La situación en Colombia

Petro echa al jefe policial que había asegurado ver al diablo y reivindicaba el exorcismo

El general Henry Sanabria había calificado de "abortivo" al preservativo y también había tenido expresiones calificadas de homofónicas

El presidente colombiano, Gustavo Petro.

El presidente colombiano, Gustavo Petro. / EP

Abel Gilbert

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"Agradezco el arduo trabajo del general Henry Sanabria y la General Yackeline Navarro en la Policia de Colombia". Con ese mensaje lacónico, el presidente Gustavo Petro desplazó a un oficial de alta graduación que hacía gala de cierto extremismo religioso, reivindicaba el uso del exorcismo en la institución y no dejaba de invocar al Espíritu Santo, a veces por encima de las propias instituciones públicas. Su cuenta de Twitter estaba poblada de cruces , vírgenes y oraciones. Petro lo reemplazó por el general retirado William Salamanca.

La salida de Sanabria se venía dando por hecho en ese país después de sus declaraciones a la revista bogotana Semana, donde, además de asegurar haber visto al Diablo y calificar de "abortivo" al preservativo, daba rienda suelta a un insólito discurso homofóbico que le valió de duras críticas, entre ellas la de la alcaldesa capitalina, Claudia López Hernández.

Como era esperar, la salida del exjerarca policial fue celebrada por distintos sectores políticos. "Celebro esta decisión del Presidente. La Policía no puede estar en manos de alguien que no entiende que sus posiciones personales pueden poner en peligro a quienes debe proteger", dijo la legisladora María Fernanda Carrascal, quien forma parte de la coalición de Gobierno, el Pacto Histórico.

La congresista María José Pizarro dijo que el cambio en la cúpula policial representa "una oportunidad para implementar el enfoque de seguridad humana del presidente Petro" y la defensa de los derechos de las mujeres.

Petro se tomó varias semanas para poner en marcha el reemplazo para no quedar expuesto a los ecos de las sorprendentes declaraciones de la principal autoridad policial. Sanabria también tuvo sus defensores, entre ellos el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Luis José Rueda. "Sé que es un hombre de una fe muy profunda, que no la oculta y que eso no separa la labor que tiene con la convicción de Cristo. Sé que él pone su fe al servicio de Colombia, su esperanza al servicio de la Policía. Lo que está haciendo es ser coherente en la búsqueda de lo que la Policía tiene en la mira", le aseguró a la revista Semana.