Guerra en Ucrania

HRW acusa a Rusia de "crímenes de guerra" por sus ataques contra más de 3.400 escuelas en Ucrania

Un hombre y su hijo contemplan los escombros de un colegio atacado por las fuerzas rusas en Járkov.

Un hombre y su hijo contemplan los escombros de un colegio atacado por las fuerzas rusas en Járkov. / SADAK SOUI / CONTACTO / EUROPA PRESS

Irene Savio

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Desde el inicio de la invasión rusa de gran escala de Ucrania hace casi 21 meses, Rusia ha realizado ataques indiscriminados (principalmente, ataques aéreos, bombardeos de artillería y ataques con cohetes) contra escuelas que "no se usaban para fines militares". Esta es una de las principales conclusiones de un nuevo informe difundido este jueves por Human Right Watch (HRW) sobre el impacto de la guerra en la educación de menores, un análisis en el que también se reconoce, aunque en muy menor medida, el uso por parte de Ucrania de centros educativos por parte de las tropas de Kiev.

El documento, que analiza principalmente la situación en la regiones de Kiev, Chernihiv, Járkov y Mikolaiev, constata las devastadoras consecuencias de la guerra para el acceso a la educación de los niños ucranianos. Una realidad que también supone un embargo sobre el futuro de estos niños, ya que la repercusión psicológica y la devastación provocada a las infraestructuras "requerirá grandes recursos y tiempo". 

Los números esgrimidos por HRW son demoledores. "El Gobierno ucraniano informó que desde febrero de 2022 hasta octubre de 2023, 3.428 instalaciones educativas habían resultado dañadas y 365 destruidas", afirma el organismo, que además señala que si bien Ucrania ha hecho esfuerzos para minimizar el impacto en estos niños, no hay constancia de que Rusia ha actuado en esta dirección. 

Crímenes de guerra

Con este preámbulo, HRW achaca principalmente a Moscú la responsabilidad por los daños infligidos. Se ha usado "con frecuencia" a "colegios y guarderías para acampar a sus soldados" y estacionar "vehículos militares y otros equipos en los patios de las escuelas", puntualiza el organismo.

“En algunos casos”, continúa la organización no gubernamental, “los utilizaron como instalaciones médicas o para detener a civiles”, e incluso incendiaron y saquearon estas estructuras. Con ello, se produjeron despojos de “ordenadores, televisores, pizarras electrónicas y otros equipos escolares, así como sistemas de calefacción”, tanto durante la ocupación como en el momento de la retirada [de las tropas rusas de zonas retomadas por los ucranianos]”. 

Estos son “crímenes de guerras”, asevera HRW, al poner también como ejemplo el caso de una escuela en Borodianka, que los rusos usaron como posición para disparar contra los ucranianos. En su visita al lugar, los investigadores de HRW vieron los “graves daños causados” allí “por el fuego de respuesta ucraniano, incluidos dos impactos directos”, así como graffitis antiucranianos e incluso “una bandera con una esvástica nazi”. 

Reconstrucción lenta

"Regresar a la escuela fue extremadamente perturbador. Era imposible contener las lágrimas. Lo que ellos [las fuerzas rusas] dejaron atrás cuando se marcharon fue horrible. En un habitación había sangre en las paredes", contó la directora del centro Inna Romaniuk a HRW. El organismo también reconoce “en muy pocos casos, escuelas que estaban siendo utilizadas por las fuerzas ucranianas, lo que las habría convertido en objetivos militares legítimos”, tal y cual establece el derecho internacional humanitario (DIH).

Al hilo de este razonamiento, la organización ha recalcado la grave impacto negativo para el bienestar de los niños, también para su salud mental. “La mayoría de los padres han informado de síntomas de estrés en sus hijos, como deterioro de la calidad y duración del sueño, problemas de concentración y dificultades de comunicación”, dice la organización al citar una encuesta realizada por el grupo ucraniano Cedos con las fundaciones SavED y la Fundación Internacional Renaissance entre diciembre de 2022 y enero de 2023.

Y el futuro también se anuncia duro, aunque la situación es bastante dispar según la zona del país. En el área de Kiev, por ejemplo, “el Ministerio de Educación y Ciencia de Ucrania informó en enero de 2023 que se estaban restaurando 87 instalaciones educativas destruidas (o el 71% del total)”, subraya HRW. En cambio, en Járkov, la reconstrucción de escuelas dañadas ha sido “mucho más lenta debido a la prolongada ocupación rusa y las hostilidades en curso”. Razón por la que “en enero de 2023 solo se habían reparado 13 de las 296 escuelas afectadas”.