Protestas de campesinos

La rabia del campo salpica a Macron en un accidentado Salón de la Agricultura

El presidente francés vive la inauguración más acalorada de este tradicional evento desde su llegada al Elíseo en 2017

Protestas en el campo: Burocracia, relevo generacional, PAC... Los agricultores explican sus motivos

Agricultores enfadados irrunmpen en un acto de Macron

Agricultores enfadados irrunmpen en un acto de Macron / REUTERS/Stephanie Lecocq

Enric Bonet

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El presidente francés, Emmanuel Macron, ha vivido este sábado la inauguración más acalorada del Salón de la Agricultura desde el inicio de su presidencia. Este evento anual del sector primario en París —todo un acontecimiento, que reúne más de 600.000 asistentes— ha arrancado marcado por la actual oleada de protestas de campesinos en Europa. Desde primera hora de la mañana, esta rabia del campo ha resultado palpable con decenas de agricultores que han roto varios cordones de seguridad y han entrado en el recinto antes de su apertura oficial (a las 9 horas), y poco después de la llegada del jefe del Estado.

Empujones, gritos de “Macron dimisión”, enfrentamientos en modo melé entre campesinos y antidisturbios, degradaciones en los estands de grandes empresas alimentarias como Lactalis… Estas escenas se han reproducido durante toda la mañana y el mediodía. Tras un debate improvisado y algo caótico con delegados de varios sindicatos agropecuarios, el presidente ha podido cortar la cinta pasada la una del mediodía, cuatro horas más tarde de la hora en que estaba prevista la inauguración. Lo ha hecho bajo los silbidos y gritos de “estiércol” y “vete” de los campesinos indignados presentes en una parte del salón, donde impidieron el acceso a los periodistas y el público.

“No responderemos en unas pocas horas a la crisis agrícola”, ha reconocido Macron, quien no ha podido inaugurar en unas condiciones normales este evento por primera vez desde su llegada al Elíseo en 2017. Para intentar calmar esta rabia del campo, el dirigente centrista ha anunciado el establecimiento de precios mínimos para “proteger los ingresos agrícolas”. También ha prometido un plan "urgente" de tesorería a partir de la semana que viene en aras de ayudar a aquellos productores con una situación financiera más delicada.

Macron propone precios mínimos

Después de que los cortes de carreteras y otras acciones de protesta se multiplicaron por toda Francia a finales de enero, el Ejecutivo macronista hizo una serie de concesiones a las organizaciones agropecuarias, como la supresión de un plan de disminución en el uso de pesticidas, la renuncia a la eliminación de una subvención sobre el diésel rural o la derogación de la obligación de un 4% de las tierras en barbecho. También prometió incluir en la ley la noción de “soberanía alimentaria”. Pero ninguna de esas propuestas aportaba una solución al “problema de fondo”, según ha reconocido el mismo Macron, de este malestar agrícola: los bajos ingresos en una profesión tan desigual como precarizada

El presidente ha formulado este sábado las primeras medidas con que pretende responder a este empobrecimiento de los campesinos, con unos ingresos medios inferiores al salario mínimo y que dependen de las ayudas nacionales y europeas. El porcentaje de productores primarios que viven por debajo del umbral de la pobreza en Francia es del 18%, claramente superior al 13% en el conjunto de los trabajadores. La propuesta estrella de Macron para responder a este problema es fijar unos “precios mínimos”, basados en los costes de producción, en cada filial del sector. Curiosamente, en noviembre ya se había votado en la Asamblea Nacional una medida parecida propuesta por la izquierda y entonces no salió adelante por los votos en contra de la coalición macronista.

Con estas concesiones, ¿logrará Macron calmar la indignación de los agricultores? Teniendo en cuenta el ambiente de este sábado en el Salón de la Agricultura, no le resultará nada fácil. “Hacía mucho tiempo que advertíamos de que no podríamos retener a los miembros de la base y esto es lo que ha sucedido esta mañana”, afirma Philippe Almaric, de 59 años, miembro de la FNSEA, principal sindicato agropecuario. Este productor de ajos, maíz y girasoles, con unos ingresos mensuales de 1.500 euros, critica que el presidente “siempre anuncia muchas medidas, pero estas tardan en aplicarse y tampoco vemos cómo se ejecutan localmente”, en declaraciones a EL PERIÓDICO desde el gran Parque de Exposiciones, en el suroeste de París.

“Solo nos han prometido medias medidas”

“Hace más de un mes que nos manifestamos y solo nos han prometido medias medidas. No han hecho nada convincente para que podamos vivir dignamente de nuestro trabajo”, lamentaba Jean-Michel, un granjero de vacas, mientras comía en uno de los estands con su mujer, también ganadera. “Cuando empecé a trabajar como ganadero hace 40 años, me pagaban 25 francos, es decir, unos 4 euros, por un kilo de carne, en 2019 el precio había bajado a 3,50 euros”, se quejaba este campesino, quien asegura disponer de unos ingresos mensuales de 1.500 euros “que reparto con mi mujer”. Una precariedad económica que representa el principal motor de las actuales movilizaciones.

Tras una pausa en los cortes de carreteras a principios de febrero, los agricultores franceses retomaron estas acciones hace una semana con la mirada puesta en el Salón de la Agricultura, que concluirá el 3 de marzo. Decenas de campesinos llegaron con sus tractores el viernes en la capital francesa y acamparon cerca de donde se celebra el evento.

La víspera de la inauguración ya se había calentado el ambiente debido a la polémica a raíz de un debate, finalmente anulado, en que Macron debía discutir con campesinos, representantes de la gran distribución y asociaciones ecologistas. Fuentes del Elíseo indicaron a la prensa que en esa discusión participaría el colectivo Sublevación de la Tierra, muy crítico con la agricultura industrial. Lo que provocó que los dirigentes de la FNSEA decidieran boicotear ese acto. 

“Desmiento totalmente esta información. Totalmente”, ha declarado por la mañana Macron sobre la hipotética invitación a la organización ecologista, partidaria de la desobediencia civil y que el Gobierno intentó ilegalizar el año pasado, aunque la justicia lo impidió. Unas horas más tarde, sin embargo, la Sublevación de la Tierra ha dicho en un comunicado que representantes macronistas intentaron ponerse en contacto con ellos para invitarles al polémico debate. Este accidentado Salón de la Agricultura no solo refleja el malestar del campo, sino que amenaza con dañar la imagen y la credibilidad del presidente.