Intento de magnicidio

La justicia sospecha que el atacante de Cristina Fernández de Kirchner no actuó en solitario

El análisis de las cámaras de seguridad en el lugar del atentado abre una hipótesis que había sido descartada

El teléfono del agresor ha sido reseteado y se pueden perder todas las informaciones que había en su interior

El intento de asesinato a la vicepresidenta de Argentina.

El intento de asesinato a la vicepresidenta de Argentina.

Abel Gilbert

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La investigación del intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner avanza entre sospechas fundadas y tropiezos escandalosos. Por lo pronto, Andrés Sabag Montiel, el joven que apuntó contra la cabeza de la vicepresidenta y falló en dos ocasiones sus disparos, ya no es considerado apenas un "lobo suelto", según la apresurada definición del jefe del servicio de inteligencia, Agustín Rossi. Después de analizar las imágenes de las distintas cámaras que registraron el episodio que estremeció a Argentina, el pasado jueves, la jueza María Eugenia Capuchetti se inclina a pensar que el agresor no actuó en solitario. Brenda Uliarte, la pareja de Sabag Montiel, de 23 años, ha sido detenida al comprobarse que había estado en la esquina de la casa de Fernández de Kirchner, en el barrio Recoleta de la ciudad de Buenos Aires. Pocas horas antes de ser arrestada, ella utilizó las redes sociales para asegurar que su novio utilizó una "pistola de agua" y que "no hay reconciliación con los corruptos".

La jueza también interrogó a Mario Pablo Borgarelli, un supuesto amigo del agresor, quien había dicho ante las cámaras de televisión: "Su intención era matarla, lamentablemente no ensayó antes". Borgarelli aportó voluntariamente su celular, que fue guardado ante la presencia de testigos, el fiscal Carlos Rívolo y el defensor oficial de Sabag Montiel. El procedimiento puede ser una rutina judicial, pero por estas horas adquiere una relevancia diferente porque las informaciones y archivos del celular del atacante, claves para la investigación, corren serio peligro de perderse. El teléfono fue misteriosamente reseteado, le comunicó a Capucjetti la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).

El ministro del Interior, Aníbal Fernández, ha presentado su dimisión al presidente Alberto Fernández, que no la ha aceptado. El funcionario ha asegurado que la Policía Federal "no manipuló" el aparato de Sabag Montiel: lo único que hizo fue colocarlo en una bolsa que blinda los dispositivos electrónicos y bloquea las señales, para entregárselo a Capuchetti. "Después no sé qué pasa". Gregorio Dalbón, abogado de la vicepresidenta, consideró "rarísimo" que en un hecho de tanta envergadura haya sido abordado "con tan poco cuidado".

Se reanuda el juicio

En este contexto se reinició este lunes el juicio contra la vicepresidenta y otros funcionarios de su Gobierno por supuestos actos de corrupción relacionados con la obra pública. "La fiscalía violó la Constitución Nacional", sostuvo Mariano Fragueiro Frías, defensor de un expresidente de Vialidad de la provincia patagónica de Santa Cruz, Héctor Garro. El impacto que ha provocado la tentativa de magnicidio no ha acallado por completo algunas voces altisonantes. "Yo estoy no contento, contento es una palabra importante; estoy conforme con el hecho de que no te hayan matado porque los cavernícolas que te siguen te hubieran erigido como mártir", dijo a través de las redes sociales el sacerdote de la provincia de Santa Fe, Juan Pablo Esquivel, y habló de un "simulacro de atentado". El cura reivindicó a su vez la petición de condena de 12 años de prisión e inhabilitación perpetua del fiscal Diego Luciani. "Tú no eres una mártir, eres una corrupta que está siendo juzgada". Para el kirchnerismo, la acusación carece de pruebas y es el detonante de una crisis que tiene el único propósito de proscribir a la vicepresidenta de cara a las elecciones de 2023.