Colapso en la frontera de Pakistán al cumplirse el plazo para la expulsión de refugiados afganos indocumentados

La palabra emergencia define la situación que se está viviendo este jueves en la frontera de Pakistán, tras cumplirse el plazo para la expulsión del país de todos los migrantes en situación irregular. Una orden que afecta especialmente a los ciudadanos afganos. El Gobierno paquistaní puso el uno de noviembre como fecha límite para que los 1,7 millones de personas provenientes de Afganistán que viven indocumentados abandonasen el territorio.

Mientras el colapso se apodera del paso fronterizo de Pakistán, miles de afganos están malviviendo, sin apenas alimentos ni agua, intentando volver a su país de origen, del cual huyeron y enfrentándose a posibles detenciones y expulsiones forzadas por las autoridades de Islamabad.

''Para proteger el bienestar y la seguridad de los nacionales tras un fuerte aumento de los atentados''. Así es como el Gobierno paquistaní defendió la decisión de deportar millones de personas, pasando por alto la inconformidad de la ONU.

Estados Unidos también se pronunció ante la medida e instó a Pakistán a proteger a los afganos que busquen asilo. "Animamos ardientemente a los países vecinos de Afganistán, incluido Pakistán, a permitir la entrada de ciudadanos de Afganistán en busca de protección internacional y a coordinarse con las organizaciones humanitarias internacionales para aportarles ayuda", declaró el portavoz del departamento de Estado norteamericano, Matthew Miller.

Éxodo masivo

En las últimas décadas, un gran número de ciudadanos afganos han emigrado a Pakistán, huyendo de conflictos violentos. Desde la toma de poder del Gobierno talibán en agosto de 2021, aproximadamente 600.000 personas llegaron al país.

La situación de colapso actual en la frontera de Pakistán recuerda a la de la huida del país hace unos años. Miles de personas formando una fila en Torkham, el paso fronterizo entre Afganistán y Pakistán más transitado. En total, más de 29.000 migrantes cruzando la frontera por diferentes puntos de paso.

"Es realmente difícil para las autoridades mantener a tantos inmigrantes en la frontera, la situación es similar a la de una emergencia, a causa de la saturación de las facilidades, centenares de familias pasan la noche a la intemperie a la espera de cruzar el paso que divide ambos países", informó Turab Khan, un funcionario del límite entre los dos países.

Ante la magnitud del éxodo, las autoridades afganas de la frontera se han visto desbordadas. En un intento de gestionar todas las entradas, la situación se ha vuelto abrumadora para el Gobierno del país. La frustración describe a los recién llegados, viéndose obligados a esperar varios días antes de poder completar el registro. Sin ningún lugar donde resguardarse y con escasas reservas de agua, comida y medicinas.

Cierran las escuelas

"No vamos a volver a casa porque mi educación en Afganistán se detendría por completo", declaró una adolescente afgana de 14 años, que la agencia AFP no identificó por motivos de seguridad. "Nuestro padre nos dijo que aunque las autoridades paquistaníes lo detengan, no debemos irnos", añadió.

A partir de este lunes, varias escuelas para niños y niñas afganos en Pakistán comenzaron a cerrar debido a la creciente preocupación de las familias por las inminentes deportaciones de los migrantes en situación irregular a sus países de origen.

Las jóvenes afganas que están estudiando en Pakistán y se ven obligadas a regresar a su país, se enfrentan a una realidad desalentadora: las niñas no tienen permitido continuar su educación después de la escuela primaria. La libertad y los derechos de cada una de ellas se esfuman al cruzar esa frontera, cerrándose las puertas de la educación, la dignidad y sobre todo el significado de la palabra mujer en toda su amplitud.