Guerra en el este de Europa

Carmen Claudín, historiadora e investigadora asociada del CIDOB: "Occidente tiene que acelerar al máximo el ingreso de Ucrania en la UE y la OTAN"

Cuando se cumplen dos años de la invasión de gran alcance del país eslavo por parte de Rusia, EL PERIÓDICO analiza de la mano de expertos las claves de un conflicto sin final a la vista

Félix Arteaga (Instituto Elcano): "En una guerra de desgaste como la de Ucrania, el que tiene más medios y recursos es el ganador"

Directo | Última hora de la invasión rusa de Ucrania

Carmen Claudín, investigadora sénior asociada del CIDOB, posa para la entrevista.

Carmen Claudín, investigadora sénior asociada del CIDOB, posa para la entrevista. / JORDI OTIX

Laura Puig

Laura Puig

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Carmen Claudín (Atlatlahucan, México, 1949) es una de las mayores expertas en Rusia y el espacio postsoviético de España. Historiadora e investigadora sénior asociada del CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs), donde anteriormente fue directora de investigación y directora adjunta, residió durante parte de su infancia en Moscú y toda su vida ha estado vinculada a esta región del mundo, donde ha viajado profusamente y ha participado como observadora en procesos electorales en Azerbaiyán, Tayikistán, Rusia, Bielorrusia o Ucrania. Analiza para EL PERIÓDICO los dos años de la "guerra de gran alcance" emprendida por Vladímir Putin contra Ucrania

¿Cómo definiría el actual momento del conflicto?

Estamos en un tiempo de espera, con una situación militar que se parece a la guerra de posiciones de la Primera Guerra Mundial, donde cada lado avanza unos metros y poco más y la ocupación de un pueblo u otro no tiene mayor valor estratégico. Es una guerra de posiciones que no responde a un plan táctico de alguno de los dos bandos, sino que es una situación que se ha creado porque las fuerzas en presencia no dan para más. Pero todo está aún demasiado abierto.

¿Cuál sería un escenario de victoria para Ucrania?

Los ucranianos, por ahora, no ofrecen otra definición que no sea la recuperación total del territorio en sus fronteras de 1991. O sea, incluyendo todo el Donbás y Crimea. No quieren ni oír hablar de ceder una parte del territorio. De hecho, los estudios de opinión pública muestran que entre el 80% y el 90% de la población está en contra de la hipótesis de territorio por paz. Que eso sea realista o no es otra cosa. En octubre estuve en Ucrania y pude comprobar que nadie está dispuesto a rendirse.

¿Pero no empieza a haber cierta fatiga entre la población tras dos años de guerra, en los que no ha habido apenas rotación en el frente?

Las dos realidades pueden coexistir. Los soldados quieren ser reemplazados y además se están quedando sin municiones. Y de eso la sociedad civil es consciente. Por eso se ha movilizado y expertos, analistas y activistas están constantemente viajando para explicar, sobre todo a la UE y EEUU, esta situación y la necesidad no ya de mantener sino incluso de reforzar la ayuda económica y, sobre todo, militar. Ellos están dispuestos a luchar hasta el final, pero si no les damos los recursos la fatiga será más fuerte que las ganas de no rendirse. Y entonces a lo mejor se llegará a una situación en que se vean abocados a aceptar condiciones de rendición absolutamente indignas. Y de eso nosotros seríamos cómplices.

¿Y para Rusia, cuál sería una situación victoriosa?

El Kremlin ha ido cambiando los objetivos a medida que la situación sobre el terreno no ha respondido a sus expectativas. Cuando lanzó su invasión, Putin pensó que iba a ser un paseo militar hasta Lviv, que derrocaría a Zelenski y establecería una situación beneficiosa para Rusia. Después, pasó a centrarse en recuperar todo el Donbás y, posteriormente, se puso el objetivo de ocupar toda la denominada "Nueva Rusia", es decir, establecer una franja del Donbás hasta Odesa y, por ende, obstruir el acceso de Ucrania al mar Negro y crear una continuidad territorial con Crimea.

¿Y cuál sería hoy el escenario?

Putin lo apuntó en la entrevista con Tucker Carlson. Vino a decir que él ya estaría dispuesto a firmar la paz, a negociar con lo logrado hasta este momento.

Hace un año, escribió que la idea de que Kiev podría ganar la guerra no era "impensable". ¿Lo mantiene?

Ya sé que es una idea algo loca, pero no lo descarto. Y de todas formas, aunque una parte del territorio, mucho menor de la actual, quede en manos de los rusos, Ucrania habrá ganado la guerra porque habrá demostrado que Rusia no puede hacer lo que quiere.

Quién hubiera dicho que aguantarían dos años…

Exacto, nadie daba un duro por ellos. Ha sido impresionante la movilización de la sociedad civil. Para mí esto es ya una gran victoria. Desde un principio dije que Putin ya ha perdido porque no ha ganado. O sea, al cabo de una semana, de un mes, ya había perdido, para él ha sido una bofetada al gran orgullo ruso.

Zelenski ha relevado recientemente al jefe de las Fuerzas Armadas. ¿Este cambio responde a discrepancias entre ambos sobre el modo de enfrentar a Rusia?

No he conseguido hablar con amigos ucranianos para conocer las interioridades de este tema, pero en cualquier caso puede ser debido a cierto desacuerdo mutuo y, a la vez, a la necesidad de una rotación como mínimo en la cúpula militar. Lo que a mí me llama la atención, sobre todo, es que este relevo se ha discutido públicamente, sin ningún tipo de censura.

