Comicios en Italia

El partido democrático italiano lucha por la misión casi imposible de ganar las elecciones

Pese a que los progresistas y el derechista Hermanos de Italia se sitúan, ambos, en la cima de la intención de voto, los primeros no tienen casi ninguna esperanza de ganar los comicios

Giorgia Meloni y Enrico Letta

Giorgia Meloni y Enrico Letta

Irene Savio

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Un exministro centrista con la obsesión por las redes sociales. El exlíder de un partido populista. Un izquierdista defensor de los inmigrantes. Incluso un histórico ecologista. El progresista Enrico Letta, jefe del Partido Democrático (PD) italiano, tenía todas estas opciones para crear la más amplia alianza posible, aglutinar a fuerzas afines a su formación o que se escindieron de ella, y frenar así el avance de sus rivales de la derecha para ganar las cruciales elecciones transalpinas del próximo 25 de septiembre. El intento casi prosperó.

El 2 de agosto, Carlo Calenda, un antiguo ministro del PD y hoy líder del centrista partido Acción, anunció que había llegado a un acuerdo con Letta. “Se ha evitado el suicidio”, tituló entonces el diario Domani.Pero no duró mucho. En cuestión de días, el PD firmó un pacto también con el partido ecologista Europa Verde, el izquierdista Izquierda Italiana y Compromiso Cívico, formación de reciente creación liderada por Luigi Di Maio, el exjefe del populista Movimiento 5 Estrellas (M5E) que abandonó esta formación en la primavera en protesta con los actuales directivos.

Fue el punto de ruptura para Calenda, que anunció que retiraba su apoyo al PD, para aliarse con el partido Italia Viva de Matteo Renzi, otra formación centrista también surgida de una escisión del PD. “Esa coalición se está haciendo para perder”, se justificó Calenda.

Gran coalición de derechas

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De ahí que, “según los sondeos, la coalición de centroizquierda cuente con alrededor del 30% de la intención de voto, mientras que la de centroderecha tiene el 45%”, explica el el profesor Roberto D’Alimonte, al considerar que es “muy difícil” que este escenario se revierta de aquí al 25 de septiembre. Esto se debe también al sistema electoral vigente en Italia, que es mixto (dos tercios de los escaños se asignan de forma proporcional, y un tercio se atribuye por mayoría relativa), y que, por tanto, actualmente beneficia a grandes coaliciones como la de la derecha.

Vincenzo Emanuele, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Luiss de Roma, considera que el intento fallido de Letta es el resultado de un viejo pecado en la izquierda italiana: la difícil coexistencia de “figuras reacias al compromiso, que en algún caso se odian entre ellos y quieren ser líderes de sus partidos, aunque sean pequeños”.

El pragmatismo de la derecha

En cambio, “la derecha es más pragmática y oculta sus diferencias ante la posibilidad de poder tomar el poder”. “Un antecedente es lo que ya hizo Berlusconi en 1994 cuando logró crear una coalición aglutinando a formaciones tan distintas como la entonces Liga y Alianza Nacional (un partido que como Hermanos de Italia es heredero del posfascista Movimiento Social Italiano)”, argumenta Emanuele.

El profesor D’Alimonte coincide y señala otro cortocircuito que ha afectado a la formación de Letta. "El PD no pudo proponerle una alianza al Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo después de que este partido se opusiese tan abiertamente al (saliente primer ministro, Mario) Draghi, que el PD, en cambio, apoya", dice este experto, en declaraciones a este diario.

No obstante, el PD aún parece no haberse dado por vencido. Por el contrario, en los últimos días, el líder de la formación progresista ha repetidamente insistido en que Rusia se alegraría en caso de victoria de su rival, en un intento de señalar los peligros que Meloni gane las elecciones.

"Las personas más felices en el mundo si ganase (la líder de Fratelli, Giorgia) Meloni, serían el presidente ruso, Vladímir Putin, el expresidente estadounidense, Donald Trump, y el primer ministro húngaro, Víktor Orbán”, ha dicho Letta.

Aún así, lo más probable es que estas estrategias no sean suficientes. Pese a un programa electoral muy europeísta, focalizado en la transición digital y ecológica, y que incluye reformas para la integración de la comunidad inmigrante, la creación de puestos de trabajo y el matrimonio igualitario, los analistas creen que el PD no tiene la fuerza para colmar la distancia que le separa de la coalición de derecha. Salvo sorpresas.

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