Huida masiva

Vídeo | Los salarios impagados disparan las protestas en la mayor fábrica global de iPhone

Imágenes que circulan por las redes muestran enfrentamientos de los trabajadores con policías y funcionarios anticovid

Los trabajadores de Foxconn, la principal planta de fabricación de Iphone en China, se enfrentan con palos a los agentes de seguridad

Los trabajadores de Foxconn, la principal planta de fabricación de Iphone en China, se enfrentan con palos a los agentes de seguridad. /

Adrián Foncillas

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Del incumplimiento de promesas salariales y el hastío por los confinamientos han brotado este miércoles excepcionales protestas tumultuosas en un país, China, que sublima la estabilidad social. Tampoco el escenario es vulgar: se trata de la mayor fábrica de iPhone del mundo. Los vídeos filmados por sus trabajadores, ubicuos en las redes sociales chinas durante la jornada, muestran fragorosos enfrentamientos de la plantilla con piedras y palos contra policías y funcionarios anticovid en trajes blancos de protección integral.

Algunas caras ensangrentadas dan la medida de la fiereza de los choques. También ha abundado el vandalismo con cámaras de vigilancia, ventanas y demás mobiliario urbano arrasado. "Nos han cambiado los contratos para no pagarnos los complementos que nos prometieron. Nos tienen en cuarentena pero no nos dan comida", denunciaba un trabajador.

El conflicto nace un mes atrás. Zhenzhou, la capital provincial de Henan, había lidiado durante semanas con un brote y quedó afectada finalmente la fábrica. Pertenece a la multinacional taiwanesa Foxconn, el mayor suministrador de Apple, y es conocida como "Ciudad iPhone": un campus elefantiásico con 200.000 trabajadores atareados en sacar los nuevos teléfonos para la temporada de Navidades. La detección de un puñado de casos generó la comprensible huida masiva de los que temían un confinamiento inminente. Aquellas escenas, con tipos saltando vallas y arrastrando sus maletas por la carretera, dieron la vuelta al mundo. La empresa tomó dos decisiones para salvar la producción. Adoptó un sistema de burbuja que aisló la fábrica del mundo y prometió espectaculares aumentos salariales y bonificaciones cuadriplicadas para compensarles la árida cotidianeidad a los que se habían quedado y a los que contrató. No hay más tránsito en su semana que de la fábrica al dormitorio.

Retraso de los salarios

Las condiciones de vida, lamentan los trabajadores, son más duras de lo esperado. Denuncian la comida insuficiente y el precario blindaje en dormitorios entre los contagiados y los sanos. La burbuja, han denunciado las organizaciones laborales, es tan eficiente evitando que el covid se extienda a la ciudad como inútil embridándolo en la fábrica. Pero en la génesis de la protesta está el retraso del pago sin aviso ni explicaciones de aquellos salarios y primas prometidos. "Dadnos nuestro dinero", gritaban esta mañana los empleados antes de zurrarse con la policía.

Foxconn ha achicado agua desde que el covid surgió en la fábrica. Derivó parte de la producción a plantas menores en la China septentrional y se afanó en renovar la plantilla que escapó. La prensa china habla de 100.000 contrataciones, la mitad de su antigua nómina, y de campañas de reclutamiento entre militares jubilados. Nada ha salvado la producción de la multinacional en China. De la fábrica de Zhengzhou sale el 80% de los de sus últimos modelos de teléfonos, según Bloomberg, y Apple ya admitió el mes pasado que las entregas de su iPhone 14 se demorarán más de lo previsto.

China pasa por su momento más delicado desde aquellos inciertos tiempos de Wuhan. Roza los 30.000 casos diarios, tantos como seis meses atrás, cuando se gestaba el traumático encierro de Shanghái. Pero los contagios no están ahora monopolizados por una ciudad sino repartidos en algunas de las más importantes del país. Ni Chongqing, en el centro, ni Guangzhou, en el sur, han domado al virus a pesar de crecientes restricciones durante semanas. Pekín vive en un estado de semiconfinamiento de facto, sin prohibición de salir pero con bares, restaurantes, centros comerciales, gimnasios y parques cerrados. La crisis llega apenas dos semanas después de las más contundentes medidas aprobadas para aflojar la política de cero covid y anticipa los meses turbulentos que le esperan al país.