Duelo con China

La prohibición de TikTok se extiende por Estados Unidos

ESPECIAL MULTIMEDIA | TikTok: ¿por qué la red social china inquieta a EEUU?

Crecen los vetos y las propuestas de prohibición total de la aplicación china, que se ve como un riesgo para la seguridad nacional

Taiwan bans TikTok from public sector devices

Taiwan bans TikTok from public sector devices / RITCHIE B. TONGO / EFE

Idoya Noain

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Tictac, tictac, ¿adiós TikTok? La popular aplicación de vídeos cortos, propiedad del gigante tecnológico chino ByteDance, podría tener los días contados en Estados Unidos, uno de sus principales mercados y escenario de una de sus mayores historias de éxito.

Una ola de prohibiciones estatales y federales y un impulso a su veto total ponen en cuestión su futuro en el país. Pero con más de 100 millones de sus 1.000 millones de usuarios globales en Estados Unidos, incluyendo dos tercios de todos los adolescentes, TikTok se ha convertido ya en un elemento transformador y fundamental más allá de la vida online para los estadounidenses. Y por eso el debate y los siguientes pasos de la batalla que le acecha están plagados de dilemas, complicaciones e incógnitas.

La empresa lleva años ya en el punto de mira de autoridades y reguladores estadounidenses, que denuncian que representa un riesgo para la seguridad nacional, entre otras cosas, porque creen que existe la opción de que el Gobierno de China pueda obligar a TikTok a recolectar y facilitarle datos de los usuarios estadounidenses, algo que la compañía niega. Se teme también que Pekín pueda llegar a controlar el algoritmo que determina los vídeos que se ofrecen a los estadounidenses en la aplicación y usar TikTok para propaganda, o imponer censura en los contenidos.

Con las alertas renovadas recientemente sobre esos miedos, incluyendo unas declaraciones del director del FBI, Christopher Wry, en noviembre empezó una oleada de vetos a su instalación en dispositivos electrónicos oficiales, algo que desde hace años habían hecho algunos estados, como Nebraska, o agencias del Gobierno, de la Casa Blanca a los departamentos de Defensa, Estado y Seguridad Nacional. Y se intensificó después de que ByteDance reconociera el despido de cuatro empleados (dos en EEUU y dos en China) que habían accedido a datos de usuarios estadounidenses, incluyendo periodistas.

Impulso estatal y federal

Hasta ahora al menos 22 estados, la mayoría gobernados por los republicanos pero también algunos demócratas, han prohibido su descarga o uso en móviles, tabletas y ordenadores públicos, o incluso usando redes públicas de wifi (algo que también han hecho algunas universidades estatales). Lo mismo hizo el mes pasado la Cámara baja, donde la administradora instó a todos los congresistas y su personal a eliminar TikTok de los dispositivos oficiales. Y en la ley de presupuestos que el presidente Joe Biden firmó en diciembre está incluida la prohibición para todos los empleados gubernamentales, dando dos meses de plazo a cuatro millones de esos trabajadores para eliminar la app de sus teléfonos.

También en las últimas semanas se ha relanzado un impulso legislativo en el Congreso para instaurar un veto total de TikTok en el país, con propuestas de ley presentadas con respaldo bipartidista en las dos cámaras. Mike Gallagher, el congresista republicano que es uno de los patrocinadores de la normativa y que va a presidir un nuevo subcomité en la Cámara baja que estudiará los retos militares, económicos y tecnológicos que representan los avances de China, ha denunciado que TikTok es "fentanilo digital", como el opioide sintético "altamente adictivo y destructivo".

Y con el tenso enfrentamiento estratégico, económico y político entre Washington y Pekín calcificado, crece la presión sobre el Gobierno de Biden para tomar decisiones.

De Trump a Biden

Este cerco sobre TikTok en EEUU no es nuevo. Ya durante su mandato Donald Trump usó el poder ejecutivo para prohibir nuevas descargas o actualizaciones si la compañía no se vendía a un comprador estadounidense en 45 días y para tratar de instaurar un veto total tanto a la app como a WeChat. Los tribunales frenaron esos esfuerzos y, al llegar a la Casa Blanca, Biden decidió anular las órdenes de Trump y abandonar la defensa de sus iniciativas en los tribunales, prometiendo a cambio una revisión profunda de los supuestos riesgos para la seguridad nacional que puede plantear TikTok y un plan para lidiar con ellos.

Ese plan no se ha presentado aún pero hay trabajo en marcha. Y el Comité sobre Inversiones Extranjeras en EEUU (CFIUS por sus siglas en inglés), lleva años tratando de dilucidar qué pasos dar. Se trata de un panel que incluye a representantes de nueve agencias de la Administración y que lleva desde 2020 en negociaciones con representantes de TikTok para tratar de garantizar la seguridad de los datos de los usuarios estadounidenses.

Aunque el secreto rodea el trabajo del comité y las conversaciones, informaciones de prensa aseguran que se han barajado opciones como reducir la capacidad de ByteDance de decidir sobre operaciones de TikTok en EEUU, dejar que las autoridades estadounidenses tengan la última palabra en el nombramiento de ejecutivos, así como imponer estándares en las prácticas de contratación. Y se ha publicado que está en el limbo un principio de acuerdo que se alcanzó por el que todos los datos de usuarios estadounidenses estarían gestionados por una subsidiaria, y solo empleados autorizados podrían acceder a datos. La subsidiaria sería monitorizada por terceras partes aprobadas como Oracle, cuyos servidores podrían almacenar los datos (Oracle también tendría poder para examinar algoritmo que recomienda vídeos). Y la subsidiaria estaría supervisada por un panel de tres miembros compuesto por expertos de seguridad nacional de EEUU.

Las conversaciones han topado con retrasos, bloqueos y diferencias de opiniones, con algunos departamentos como Justicia y Defensa apostando por forzar la venta de TikTok en EEUU y otros como Tesoro dudando de que esa imposición pudiera superar batallas legales. 

Paradojas, incongruencias y riesgos

Aunque el momento político apunta a que seguirá ganando fuerza el acecho a TikTok en EEUU, su vigor sigue siendo obvio. Crea paradojas, como el recurso a 'influencers' en la red a los que la Casa Blanca ha acudido desde para animar a los jóvenes a vacunarse contra el covid hasta para informar sobre la guerra en Ucrania o para tratar de movilizar votantes antes de las elecciones. Y numerosos expertos apuntan a incongruencias y riesgos de las prohibiciones en marcha y del veto total propuesto para TikTok.

Milton Mueller, profesor en la Facultad de Política Pública del Instituto de Tecnología de Georgia, por ejemplo, ha asegurado que se trata de "un asunto de privacidad personal, no de seguridad nacional" y Evan Greer, de Fight for the Future, ha subrayado que un veto "no tiene sentido a no ser que se vaya a vetar también Facebook, Twitter, YouTube, Uber...".

Kurt Opsahl, un abogado de la Electronic Frontier Foundation, también ha defendido que "un veto total no es la respuesta" y ha dicho que daría "un golpe censor contra la libertad de expresión de millones de estadounidenses". Y en un comunicado Gillian Diebold, analista política del Center for Data Innovation, subrayaba que "vetos generales de app basados en la propiedad extranjera de la compañía solo harán daño a negocios estadounidenses a largo plazo porque los países podrían intentar bloquear servicios online de EEUU por preocupaciones similares de seguridad nacional".

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