La ultraderecha en el Gobierno

Javier Milei usa datos falsos para justificar sus medidas extremas en Argentina

Milei jura como presidente en medio de fuertes expectativas y zozobras

Javier Milei, la sorprendente radicalización ideológica en Argentina

El nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, durante la jura del cargo.

El nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, durante la jura del cargo. / Emiliano Lasalvia / AFP

Abel Gilbert

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Javier Milei tuvo su primer día formal de gestión. El recién elegido presidente de Argentina reunió a sus ministros en la sede del Ejecutivo para definir la puesta en marcha de un programa económico que, como ya anunció al asumir el cargo, será durísimo, un "mal trago" con la forma electrizante del 'shock'.

"Se vienen tiempos de cambios, que serán complejos", dijo este lunes el flamante portavoz presidencial, Manuel Adorni, al referirse al inminente ajuste. Privatizaciones y un ahorro de dinero estatal superior a los 20.000 millones de euros. La expectativa es enorme. Los mercados funcionan con restructuraciones. Lo que se sabe de antemano es que las medidas acelerarán la carrera de los precios y una nueva ola de inflación, con su consiguiente impacto en el paro y la pobreza, actualmente del 45%. El Gobierno de ultraderecha considera que es el único remedio necesario y que cuenta con la legitimidad que le han dado las urnas.

"Motosierra", le gritaron sus seguidores durante el discurso dominical, convencidos de que esa amarga verdad, simbolizada en la poda sin contemplaciones, descargará su furia contra el Estado o "la casta política" y no en sus bolsillos. En el marco del traspaso de mando se vendieron casacas con la leyenda "no hay plata (dinero)" y la misma imagen de la motosierra a un precio aproximado de ocho euros que habla desde el comienzo de esta era de la distancia entre los dichos y los hechos.

Datos refutados

Sobre una tarima, el presidente dedicó su alocución inaugural a justificar ese programa. Lo hizo utilizando un lenguaje técnico y números que de inmediato fueron refutados. Como ocurrió en el Brasil de Jair Bolsonaro, a las fake news de la campaña electoral se le añadieron los datos falsos. El presidente aseguró que Argentina se encuentra en una hiperinflación "plantada" por la administración peronista saliente, del orden del 300% en 2023 y que, de no seguirse el camino que ha diseñado, este país se convertirá en un calco de la Venezuela de "Chávez y Maduro", con una inflación del 15.000%.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), cuyas autoridades acaban de ser ratificadas por el Gobierno entrante, debido a su probidad, ha medido una inflación anual de 142%, una cifra muy alta y flagelante, pero que es menos de la mitad que la comunicada por el presidente. El efecto que han provocado esos números ha sido inmediato en la economía diaria: los comercios comenzaron a actualizar sus precios, las tiendas online de productos electrónicos pusieron en pausa sus artículos para adecuarse a las nuevas referencias y proyecciones comunicadas sin apego al rigor metodológico. Los especialistas calculan que diciembre terminará con un aumento del coste de la vida cercano al 30%.

El gasto del Estado

El mandatario responsabilizó al peronismo de dejar como herencia un déficit fiscal del 17% del PIB. Argentina negoció con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un déficit fiscal primario del 1,9%. El ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, gastó mucho más de lo pautado para llegar con chances a la contienda. Se calcula que el desbalance de las cuentas públicas es del 4%, muy lejos de los números que Milei soltó frente a sus invitados internacionales y para todo el país.

Al hablar de la cuestión de la seguridad urbana, dijo que Argentina es "un baño de sangre" y que hay que cauterizar ese cuerpo dañado por la delincuencia y el narcotráfico. Los conocedores del tema señalan que la ciudad de Rosario, de la que es oriunda Leo Messi, atraviesa una situación excepcional por la combinación de ambos problemas y su condición de puerto por el que se envía la droga a Europa. Las estadísticas de la Oficina de Naciones Unidas para las Drogas y el Delito consignan no obstante que la tasa nacional de homicidios pasó del 5,2% en 2019 al 4,3% el año pasado, mientras que en Venezuela fue del 40,5%, Brasil, un 21,3%, Colombia, 25,7% y Ecuador 44,9%. Milei no hizo otra cosa que darle con esas palabras alejadas de la comprobación, vía a libre a su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, adalid de la mano dura y admiradora de la experiencia salvadoreña.

Pandemia y corralito

El crecimiento de la figura de Milei no ha estado disociado de lo que ocurrió en pandemia. El presidente fue uno de los más estridentes cuestionadores de la cuarentena. Durante aquellos meses de desasosiego, dijo, "si los argentinos hubieran hecho lo que hizo la media de los países del mundo, hubiéramos tenido 30.000 muertos". E ironizó: "gracias al Estado que nos cuida y a su ineficiencia, 130.000 argentinos perdieron la vida". Sin embargo, la cantidad de decesos por cada 100.000 habitantes como consecuencia del Covid-19 fue menor a las de Brasil, Chile, México y Perú.

También aseguró que si Argentina no hubiera salido de la senda de la paridad entre el peso y el dólar, a comienzos de 2002, los habitantes de este país tendrían salarios de 3.500 dólares promedio. El esquema monetario estalló por los aires por el peso de la deuda externa que obligó a confiscar los fondos de los ahorristas. El "corralito financiero" detonó la explosión social que puso fin a una década neoliberal. Veinte años es mucho tiempo en un país con crisis recurrentes. Las nuevas generaciones que votaron a Milei solo pueden enterarse de lo ocurrido por sus padres.

Revolución conservadora

De acuerdo con Carlos Pagni, analista del diario La Nación, la asunción de Milei "desplegó un espectáculo visual y conceptual al que la Argentina está poco acostumbrada". Por un lado, "un discurso de derecha, economicista, mucho más nítido que el que caracterizó el paso de Mauricio Macri por el poder". Del otro, una voluntad reformista que "podría emparentar a Milei con Cristina Kirchner" aunque, "de sentido contrario". La Libertad Avanza expresa a su criterio "un estilo desconcertante: el de una revolución conservadora que se manifestó ayer con gestos y palabras".

A la vez, el mandatario entrante, con sus glosas bíblicas y su acercamiento al judaísmo ortodoxo, al que solo le falta la ceremonia de conversión, postula "una legitimidad sobrenatural y, por lo tanto, inapelable" al plan "de salvación" que ha puesto en movimiento y que "bordea lo religioso". Pagni, uno de los columnistas más leídos en este país, se pregunta "qué tratamiento merecerá el que se atreva a desafiar esos misteriosos designios".

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