Relevo en Argentina

Milei el libertario

Argentina: Javier Milei inicia su presidencia arropado por la ultraderecha global

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Felipe VI se reúne con Javier Milei en la Cancillería argentina

Felipe VI se reúne con Javier Milei en la Cancillería argentina / EFE

Rafael Vilasanjuan

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Argentina asoma a una nueva etapa tras el triunfo de Javier Milei y la derrota de los partidos tradicionales. A este lado del Atlántico sorprende la llegada al poder de un candidato que llegó a hacer campaña mostrando una sierra eléctrica, que condenó a su compatriota el papa Francisco como el representante del diablo en la tierra y a su vecino brasileño el presidente Lula, como un radical comunista. Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, este tipo de déspotas radicales han dejado de esconder su deriva autoritaria para ganar elecciones. Argentina, un laboratorio social que avanzó con Perón en las políticas populistas, abre ahora esa misma senda con un dirigente que cuestiona el orden existente y un sistema en el que los ciudadanos han dejado de creer.

Milei reemplaza al peronista Alberto Fernández, que ha dejado el país en cueros, con una inflación del 150%, un crecimiento económico negativo y 4 de cada 10 ciudadanos por debajo de la línea de la pobreza. En este escenario no es sorprendente que haya salido elegido un candidato extravagante que se define como libertario y que pretende poner el sistema patas arriba. Pero ahora que ya manda en la Casa Rosada la incertidumbre es si va a ser la solución.

Metidos en una montaña rusa, no sabemos si este relevo va a afrontar una subida lenta o un descenso vertiginoso y directo a los abismos. Sin duda le han votado los que creen que el sistema ya no funciona, pero con sus propuestas de privatizar desde el petróleo a la salud y la educación apunta a que se van a beneficiar precisamente a los mas poderosos del sistema. Su propuesta radical, que propone introducir el dólar como moneda propia, es más un riesgo que una posibilidad. Antes de conseguirlo tiene que arreglar su economía, y eso pasa por renegociar con sus principales proveedores y donantes, empezando por países como Brasil y China, sus principales clientes y acreedores. Tal vez la realidad tempere sus ánimos libertarios, que por ahora solo hacen pensar lo peor.

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