Consejo Europeo

Berlín cede a la presión de la UE y acepta trabajar con urgencia en un tope temporal al gas

Los líderes de los 27 cierran un pacto tras un maratón negociador de 10 horas y encargan a la Comisión y al Consejo que presenten decisiones concretas sobre “compras conjuntas”, un "tope dinámico y temporal” y que analice los pros y contras de europeizar la excepción ibérica

El canciller alemán, Olaf Scholz

El canciller alemán, Olaf Scholz / Hannibal Hanschke / Agencias

Silvia Martinez

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El maratón negociador de diez horas que han protagonizado este jueves los jefes de estado y de gobierno de la Unión Europea, con el objetivo de sacar adelante las nuevas medidas con las que abaratar el precio del gas, se ha saldado con un acuerdo de mínimos. Tras vencer las resistencias iniciales de Alemania, los Veintisiete se han comprometido a trabajar con “urgencia" en la hoja de ruta planteada el martes por la Comisión Europea que incluye la puesta en marcha de compras conjuntas de gas, un nuevo índice de referencia alternativo al TTF holandés al que se indexan los contratos de gas en Europa y un corredor de precios dinámico y temporal que permita “limitar los episodios de precios excesivos”. 

“Hay un compromiso fuerte y unánime de actuar juntos para lograr tres objetivos: bajar los precios, garantizar la seguridad de abastecimiento y seguir reduciendo la demanda”, ha destacado al filo de las tres de la madrugada el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, satisfecho al igual que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, con el resultado. "Ahora tenemos una hora de ruta sólida para seguir trabajando sobre los precios de la energía”, ha explicado. El acuerdo encarga a la Comisión y al Consejo que remitan “urgentemente decisiones concretas”, el mismo mensaje de urgencia que los líderes europeos lanzaron hace tan dos semanas en la cumbre informal de Praga

Los ministros de energía se reunirán el próximo martes 25 de octubre en Luxemburgo y será la primera gran prueba de fuego que determinará si los compromisos van en serio. Von der Leyen se ha comprometido a trabajar con ellos para presentar una propuesta legislativa que permita poner en marcha el mecanismo de corrección de precios para limitar la volatilidad. Además, también trabajarán en un marco temporal para limitar la influencia del precio del gas en la generación de electricidad, que deberá ir acompañado de un análisis de costes y beneficios, una exigencia de países como Alemania y Países bajos para aceptar plantearse la posibilidad de extender a nivel europeo la “excepción ibérica".

“Valoramos que se hayan aprobado las conclusiones en materia de energía pero seguimos defendiendo que es necesaria una mayor ambición”, han explicado fuentes del gobierno español tras un largo maratón negociador que los Veintisiete se ha enfrentado a divisiones y a un obstáculo nada desdeñable: la negativa de Alemania a aceptar cualquier tipo de tope al precio de gas, incluido el “corredor dinámico propuesto por Bruselas, por temor a que los proveedores sustituyan el mercado europeo por otros destinos con precios mejores. 

Se impone la unidad

Finalmente el canciller Olaf Scholz se ha plegado en aras de la “unidad”. Ha aceptado un documento de conclusiones ambiguo y sin plazos y ha dejado claro que si los ministros de energía no consiguen avanzar los líderes tendrán que volver a verse las caras “Hemos establecido unas directrices precisas según las cuales los ministros de energía pueden elaborar los detalles concretos, por unanimidad. Si esto no funciona, el Consejo tiene que volver a trabajar en ello. Pero espero obviamente que los ministros consigan encontrar un acuerdo unánime entre los 27 Estados miembros”. Pese a esta cautela, el presidente francés, Emmanuel Macron, se ha mostrado convencido de que conseguirán cerrar los primeros acuerdos a finales de octubre o principios de noviembre. “Creo que podemos ir rápido”, ha asegurado reconociendo al mismo tiempo que la europeización del mecanismo ibérico llevará más tiempo porque es un tema “complejo”.

Durante la presentación del acuerdo la presidenta de la Comisión Europea ha mostrado su disposición a movilizar financiación europea para apoyar a los hogares y empresas vulnerables a hacer frente al coste energético. La alemana ha vuelto a mencionar la posibilidad de utilizar los 40.000 millones de euros de los fondos de cohesión no utilizados en el anterior marco presupuestario (2014-2020) y ha indicado que con las nuevas ayudas del programa Repower EU el volumen podría elevarse hasta los 300.000 millones. Las conclusiones de los líderes recogen el compromiso a “movilizar herramientas relevantes” tanto a nivel nacional como europeo pero no ofrece ningún tipo de concreción. 

La reunión en todo caso no ha sido fácil y ha mostrad de nuevo lo divisivo que es el tema energético. “No es bueno ni para Alemania ni para Europa que ésta se aísle. Es importante que con propuestas que son objeto de un amplio consenso podamos encontrar la unanimidad”, decía a su llegada Macron poniendo toda la presión sobre Scholz. “Pagamos el 26% del presupuesto y estamos desarrollando muchos mecanismos de solidaridad como hicimos en la anterior crisis del coronavirus, con instrumentos como el fondo de recuperación”, se defendía el alemán reivindicando como solución la cooperación con otros socios consumidores, como Corea del Sur y Japón.

Pese a este tipo de alegatos ha tenido que escuchar dentro de la sala muchas críticas, particularmente del primer ministro italiano en funciones, Mario Draghi, que ha aprovechado su última intervención en el Consejo Europeo, según fuentes diplomáticas, para reclamar medidas que alteren la dinámica de los precios como un tope al precio del gas y evitar que las capitales con mayor margen fiscal, como es el caso de Berlín, actúen por su cuenta. De lo contrario, el riesgo es “la fragmentación del mercado” y “recesión”, ha alertado. Draghi también ha defendido la creación de un fondo común potente que pueda utilizarse "no sólo para inversiones sino también para mitigar los precios”.