Energía atómica

La oposición surcoreana traslada al director de la AIEA su descontento por el plan de vertido de Fukushima

El director de la agencia, Rafael Mariano Grossi, sostiene que la iniciativa cumple con los estándares del grupo, pero entiende la inquietud

Polémica en Japón por el vertido al mar de aguas contaminadas de radiación de Fukushima

Polémica en Japón por el vertido al mar de aguas contaminadas de radiación de Fukushima / Agencias

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Líderes de la principal formación opositora de Corea del Sur, el Partido Democrático, se han reunido con el director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), Rafael Mariano Grossi, para transmitirle sus recelos hacia el polémico plan de vertido de agua tratada de la central nuclear japonesa de Fukushima y su impacto regional.

Grossi, cuya organización ha asegurado que el plan de vertido cumple con los estándares del grupo, ha reiterado a los opositores surcoreanos que el plan es completamente seguro aunque también ha reconocido que la preocupación que ha desatado en Corea del Sur es algo "perfectamente lógico" antes de garantizar que la AIEA supervisará cada etapa del proceso.

Sin embargo, la oposición surcoreana ha reaccionado con especial virulencia al vertido, comenzando por el líder parlamentario de la formación, Woo Won Shik, quien ha llegado incluso a entrar en una huelga de hambre como protesta al denunciar que "la verificación del OIEA ha sido completamente partidista a favor de Japón", y que el organismo "ha perdido toda su neutralidad y su objetividad".

"Me parece lamentable que la AIEA haya alcanzado sus conclusiones sin investigar a fondo el impacto del vertido en las aguas de los países vecinos y se haya plegado a una investigación confeccionada a gusto de Japón", ha añadido en declaraciones recogidas por la agencia oficial de noticias surcoreana, Yonhap.

Casi al límite de capacidad

Cerca de 1,33 millones de toneladas de agua tratada se encuentran almacenadas en las instalaciones, que están casi al tope de su capacidad, según datos de la compañía que gestiona la central japonesa.

Desde que tuvo lugar el terremoto y posterior tsunami en marzo de 2011 que provocó la fusión de tres núcleos al eliminar los sistemas de refrigeración de emergencia y generó grandes cantidades de agua radiactiva se han ido acumulando en la planta de Fukushima, donde ha sido mezclada con agua de lluvia y de torrentes subterráneos.