Según la Constitución ucraniana, el día 31 de marzo deberían celebrarse elecciones presidenciales. ¿Hay alguna perspectiva de que vaya a cumplirse el plazo?

Este es otro de los grandes debates públicos. La inmensa mayoría de la gente con la que he hablado se opone a estas elecciones porque no se dan las condiciones.

A los países aliados les cuesta cada vez más aprobar ayudas para Ucrania. ¿Puede el país eslavo aguantar el empuje del Ejército ruso sin estos recursos?

Muy difícilmente. Ucrania está en una situación muy desesperada. El descenso del apoyo de EEUU ha sido brutal y muy concentrado en poco tiempo. Eso quiere decir que toda la esperanza de Ucrania se concentra en la Unión Europea. Nuestra ayuda es una condición sine qua non para su victoria o, al menos, para llegar a la mesa de negociaciones en condiciones. Tenemos que ser conscientes de que somos responsables de la vida de nuestros vecinos, a quienes podríamos ayudar con un aumento sustancial de apoyo militar. Durante demasiado tiempo hemos prometido armamento que han llegado seis meses después.

¿Hacia dónde cree que va a evolucionar la guerra?

No lo sé, y no creo que nadie pueda saberlo. Hay un factor abierto, que es la situación interna en Rusia, cómo va a evolucionar. Es evidente que Putin, de momento, tiene o parece tenerlo todo atado y bien atado, pero hay que matizar esos apoyos. Si de repente el número de muertos en el frente empieza a subir de forma drástica, cosa que ya está ocurriendo, crece el movimiento de las madres de los soldados, y se producen situaciones de inestabilidad como la de Buratia, no sabemos qué tipo de situación se puede crear en Rusia. Y aunque es ilusorio pensar que un movimiento de masas puede mover el poder, creo que se puede dar una situación lo bastante turbulenta para que la élite alrededor de Putin empiece a preocuparse por la estabilidad del apoyo al poder. 

Cuesta pensar que con la ley del miedo impuesta por Putin pueda haber alguien dispuesto siquiera a pensar en prescindir de él.

Tendría que haber un minigolpe de palacio. De todas formas, un contacto cercano al establishment ruso me dijo que más bien ve un futuro 'a la Franco', que Putin morirá en su cama siendo presidente.

¿Cómo influiría en la guerra una victoria de Trump en Estados Unidos?

Sería un desastre para la humanidad. Pero teniendo en cuenta lo imprevisible que es no sabemos a qué atenernos. Quizás un día se despierta pensando que quiere apoyar a los ucranianos. Ellos lo saben y hacen lo posible por cultivar los contactos con los republicanos.

¿Se han resentido los equilibrios geopolíticos a causa de este conflicto?

Esta guerra ha hecho que todo el tablero internacional haya empezado a moverse. Hasta el 24 de febrero de 2022, la situación no era muy buena, pero era bastante predecible. Tanto era así que los americanos estaban ya prácticamente saliendo de Europa y mirando hacia China. Y de repente, Putin entra en Ucrania, algo que pilló por sorpresa al mundo entero. Pero la respuesta de los occidentales ha estado muy por debajo de lo que la situación exigía.Y eso envía un mensaje peligrosísimo a todos los pequeños dictadorzuelos, de los que hay muchos alrededor del mundo.

O sea, que estamos en un mundo mucho más inseguro.

Totalmente. Muchísimo más inseguro, más abierto a que cualquier loco con un mínimo de poder pueda hacer cosas que antes eran impensables. En Occidente nos hemos convertido en unos apoltronados, acomodados, con sobrepeso de bienestar. Nuestras reacciones son lentas. Y eso manda muchos mensajes de envalentonamiento a un montón de gente, como los iraníes, los norcoreanos, los hutíes…

¿Qué debería hacer, entonces, Occidente?

Hay que acelerar al máximo el ingreso de Ucrania en la UE y en la OTAN. Ya no podemos ser solo prudentes, hay que decidirse por pasos mucho más contundentes. Se podría buscar una fórmula especial para Ucrania y darle más peso, que el vínculo fuera más estrecho. Que Rusia tenga realmente la sensación de que está luchando con Occidente. Hasta ahora, en sus respuestas, Occidente siempre ha estado por debajo del nivel de las provocaciones de Rusia.

¿Qué opina de la muerte del opositor Alekséi Navalni en prisión?

Ha sido un asesinato aunque se demuestre que haya muerto por otras causas como una crisis cardíaca porque le han impuesto unas condiciones debido a las cuales su muerte estaba casi cantada. Además, nunca, jamás, ni él ni ninguno de los otros opositores rusos importantes que están en la cárcel han tenido acceso a ningún tipo de control médico.

¿Es realista pensar en que se pueda armar una nueva oposición en Rusia tras esta muerte?

No lo creo porque dentro del país toda la oposición activa está en la cárcel. Vladímir Kará-Murzá e Ilia Yashin tal vez serán las próximas víctimas del Kremlin. Como mucho, espero que la muerte de Navalni ayude a consolidar la cohesión de la oposición en el exilio. 

¿Hasta dónde está dispuesto a llegar Putin?

Hasta donde sea necesario. No tiene freno. Diría que no opino que pueda llegar a atacar a un país de la OTAN, como podría ser uno de los bálticos, pero a la vista de lo que ha ocurrido no es descartable. Pero yo creo que ahora el sueño más húmedo de Putin es ocupar toda Ucrania.