Polémica en Oriente Próximo

¿Por qué Israel quiere censurar la película 'Farha' de Netflix?

El film cuenta la historia de una adolescente palestina durante la 'Nakba', la catástrofe que provocó la expulsión de 700.000 palestinos en 1948 durante la creación del Estado hebreo

Fotograma de 'Farha', de Netflix

Fotograma de 'Farha', de Netflix / Netflix

Andrea López-Tomàs

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Farha aún estaba procesando el cumplimiento de su sueño cuando su padre la encierra en una despensa. En la oscuridad, sus ansias por ir a la escuela por primera vez parecen más lejos que nunca. Fuera, al otro lado de la pared, se suceden disparos, explosiones, gritos pidiendo clemencia, desgarros reclamando ayuda, masacres. Mientras asume que su padre, el alcalde de una aldea palestina en 1948, se ha unido a la resistencia, la joven adolescente busca comida, bebe el agua de la lluvia y araña la puerta. Desde ese almacén, Farha, que significa alegría en árabe, observa indefensa la creación del Estado de Israel con sangre y violencia. Este es el argumento de la película jordana 'Farha' que Israel quiere que Netflix retire de su catálogo.

“Nuestras casas tienen almacenes similares a los que encerraron a Farha, en medio del temor siempre presente de no tener acceso a los alimentos”, escribe la periodista palestina nacida y criada en Gaza, Hind Khoudary, en Middle East Eye. “Los palestinos que viven bajo la ocupación se sienten constantemente inseguros”, añade. Desde su estreno en Netflix el pasado 1 de diciembre, miles de palestinos alrededor del mundo han podido ver la película y reconocerse en ella. La coproducción entre Suecia, Jordania y Arabia Saudí narra una de las miles de historias que se sucedieron durante la 'Nakba', que significa catástrofe. Así es como llaman los palestinos a la expulsión de 700.000 habitantes en 1948 como parte de un plan de limpieza étnica por parte de las milicias judías.

Israel huye de su pasado. Cualquier debate sobre las alargadas sombras que planean sobre la creación del Estado es apartado del espacio público y castigado. Por eso, cuando a principios de mes Netflix decidió incluir la película 'Farha' en su catálogo, el Gobierno israelí se levantó en armas para evitarlo. “Es una locura que Netflix decidiera transmitir una película cuyo único propósito es crear un falso pretexto e incitar contra los soldados israelís”, afirmó el ministro de Finanzas israelí saliente, Avigdor Liberman. También ha tomado medidas para revocar la financiación estatal de un teatro en el barrio palestino de Jaffa en Tel Aviv que proyectó el film. En las redes, la ciudadanía ha presumido de cancelar sus suscripciones a Netflix y de coordinarse para votar negativamente la película en el portal cinematográfico IMDb.

"Nuestra verdad"

Así, los israelís nadan a contracorriente del buen recibimiento global que ha tenido 'Farha'. No hay muchos productos audiovisuales sobre los eventos ocurridos durante 1948, que Israel describe como su guerra de independencia. 'Farha' se ha proyectado en alrededor de 40 festivales de cine y ha ganado varios premios. En septiembre, Jordania nominó la película como su candidata a los Oscar para el próximo año. La directora Darin J. Sallam y su equipo se han mostrado sorprendidos por la buena acogida desde su estreno el año pasado. Pero, ante la campaña israelí, Sallam y las productoras de la película Dima Azar y Aya Jardaneh han denunciado los intentos de “silenciar” las voces palestinas y “deshumanizarnos y evitar que contemos nuestras historias, nuestras narrativa y nuestra verdad”.

La película está basada en hechos reales. Sallam, jordana de 35 años de ascendencia palestina, se inspiró en una historia que le contó su madre. Una amiga suya, que conoció cuando ambas fueron refugiadas en Siria, le narró su experiencia como niña durante la 'Nakba'. “Farha era mi abuela”, explica la activista palestino-estadounidense Rifqa Falaneh a Middle East Eye. “Eran todas nuestras abuelas jóvenes, esperanzadas y ambiciosas cuyas vidas quedaron destrozadas a causa de la 'Nakba'; cada escena de 'Farha' es una representación visual de las historias orales que nos han contado durante generaciones”, concluye. Y es en el arte donde estos relatos del pasado empiezan a encontrar un lugar donde permanecer, donde formar parte de la Historia. Pese a los intentos por acallarlas, la resistencia palestina ahora también se rebela en Netflix.

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