África

El Ejército de Sudán anuncia su "rechazo contundente" a negociar con paramilitares

¿Qué está pasando en Sudán? Claves del conflicto que ha estallado en África

Explosiones y disparos sacuden Jartum, la capital de Sudán, pese a los incesantes llamamientos de la comunidad internacional a un alto el fuego

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France Presse

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El Ejército de Sudán manifestó este jueves su "rechazo contundente a entrar en negociaciones" con las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, en sus siglas en inglés), después de que ambos bandos acordaran en los últimos días adherirse a treguas humanitarias de 24 horas, aunque éstas no han sido respetadas. "La entrada en vigor de la tregua por motivos humanitarios no tiene nada que ver con el rechazo contundente de entrar en negociaciones con los rebeldes", afirmaron las Fuerzas Armadas en un comunicado.

El Ejército indicó que "no hay negociaciones" porque el resultado de los combates determinará "la entrega o la destrucción total" del grupo paramilitar liderado por el comandante Mohamed Hamdan Dagalo, alias Hemedti

Explosiones y disparos seguían sacudiendo este jueves Jartum, la capital de Sudán, pese a los incesantes llamamientos de la comunidad internacional a un alto el fuego entre los dos generales que se disputan el poder.

Miles de personas huían de la capital, de cinco millones de habitantes, para escapar de los bombardeos, disparos y enfrentamientos, que desde el sábado sacuden Jartum, la región occidental de Darfur y otros puntos del país. "En algunos barrios del centro huele a muerte y a cadáveres", dijo un habitante de la capital, mientras se dirigía a una zona más tranquila.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio parte en un nuevo balance de "más de 330 muertos y 3.200 heridos". "A las cuatro y media de la mañana nos despertó el ruido de los ataques aéreos. Cerramos todas las puertas y las ventanas, por miedo a que entrara alguna bala perdida", dijo a AFP otro habitante de Jartum, Nazek Abdalá, de 38 años. Muchos habitantes no tuvieron más remedio que huir a pie debido a que el precio de la gasolina se disparó: un litro de combustible cuesta ahora 10 dólares, en uno de los países más pobres del mundo.

Para salir de Jartum debían someterse a cacheos y preguntas de los hombres apostados en los puestos de control de las RSF, los paramilitares del general Mohamed Hamdan Dalgo, también conocido como Hemedti, y del Ejército del general Abdel Fatah al Burhan, líder de facto de Sudán tras el golpe perpetrado por ambos generales en 2021. Además, debían abrirse paso entre los cadáveres que yacen al borde de las calles, los tanques y camionetas calcinados y evitar las zonas más peligrosas de la ciudad, de donde se elevaban espesas columnas de humo negro.

Desde que la lucha por el poder, que llevaba semanas latente entre los dos generales, degeneró el sábado en batalla abierta, la confusión es total para los 45 millones de sudaneses. Ambos bandos siguen prometiendo treguas que nunca respetan. En las calles sembradas de escombros, es imposible saber quién controla las principales instituciones del país. La aviación regular, que tiene como objetivo las bases y posiciones de la RSF diseminadas por zonas pobladas de Jartum, no duda en lanzar bombas, a veces sobre hospitales, según médicos.

Escasez de alimentos

En cinco días, "el 70% de los 74 hospitales de Jartum y de las zonas afectadas por los combates han quedado fuera de servicio", según un sindicato de médicos. Varias organizaciones humanitarias tuvieron que suspender su ayuda, crucial en un país donde más de una de cada tres personas pasa hambre en tiempos normales. Los civiles que permanecen en sus casas están cada vez más desesperados ante la escasez de alimentos, los apagones y la falta de agua potable. La ONU, la Unión Africana, la Liga Árabe y otras organizaciones regionales tienen previsto reunirse nuevamente este jueves para pedir un alto el fuego.

En medio de este caos, Egipto logró, gracias a una mediación de Emiratos Árabes Unidos, evacuar a 177 de sus soldados que se encontraban en una base aérea del norte de Sudán, según indicaron ambos países. El ejército sudanés había dicho en un primer momento que esos soldados habían sido capturados por los paramilitares, pero luego corrigió su comunicado y dijo haber empleado erróneamente el término "capturados". Otros 27 soldados egipcios capturados por los paramilitares fueron entregados a la Cruz Roja Sudanesa, y esperan a ser repatriados desde la embajada en Jartum, indicó el ejército egipcio.

Tres empleados Programa Mundial de Alimentos (PMA), de la ONU, murieron en Darfur. Naciones Unidas denunció además "saqueos" de sus reservas y "ataques" contra su personal, incluyendo violencia sexual.

El estallido de disturbios del pasado sábado fue la culminación de las profundas divisiones entre el ejército y las FAR, creadas en 2013 por el depuesto líder autocrático Omar al Bashir. Burhan y Daglo derrocaron juntos a Bashir en abril de 2019 tras las multitudinarias protestas populares contra sus tres décadas de gobierno. En octubre de 2021, los dos hombres encabezaron un golpe contra el gobierno civil instalado tras la salida de Bashir y pusieron fin a una transición apoyada por la comunidad internacional. Burhan, un militar de carrera del norte de Sudán, ha dicho que el golpe era "necesario" para incluir a otras facciones en la política. Pero para Daglo, el golpe fue un "error" que no logró generar cambio y más bien reforzó a los que quedaron del régimen de Bashir.