sobre el papel de la mujer en el hogar, sus detractores han lamentado que deje la prestación de cuidados en manos de los “miembros de una familia”, descuidando el derecho de las personas dependientes a recibir el apoyo explícito del Estado

Unas críticas a las que ya se sumó el principal partido de la oposición, el Sinn Féin, a pesar de que finalmente hizo campaña a favor del ‘sí’. Su presidenta, Mary Lou McDonald, ha asegurado este sábado que el Gobierno "se ha quedado corto en cuanto a la redacción sobre los cuidados" y ha lamentado la "falta de claridad" en la nueva formulación del artículo, lo cual considera que ha contribuido al rechazo generalizado de la población. En el caso de la reforma para desvincular la familia del matrimonio e incluir “otras relaciones duraderas”, algunos de sus detractores señalaron la dificultad para definir una relación duradera en términos legales. 

Baja participación

El rechazo a las dos propuestas ha supuesto un duro golpe para el Ejecutivo, que confiaba en lograr un nuevo avance en materia de igualdad con esta reforma. Las encuestas apuntaban a una victoria del ‘sí’, aunque también alertaban de los riesgos de una baja participación. Finalmente, este último pronóstico se ha cumplido: tan solo un 43% de los electores han acudido a las urnas, según los primeros cálculos de la televisión pública RTE. Los malos datos de participación contrastan con los obtenidos en otros referéndums relevantes celebrados en los últimos años, como el que aprobó la legalización del aborto, que contó con una asistencia a las urnas del 64%. 

Los defensores del ‘no’ han celebrado el rechazo de unas propuestas que han calificado de “imprudente experimentación social”. El senador Michael McDowell, exviceprimer ministro del país, ha reconocido que muchos de los que han apoyado mantener los artículos en su redacción actual no comparten los mismos argumentos, pero ha señalado que “el pueblo es soberano” y que “cada voto es tan válido como cualquier otro”. A pesar de la derrota, el viceprimer ministro, Michéal Martin, ha descartado la posibilidad de convocar una nueva consulta sobre esta materia en esta legislatura. “El pueblo se ha pronunciado rotundamente respecto a las dos proposiciones. Así que, desde luego, no se producirá [otro referéndum] con este Gobierno. Ahora depende de otros partidos políticos".