Guerra de Ucrania

Ucrania promete no usar las bombas de racimo en Rusia y zonas urbanas

Rusia considera el envío de estas armas como "una debilidad" mientras España se posiciona en contra e insiste en que "es decisión de EEUU y no de la OTAN"

Bombas de racimo

Bombas de racimo / STRINGER / AUSTRALIA

EFE

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El Ministerio de Defensa ucraniano ha celebrado que EEUU haya decidido enviar bombas de racimo a Ucrania y se ha comprometido a no utilizarlas "en zonas urbanas para evitar riesgos para la población civil". El ministro de Defensa, Oleksí Réznikov, ha asegurado que emplearán este tipo de bombas, prohibidas en más de un centenar de países, "para atravesar las líneas de defensa enemigas con el mínimo riesgo para la vida" de los soldados ucranianos. El presidente de EEUU, Joe Biden, había afirmado que la decisión de enviar las bombas de racimo fue "difícil" pero necesaria ya que "los ucranianos se están quedando sin munición". Organizaciones pro derechos humanos y algunos Gobiernos han criticado la decisión de Washington.

Rusia ha asegurado el sábado que la decisión de Estados Unidos de entregar bombas de racimo a Ucrania es una muestra de "debilidad" que convertirá a Washington en "cómplice" de las muertes de civiles que ese armamento pueda ocasionar. "El envío de armas de fragmentación es un acto desesperado y una muestra de debilidad en el contexto del fracaso de la tan alardeada contraofensiva ucraniana", ha asegurado en un comunicado la portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova. La diplomacia rusa ha denunciado un "intento cínico de prolongar la agonía de las actuales autoridades ucranianas sin preocuparse por las víctimas civiles" de estas bombas, que matan a ciegas, esparciendo pequeñas cargas explosivas, antes o después del impacto.

"Al proporcionar municiones de racimo, Washington se convertirá de facto en cómplice del minado y compartirá plenamente la responsabilidad de las muertes causadas por las explosiones, incluidas las de niños rusos y ucranianos", ha añadido.

Estas armas están prohibidas en varios países, en particular en los países europeos, signatarios de la Convención de Oslo de 2008, de la que ni Estados Unidos ni Ucrania ni Rusia son parte. Su uso es muy controvertido porque las cargas que dispersan están acusadas de causar muchas bajas civiles colaterales.

España "no comparte"

La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha informado de que España "no comparte" y se posiciona "en contra" de la decisión de Estados Unidos de enviar bombas de racimo a las Fuerzas Armadas ucranianas. "España, desde el compromiso firme que tiene con Ucrania, tiene también un compromiso firme en que determinadas armas y bombas no se pueden entregar en ningún caso", ha aseverado Robles en declaraciones a los medios de comunicación en un acto del PSOE en Madrid.

Cuestionada por el polémico envío, pues se trata de una decisión que choca con los avisos de Naciones Unidas y que contraviene una convención internacional que prohíbe el uso de este tipo de armamento, la titular de Defensa ha subrayado la posición "clara y rotunda" de España en contra de esta acción. En este sentido, Robles, quien ha puntualizado que el envío de estas bombas es decisión de Estados Unidos y no de la OTAN, ha insistido en el apoyo "total y absoluto" del Gobierno de España a Ucrania, pero ha defendido que en la "legítima defensa no se utiliza unas bombas como son las bombas de racimo".