Cita electoral

El centroizquierda gana las elecciones en Dinamarca, pero depende de apoyos, según los sondeos

El Gobierno socialdemócrata de la primera ministra Mette Frederiksen es evaluado en las urnas por la decisión de sacrificar a millones de visones durante el covid

La primera ministra de Dinamarca y jefa del Partido Socialdemócrata, Mette Frederiksen, emite su voto en un colegio electoral durante las elecciones generales en Vaerloese, Dinamarca.

La primera ministra de Dinamarca y jefa del Partido Socialdemócrata, Mette Frederiksen, emite su voto en un colegio electoral durante las elecciones generales en Vaerloese, Dinamarca. / EFE/ EPA/Liselotte Sabroe

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El bloque de centroizquierda de la primera ministra socialdemócrata de Dinamarca, Mette Frederiksen, ha ganado este martes las elecciones legislativas con el 47,5% pero dependería de apoyos para gobernar, según un sondeo a pie de urna de la televisión pública DR.

Frederiksen y sus aliados obtendrían 85 escaños por 73 de la oposición de derecha, con lo que los 17 diputados de Los Moderados -una nueva formación encabezada por el ex primer ministro liberal Lars Løkke Rasmussen y que apuesta por un gobierno de centro- serían decisivos.

En otra encuesta a pie de urna del canal semipúblico TV2, el centroizquierda logra 86 escaños por 72 de la oposición, pero el "árbitro" electoral seguirían siendo Los Moderados con sus 17 escaños. De acuerdo con DR, el Partido Socialdemócrata fue el más votado con el 23,1%, dos puntos menos, por delante del Partido Liberal, con el 13,6 % y casi 10 puntos menos, en un Parlamento muy fragmentado en el que obtendrían representación hasta 12 formaciones políticas.

La ultraderecha sigue cayendo

El Partido Socialista Popular sería la tercera fuerza más votada con el 9,6%, tres décimas más que Los Moderados y seis más que Alianza Liberal, que triplicaría su resultado de hace tres años.

El Partido Conservador, que a principios de verano aparecía en los sondeos como la primera fuerza del bloque de derecha, caería hasta el 5,5%.

El ultraderechista Partido Popular Danés (DF), que en 2015 fue la segunda fuerza más votada y llegó a ganar unos comicios europeos en Dinamarca, continuaría con la caída sufrida en los últimos años y quedaría como la formación política más pequeña de la Cámara, con el 2,5%, medio punto por encima de la barrera mínima.

El relevo como fuerza de corte xenófobo con mayor representación parlamentaria lo tomaría Demócratas de Dinamarca, de la exministra de Integración liberal Inger Støjberg, que entraría con el 6,9%.

La llave del Gobierno

Si el recuento final, que se espera finalice en torno a la medianoche, confirma los resultados de los sondeos a pie de urna, Rasmussen sería el gran triunfador de los comicios y tendría la llave para decidir quién gobierna.

Durante la campaña, que estuvo dominada por temas como la sanidad y la crisis, Rasmussen rechazó unirse a ninguno de los dos bloques y defendió la necesidad de un Ejecutivo que agrupe a las principales fuerzas, una opción por la que también ha apostado Frederiksen, aunque siempre que ella encabece un hipotético gobierno.

Escándalo en pandemia

Los comicios de este martes han sido adelantados varios meses por un escándalo político vinculado a la gestión de la pandemia de coronavirus.

Dinamarca ha sido uno de los países europeos que mejores números presenta en su gestión del covid y que menos restricciones impuso, pero con un lunar: el sacrificio a finales de 2020 de millones de visones debido a una alerta sanitaria por una mutación que podría comprometer las futuras vacunas.

El Gobierno socialdemócrata de la primera ministra Mette Frederiksen ordenó la medida, que supuso el cierre temporal de una industria millonaria, sin tener cobertura para hacerlo, lo que provocó una modificación legal sobre la marcha entre críticas de la oposición y de los criadores.

"Muy criticable"

Una comisión parlamentaria concluyó en junio que la actuación del Gobierno fue "muy criticable" y vio fundamento para abrir casos disciplinarios contra varios altos funcionarios, y aunque consideró que las declaraciones de la primera ministra fueron "gravemente engañosas", admitió que no se podía saber si estaba al corriente de la falta de cobertura legal.

Frederiksen se llevó una amonestación oficial del Parlamento pero evitó males mayores gracias al apoyo de sus aliados, aunque la presión de uno de esos partidos la obligó a adelantar los comicios.

En la campaña electoral, el "caso de los visones" tuvo cierta relevancia al inicio pero ha acabado marginado por otras cuestiones como la sanidad y las medidas contra la crisis.