Perfil de una líder asiática

Sheikh Hasina, líder hegemónica en Bangladés con un cuarto mandato consecutivo

El ascenso de Hasina comenzó con el asesinato de su padre en 1975 durante un golpe de Estado que eliminó a buena parte de su familia

Hasina gana las elecciones en Bangladés

La guerra de Gaza, al minuto

Sheikh Hasina.

Sheikh Hasina. / INDRANIL MUKHERJEE / AFP

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Sheikh Hasina, la hija del "padre fundador" de Bangladés, revalidó este lunes su férreo dominio sobre la política del país asiático al hacerse con una aplastante victoria en las elecciones generales de este domingo, boicoteadas por la oposición y marcadas por una baja participación. La Liga Awami de Hasina obtuvo 223 de los 299 escaños parlamentarios en liza, afirmó este lunes la Comisión Electoral, señalando una amplia victoria de la 'dama de hierro' que se daba por asegurada tanto por la ausencia de candidatos opositores como por el control que mantiene desde 1981 sobre la formación fundada por su progenitor y 'padre de la nación', Sheikh Mujibur Rahman.

"He luchado mucho por el derecho al voto, sufrido la encarcelación, tortura y he tenido que enfrentarme a ataques con bombas y granadas, pero pude devolver al pueblo el derecho al voto", afirmó Hasina el pasado domingo ante los medios de comunicación tras depositar su papeleta. Una frase que resume la percepción de la primera ministra de su propia carrera, tras acumular tres mandatos seguidos desde 2008 y gobernar por primera vez entre 1996 y 2001, y que está destinada ahora a dirigir este país de 169 millones de habitantes por cuarta vez consecutiva.

Trayectoria política

En línea con la establecida tradición política en el mundo asiático, donde las esposas o hijas han asumido con frecuencia el liderazgo político del partido que dirigían sus maridos o padres a la muerte de éstos, el ascenso de Hasina comenzó con el asesinato de su padre en 1975 durante un golpe de Estado que eliminó a buena parte de su familia. Hasina, de 76 años de edad y heredera de esta figura clave en la independencia de Bangladés frente a Pakistán, forjó sus redes de seguidores desde el exilio en Nueva Delhi.

La actual primera ministra regresó a Bangladés en 1981, donde unió fuerzas con la que se convertiría en su gran rival ahora excluida de la política, Khaleda Zia. Zia, primera ministra en tres ocasiones y dirigente del opositor Partido Nacionalista de Bangladés (BNP), languidece hoy tras ser condenada por corrupción en 2017, a medio camino entre hospitales y el arresto domiciliario. "Volví a casa en un tiempo en el que los asesinos de mis padres y criminales de guerra se encontraban en el poder en el país (…) mi camino no ha sido fácil", reflexionó hoy Hasina, en sus primeros comentarios públicos tras hacerse con la victoria.

Las dos mujeres pusieron en marcha una revuelta popular en 1990 que acabó destronando al dictador militar Mohamed Ershad, abriendo paso a la democracia, pero también a una rivalidad histórica: de ahí su lucha histórica por el derecho al voto de la que Hasina se vanaglorió ayer. La dirigente de la Liga Awami accedió al poder por primera vez en 1996 en una época en la que "las dos begums", título honorífico por el que son conocidas en este país musulmán, todavía se turnaban en el poder. Pero la hegemonía de Hasina no comenzó hasta 2008, tras un periodo de excepción de dos años con un régimen interino tutelado por el Ejército en el poder. Mucho ha cambiado en Bangladés desde aquella victoria, cuando la actual gobernante prometió dar espacio a la oposición y traer una nueva cultura política en unos resultados rechazados por la oposición. Al tiempo que reivindicó su pedigrí democrático, Hasina calificó este domingo al BNP de Zia de "terrorista" debido al boicot opositor a los comicios.

Relativo éxito económico

El BNP y Jamaat-e-Islami, la formación islamista más grande del país, "han comenzado ahora a atacar a los votantes, un indicio claro de cómo están denegando al pueblo el derecho al voto", acusó ayer la Liga Awami en la red social X. En el haber de Hasina está una historia de éxito económico y reducción de la pobreza, cuya tasa rondaba según el Banco Mundial el 12 % en 2010 y que decreció hasta el 5 % en 2022. Un prestigio que se extiende también a la escena internacional por su decisión de dar refugio a más de un millón de rohinyás, incluyendo unos 774.000 que huyeron en 2017 de una ofensiva del Ejército en su Birmania natal calificada de intento de genocidio. Pero sus críticos le reprochan el deterioro democrático de Bangladés debido a sus tendencias autoritarias, así como los graves abusos de los derechos humanos como asesinatos extrajudiciales y desapariciones forzosas ocurridos durante su Gobierno. El BNP y buena parte de la oposición han boicoteado los comicios ante la negativa de Hasina de disolver su Gobierno y formar una administración interina, y la principal formación de la oposición ha denunciado además el arresto de más de 24.000 líderes y activistas en los meses previos a los comicios. "Lo que ocurrió no fueron unas elecciones, sino una vergüenza para las aspiraciones democráticas de Bangladés", zanjó en la red social X el hijo mayor de Zia y presidente interino del BNP, Tarique Rahman, exiliado en Londres desde 2008 tras ser condenado en múltiples casos