Consejo Europeo

La UE estudia vías para dar 1.500 millones al mes a Ucrania para su subsistencia

Los líderes europeos celebran la caída del precio del gas tras el acuerdo de mínimos logrado de madrugada en el Consejo Europeo para intervenir el mercado

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, avisa de una "aceleración de las tensiones" con China y la necesidad de estar alerta ante la dependencia tecnológica

De izquierda a derecha, Mario Draghi, Olaf Scholz, Ursula Von der Leyen y Mette Frederiksen

De izquierda a derecha, Mario Draghi, Olaf Scholz, Ursula Von der Leyen y Mette Frederiksen / Europa Press

Silvia Martinez

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La situación en Ucrania es crítica. La Unión Europea es consciente de las ingentes cantidades de ayuda económica, financiera, humanitaria y militar que necesitará en los próximos meses y años y están dispuestos a seguir abriendo la cartera para mantener a flote el país. Es a lo que se han comprometido los 27 Jefes de Estado y de Gobierno durante un Consejo Europeo que ha escuchado de primera mano al presidente ucraniano Volodímir Zelenski. "Es muy importante que Ucrania tenga un flujo previsible y estable de ingresos. (Zelenski nos ha dicho que) necesitan entre 3.000 y 4.000 millones al mes", ha explicado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, al término de una cumbre de dos días que ha alumbrado un acuerdo de mínimos sobre la intervención de los precios del gas, tras más de 10 horas de negociaciones, y en el que ha quedado patente el "riesgo" que supone la dependencia tecnológica y el aumento de las tensiones con China.

Fue el propio Zelenski quien expuso la crudeza de la situación que atraviesa su país por videoconferencia el jueves. Desde comienzos de año la Unión Europea ha concedido a Kiev 19.000 millones de euros pero el próximo año necesitarán mucho más. Entre 3.000 y 4.000 millones al mes para contar con recursos suficientes que permitan financiar sus necesidades más básicas. "Este importe lo tienen que financiar la Unión Europea, nuestros amigos americanos y las instituciones financieras y por ello la discusión ha girado entorno (a dar) 1.500 millones de euros al mes", ha explicado Von der Leyen sin aclarar si serán préstamos o ayudas a fondo perdido. 

Con esa cifra, la UE llegaría a un volumen de 18.000 millones en 2023 aunque serán ahora los ministros de economía y finanzas de la UE, según han mandatado los líderes europeos, quienes estudiarán qué tipo de instrumentos posibles pueden utilizar para salir al rescate de Kiev aunque en las conclusiones de la cumbre no figura ninguna cifra. Más allá del dinero para garantizar su subsistencia, el Gobierno de Zelenski necesitará dinero para reconstruir un país asolado por la guerra y la escalada de los bombardeos de Rusia. Un trabajo en el que los 27 ya han empezado a pensar y en el que continuarán trabajando durante la conferencia sobre reconstrucción que se organiza el próximo martes en Berlín y que estará copresidida por Alemania y la Comisión Europea. 

Alerta ante la dependencia china

Más allá de las palabras de aliento hacia Kiev, de la segunda jornada de la cumbre de líderes europeos de otoño, que ha despedido con aplausos al primer ministro italiano en funciones, Mario Draghi, sale un cambio de tono hacia China tras un debate geoestratégico de tres horas sobre las relaciones entre la UE y el gigante asiático. "El debate ha puesto de manifiesto que estamos constatando una aceleración de las tensiones. Ha quedado claro en el Congreso del Partido Comunista que el presidente Xi (Jinping) continua reforzando el rumbo asertivo que ha tomado China", ha explicado. 

Según el diagnóstico europeo, Pekín continúa desarrollando sus tentáculos para establecer su hegemonía en Asia y en todo el mundo lo que obliga a la UE a permanecer vigilante. "Somos conscientes de la naturaleza de la rivalidad. Tenemos que estar alerta en lo que se refiere a las dependencias -particularmente tecnológicas y de materias primas- porque hemos aprendido esta amarga lección de la dependencia excesiva de los combustibles fósiles rusos", ha admitido Von der Leyen respecto a un país al que consideran un competidor económico y un rival sistémico desde 2019. "No tenemos que ser ingenuos pero tampoco queremos entrar en una estrategia de confrontación sistemática con China", ha puntualizado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel

Una línea que defienden algunos dirigentes europeos como el primer ministro holandés Mark Rutte que admite que aunque la asertividad está aumentando y que es necesario ser "críticos" también es necesario mantener el diálogo abierto. "España defiende una doble aproximación, es un rival, competidor y necesario colaborador en retos como el cambio climático", ha dicho por su parte el presidente español, Pedro Sánchez. Algo que apoya totalmente el canciller alemán, Olaf Scholz, que ha confirmado que en noviembre viajará al país asiático.

Acuerdo sobre el gas

El único acuerdo firme que sale de la cumbre de otoño es un pacto de mínimos para intervenir y abaratar los precios del gas en el mercado europeo. Un pacto político fraguado en la madrugada del jueves al viernes, que todavía tendrán que desarrollar y definir la Comisión Europea y los ministros de Energía de la UE a partir del próximo martes en Luxemburgo, y que fue posible tras superar las resistencias de Alemania y un canciller Scholz opuesto a cualquier tipo de tope al precio del gas. El acuerdo incluye el compromiso a trabajar con "urgencia" en la hoja de ruta planteada el martes por la Comisión Europea, que incluye la obligación de comprar un 15% del gas destinado al almacenaje, el desarrollo de un nuevo índice de referencia alternativo al TTF holandés al que se indexan los contratos de gas en Europa y un corredor de precios dinámico y temporal que permita "limitar los episodios de precios excesivos". 

Además, la Comisión Europea también trabajará en un marco temporal para limitar la influencia del precio del gas en la generación de electricidad, que deberá ir acompañado de un análisis de costes y beneficios, una exigencia de países como Alemania y Países bajos para aceptar plantearse la posibilidad de extender a nivel europeo la "excepción ibérica" que dudan sobre si no provocará un aumento del consumo de gas o cómo se financia. Aunque no colma las ambiciones de todas las delegaciones el grueso de los Estados miembros han optado por ver el vaso lleno y valorar positivamente el resultado. "Hacemos una valoración positiva de los acuerdos aunque nos hubiera gustado ir con una cierta celeridad mayor de la que estamos viviendo", ha reconocido Sánchez al término del Consejo. "Es un acuerdo importante con efectos inmediatos porque en las últimas horas ha bajado el precio de los productos energéticos", ha celebrado también Michel.