ENTREVISTA

Francisco Sagasti, expresidente de Perú: "Ha habido un exceso de represión en las protestas"

El ex mandatario peruano advierte de que un éxodo de ciudadanos de su país no visto desde los años ochenta

Francisco Sagasti, expresidente de Perú.

Francisco Sagasti, expresidente de Perú. / EFE

Mario Saavedra

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En España hay censados cerca de 270.000 peruanos. La cifra ha crecido sustancialmente en los últimos años, en que el país vive una crisis política permanente: cinco presidentes en solo cuatro años. El último, Pedro Castillo, sigue en la cárcel, después de intentar lo que sus oponentes definen como un “autogolpe de Estado” el pasado mes de diciembre. 

Su predecesor, el centrista Francisco Sagasti (Lima, 1944), que gobernó el país entre 2020 y 2021, atiende a este periódico en la sede del Club de Madrid, una organización que reúne a más de 100 ex jefes de Estado y de Gobierno. Con él hablamos de la situación política del país latinoamericano.

Veo que es cierto lo que dicen que usted se parece a Don Quijote… 

Sí, pero un Quijote práctico. No me quedé en las historias de caballería. Hay que tener ideas, imaginación y mirar al futuro, pero con los pies en la tierra. Asegurarse de que las ideas que uno tiene para mejorar nuestra vida se puedan poner en práctica en el corto plazo. No basta con quijotadas. 

¿Está Perú en un momento de desestructuración política? 

En general, no solo en Perú, hay un proceso en el que los partidos políticos han perdido el papel de intermediación entre los ciudadanos y el ejercicio del poder que tenían tradicionalmente. Estamos en un proceso de desintermediación política, y los partidos en general no juegan el papel que tenían en el pasado. 

Pedro Castillo sigue en prisión, nueve meses después de su destitución. ¿Cómo valora lo que ocurrió [su detención tras disolver el Congreso de Perú y decretar un Gobierno de excepción]?

Es evidente que su ejercicio del poder y de la autoridad política no se ajustó a ninguno de los cánones democráticos institucionales y de honestidad. 

¿Fue un autogolpe, desde su punto de vista?

Definitivamente. 

Su sustituta, Dina Boluarte, se enfrenta a una investigación de la Fiscalía por reprimir las protestas de los que apoyaban a Castillo…

No son solamente de los que apoyan a Castillo. Eran protestas mucho más amplias: unos se referían a la situación del expresidente, otros expresaban su insatisfacción por varios otros temas bastante complejos. Y ahí es evidente que hubo un exceso de represión. 

¿Cree que se van a convocar elecciones? 

No lo sé. Esa es una de las propuestas que yo mismo planteé hace más de año y medio. Me parece una salida, aunque algunos consideran que añadiría aún más inestabilidad. A mi juicio, no es ese el caso. Yo creo que ya tenemos un nivel de estabilidad lo suficientemente grande como para que una nueva elección general, con un nuevo Congreso y con una nueva presidencia, sea una salida razonable. 

¿Qué importancia tiene la pugna entre Estados Unidos y China en lo que pasa en Perú? China tendrá el primer puerto de América Latina, el de Chancay, por ejemplo…

Yo creo que hay mucho más ruido de lo que realmente hay. Es un factor importante, pero Perú es solo uno de varios lugares del mundo afectados por la pugna económica, política y, en mucho menor medida, militar, entre China y Estados Unidos. Pero yo no lo veo como un problema para Perú, en la medida en que tengamos gobiernos que sepan cómo utilizar el posicionamiento de nuestro país en este nuevo escenario geopolítico. No se debe aceptar nada de ninguna potencia que involucre un recorte del espacio de decisiones políticas nacionales. 

¿Cuál es el principal problema de Perú: la pobreza, la corrupción o la inestabilidad política?

Están interrelacionados, no hay forma de separarlos. No se puede resolver el tema de la pobreza sin tratar al mismo tiempo el tema de la seguridad ciudadana o de la desigualdad. La recaudación del Estado en el Perú es muy escasa como para poder cumplir con el mínimo de prestación de servicios sociales y de seguridad. En este momento, la inseguridad está pasando una gran factura.

La inseguridad ciudadana…

El año pasado se fueron de Perú 400.000 personas de forma permanente. ¿Quiénes son los que se han ido? Normalmente se van los jóvenes, los más capaces, los mejor preparados. Eso nos crea un serio problema tanto del sector público como del sector privado y la sociedad civil. Vamos perdiendo a las personas que más podrían contribuir en el futuro. 

¿Está en máximos ese éxodo? 

No veíamos algo así desde la segunda mitad de los 80, en la época del terrorismo y la hiperinflación. Está empezando a ser comparable. Espero que no siga así.

En España hay algo más de un cuarto de millón de peruanos censados. ¿Qué esperanzas les daría sobre Perú

Viendo cómo es España, creo que su regreso tendría muchísimo que contribuir a Perú: por su propia experiencia y su trabajo en el país. Y yo espero que entren en la vida política activa. Uno de los problemas que tenemos es que la política está copada por personas sin escrúpulos, sin interés en el bien común, con intereses puramente personales y hasta mezquinos en algunos casos, y han convertido la política en gris. 

La Unión Europea está repitiendo últimamente que América Latina es, esta vez sí, su prioridad. Dicen que es la región más “eurocompatible”. 

Es el socio natural de Europa y también de Estados Unidos. Desde el punto de vista cultural, desde el geopolítico, de los ecursos, de la compatibilidad, de la cultura… Además, es la región mejor dotada del mundo en términos de recursos físicos. Muchas veces he dicho que América del Sur en general y Perú en particular tienen "diversidad de diversidades". Compare usted a América del Sur con África, Oriente Próximo o el sur de Asia. Tenemos diversidad biológica y de ecosistemas, de fuentes de energía, de fuentes de agua, de suelos, de minerales, diversidad de pesquerías, diversidad cultural… 

Parece que el foco que se puso en la última cumbre UE con América Latina fue la garantía del suministro de materias primas… 

No es solo eso. Hablamos un solo idioma, “portuñol”, desde el Río Grande hasta la Patagonia. Y todavía tenemos unos 15 o 20 años de “dividendo demográfico”, en el que la población en edad de trabajar es mayor que la población dependiente. Por eso en este momento sería estratégico mirar América Latina con la perspectiva de llegar a acuerdos de todo tipo: culturales, científicos, de inversión, comerciales, sociales. Es una oportunidad de oro para Europa. Deberían crearse programas de cooperación científica, tecnológica entre Europa y América del Sur, y entre Estados Unidos, Canadá y América del Sur. Eso no lo va a hacer China.