Derechos humanos

Irán eleva a cinco las condenas a muerte de manifestantes por "perturbar el orden público"

Los tres últimos sentenciados a la pena capital lo han sido por atacar a un policía, empuñar un arma blanca y cortar una calle

Protestas por a muerte de Mahsa Amini en Teherán.

Protestas por a muerte de Mahsa Amini en Teherán. / Reuters

Adrià Rocha Cutiller

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Una condena este lunes, otra este martes y tres este miércoles: son las primeras penas de muerte decretadas por la justicia iraní contra manifestantes detenidos durante las protestas que, desde hace dos meses, rugen por todo Irán tras la muerte de la joven Mahsa Amini a manos de la policía de la moral del país persa. 

Amini murió bajo custodia policial tras ser detenida por llevar el velo islámico, obligatorio en Irán, "demasiado" bajo y sin cubrirle el pelo completamente. Las autoridades iranís aseguran que la joven murió sola al sufrir un ataque al corazón y que nadie la tocó. 

Pocos se creyeron esa versión y, desde entonces, decenas de miles han salido a las calles en Irán para, primero, demandar el fin del hiyab obligatorio. Pero las protestas han evolucionado. Los manifestantes se enfrentan violentamente a las fuerzas policiales —lideradas por los paramilitares Basijs, los encargados de reprimir las protestas—, y al eslogan "mujer, vida, libertad" se ha sumado "muerte al dictador".

En total, según las estimaciones, cerca de 14.000 personas han sido detenidas durante las protestas —hay, además, más de 330 muertos, la gran mayoría manifestantes—. De los detenidos, 19 se enfrentan a penas de muerte; de ellos, cinco han sido ya condenados. 

Los motivos exactos, para cada uno de ellos, son distintos, pero los supuestos crímenes son los mismos: "perturbar el orden público, corrupción en la tierra, coordinación para cometer crímenes contra la seguridad nacional y declararle la guerra a Dios". Desde 1979, desde la Revolución Iraní, Irán es una República Islámica

Incendios y enfrentamientos

Según la justicia iraní, en concreto, cada persona condenada lo ha sido por motivos distintos. El condenado a muerte el lunes lo fue por incendiar un edificio gubernamental; el del martes, por participar en actos de "guerrilla urbana".

Los de este miércoles fueron condenados por supuestamente haber atacado un policía, haber empuñado un arma blanca, y haber intentado cerrar una calle al tráfico. Al hacerlo, según la justicia iraní, este hombre intentó "causar terror" y "dañar el espacio público".

Todas estas penas, sin embargo, no son aún firmes y están sujetas a las apelaciones de los condenados ante tribunales superiores. "Demandamos que las autoridades iranís que dejen de usar la pena de muerte como una herramienta para aplastar las protestas, y reiteramos nuestro llamado a que todos los prisioneros que han sido arbitrariamente encarcelados únicamente por ejercer su derechos sean liberados", dijo la semana pasada un comité de expertos de la oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

"Con la continua represión de las protestas, es probable que aparezcan más procesos judiciales y condenas a muerte, y tememos que el objetivo primordial de estas penas sean mujeres y jóvenes, quienes han estado al frente de las protestas, y en especial mujeres defensoras de los Derechos Humanos, que han sido encarceladas por clamar contra las leyes y prácticas de discriminación sistémica en Irán", explican estos expertos.

La protesta sigue

A pesar de la represión, la movilización continúa en las calles de Irán. Según vídeos difundidos en las redes sociales, decenas de manifestantes salieron ayer a protestar de nuevo en Teherán y en otras ciudades del país. En la provincia de Fars, en el sur, 110 personas, entre ellas 18 mujeres, fueron arrestadas este martes por bloquear carreteras, dañar propiedades públicas y arrojar piedras a las fuerzas de seguridad, según la agencia de noticias Irna.

"Los manifestantes no tienen acceso a abogados durante los interrogatorios, son sometidos a torturas físicas y psicológicas para hacer confesiones falsas y los tribunales los condenan sobre la base de estas confesiones", denunció a AFP el director de la oenegé Iran Human Rights, Mahmood Amiry-Moghaddam.