Tensión en Asia

Corea del Norte responde con misiles y cazas al regreso del portaaviones estadounidense

Pyongyang lanza dos proyectiles de corto alcance en dirección al mar de Japón

Seúl avisa de que su vecino llevará a cabo un ensayo nuclear entre mediados de mes y principios de noviembre

Nuevo lanzamiento de misiles desde Corea del Norte

Nuevo lanzamiento de misiles desde Corea del Norte. /

Adrián Foncillas

Adrián Foncillas

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Corea del Norte ha disparado este jueves al alba dos misiles y desplegado una docena de aviones de guerra a primera hora de la tarde como respuesta a las pasadas y futuras maniobras militares de Estados Unidos y sus aliados en la zona. Ha vuelto el fragor a la península coreana con ambas partes sujetando firme el timón hacia la tensión y denunciando las provocaciones y temeridades ajenas sin atender a las propias.

Pasaban pocos minutos de las 6 horas (hora local) cuando dos misiles de corto alcance fueron disparados de un distrito cercano a Pionyang en dirección al mar de Japón. Volaron durante 370 y 800 kilómetros, a una altura entre 50 y 100 kilómetros, y cayeron antes de alcanzar la Zona de Exclusión Económica japonesa. La trayectoria "irregular" del segundo, apuntó Tokio, sugiere que se trataba de un proyectil diseñado para evadir las defensas antimisiles. El primer ministro japonés, Fumio Kishida, los calificó de "absolutamente inaceptables" y habló durante la tarde con su homólogo surcoreano, Yonn Suk-yeol, para avanzar en la defensa conjunta.

Los misiles norcoreanos, casi una cuarentena en lo que llevamos de año, han perdido su capacidad de sorpresa. Sí sorprendieron los ocho cazas y cuatro bombarderos volando en formación unas horas más tarde para ejecutar maniobras aire-tierra con fuego real. Cuando las naves norcoreanas se acercaron a la conocida como Línea Especial de Reconocimiento, la frontera de seguridad marcada por Seúl, despegaron desde el sur una treintena de cazas. La inmediata respuesta fue calificada por el Ejército surcoreano de "abrumadora".

'USS Ronald Reagan'

El trajín norcoreano de misiles y cazas llega tras las masivas maniobras militares que ha protagonizado Estados Unidos junto a Corea del Sur y Japón. El portaaviones USS Ronald Reagan está de nuevo en la zona para acometer otra ronda de maniobras trilaterales en las próximas horas. El presidente surcoreano anunció esta mañana que la nave estadounidense había regresado a sus aguas "debido a las difíciles circunstancias" cuando estaba ya en camino de una nueva misión.

Los juegos de guerra en la península de los últimos días superan en frecuencia y magnitud a los acostumbrados. No abundan los precedentes de maniobras por tierra, mar y aire como las que Washington, Seúl y Tokyo han ejecutado en la última semana. El misil norcoreano que el martes forzó al Gobierno japonés a suspender trenes y pedir a su población que se protegiera tampoco es habitual. Es necesario retroceder hasta 2017 para encontrar provocaciones tan vigorosas. Kim Jong-un y Donald Trump se cruzaban inminentes amenazas de destrucción masiva en aquellos convulsos tiempos y sólo la mediación del expresidente surcoreano, Moon Jae-in, calmó las aguas y propició la negociación por la desnuclearización de la península. Aquellos esfuerzos son desdeñados por su sustituto en Seúl como una "diplomacia sumisa". "Esos cinco años del espectáculo pacífico de Moon nos han llevado a una enorme crisis de seguridad", afirmó recientemente un alto cargo del Partido del Poder del Pueblo.

Sin aquel freno en Seúl ni expectativas de diálogo entre Washington y Pionyang no hay margen para el optimismo. La agencia de espionaje surcoreana reveló la semana pasada que los operarios han preparado ya un túnel en Punggye-ri, habitual escenario de ensayos nucleares norcoreanos, corroborando lo que sugerían las imágenes de satélite. La prueba, que sería la primera en un lustro, llegará en algún momento entre mediados de este mes y principios del siguiente. El espionaje surcoreano colecciona fracasos y ridículos pero su último pronóstico suena verosímil.