Entrevista

La presión social y la economía, un lastre para la igualdad en los países árabes

Jordania emprende una ofensiva contra las libertades y el periodismo

Raghda Kurdi durante la entrevista.

Raghda Kurdi durante la entrevista. / Ana Pruit

Begoña González

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La presencia de mujeres en el mercado laboral en los países árabes es hasta un 24% inferior a la media mundial, afirmó el pasado año durante uno de los encuentros de la COP27 en Sharm el Sheij, la directora de la Oficina Regional de ONU Mujeres para esta región, Susanne Mikhail. Un año más tarde, la situación ha avanzado realmente poco. 

"Las mujeres cuando entran en el mundo laboral, avanzan y triunfan hasta que tienen una familia, es entonces cuando se espera que su atención se centre en el ámbito familiar", asegura a EL PERIÓDICO Raghda Kurdi, representante del Arab International Women's Forum. "La presión social lleva a muchas mujeres a abandonar sus carreras de forma prematura", afirma la exgerente de una empresa de manufacturas farmacéuticas en Jordania. Según su propia experiencia al frente de una compañía, la salud económica del país es lo que determina el grado de integración de la mujer en el ámbito laboral. 

"No es factible con un salario bajo, pagar un transporte al trabajo, una niñera o una guardería. Las mujeres sienten que no vale la pena todo el sacrificio que invierten. Pierden demasiado ellas y sus familias", asegura Kurdi. La exempresaria es, sobre todo, conocedora de las leyes económicas y laborales que rigen su país, Jordania, y asegura que aunque existen buenas políticas de maternidad, la conciliación sigue siendo muy complicada. "Esta situación se repite en el resto de países árabes con economías débiles. En cambio, en los países árabes con mejor economía, como en los países del Golfo, (Arabia Saudí, Qatar, Emiratos Árabes Unidos), la recompensa justifica el sacrificio. Por eso las mujeres allí hacen más carrera, porque pueden asumir el transporte, los cuidados de los niños mientras ellas trabajan, etc. El salario justifica la inversión", afirma la ponente invitada por el Instituto Europeo del Mediterráneo (IEMed) a un ciclo de conferencias organizado junto a la Unió per la Mediterrània que tuvo lugar la semana pasada en el Palau de Pedralbes de Barcelona. En los países del Golfo, hasta un 32% de las empresas familiares cuentan con alguna mujer en sus juntas directivas, según datos recogidos por la revista digital especializada 'Trade Finance Global'.

Más educación

Las mujeres en la región de Oriente Próximo y Norte de África representan el 57% de los graduados universitarios, superando las cifras de países como Estados Unidos, según un informe reciente del centro de investigación Brookings. De entre ellos, Jordania es uno de los países árabes con mejores tasas de educación femenina. "Las mujeres jordanas tienen unos niveles altísimos de formación, pero las condiciones económicas no les permiten seguir adelante", asegura Kurdi. En ese sentido, asegura que "si la economía va bien, este abandono se vuelve menos frecuente o al menos no tan prematuro, pero cuando la economía no va bien, la sociedad se vuelve más conservadora y tradicional. Da la espalda a las mujeres", reflexiona la exempresaria. 

A medida que las mujeres árabes han ido alcanzando niveles de educación más altos, también se han ido derribando algunas de las barreras de género que impedían que se dedicaran a profesiones tradicionalmente masculinas. Aunque cada vez hay más presencia femenina en puestos de liderazgo de alto nivel en varios sectores, incluidos finanzas, aviación, negocios, tecnología o investigación, este panorama de abandono prematuro del mundo laboral causa todavía un vacío del género en puestos de responsabilidad. "Hay que dar a las mujeres más herramientas de gestión para permitirles salir adelante en estos momentos de menor desarrollo económico para que no renuncien al trabajo por la familia. Sólo así romperemos los techos de cristal que hay actualmente", afirma. Solo un panorama económico favorable permitirá que las mujeres puedan delegar algunas de las tareas del cuidado familiar en terceras personas. "La economía debe mejorar para que avancemos socialmente", zanja Kurdi.