Avanzan los incendios en el mayor depósito de combustibles de Cuba y traen otro gran trastorno a la isla

El siniestro que comenzó cuando un rayó golpeó contra un tanque se ha expandido peligrosamente con sus daños materiales y ambientales

Lo que ocurre en la provincia de Matanzas impacta en la provisión de energía de una isla saturada de apagones que irritan a la población

Abel Gilbert

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Según la religión afrocubana, más conocida como santería, Changó es el dios del fuego, el rayo y la guerra. Patrón de las tempestades, también es el señor del baile y la música. Las deidades que trajeron los esclavos oriundos de lo que hoy es Nigeria se sincretizaron con el catolicismo. Desde entonces, Changó es un modo de nombrar a Santa Bárbara y viceversa. Muchos cubanos invocaron al orisha hijo de Yemayá y a la vez la "santa" tan adorada como temida después que el pasado viernes por la noche un rayo atravesara un tanque con miles de toneladas de petróleo de la ciudad de Matanzas, a 104 kilómetros de La Habana, donde se encuentra el mayor depósito de combustible de la isla. A partir de ese momento, la naturaleza se conjuró con una tecnología vetusta en materia de protección de descargas eléctricas. El viento ha dificultado las tareas de extinción. Y fue el comienzo de un pequeño infierno a cielo abierto cuyas volutas, se ha asegurado, pudieron vislumbrarse desde la playa de Varadero, el principal polo turístico de ese país, a dos horas de automóvil.

"El incendio ha tomado una magnitud mayor, ya están comprometidos cuatro tanques de 50.000 (toneladas cada uno)", dijo en la tarde del lunes el teniente coronel Alexander Ávalos Jorge, una de las autoridades del Departamento Nacional de Extinción del Cuerpo de Bomberos. La situación, añadió, es "muy complicada" debido a "las altas temperaturas y el aire que nos ha golpeado mucho" y dificultan el uso de los "materiales y recursos para enfrentar el fuego". No obstante, este martes la situación parece estar mejorando, aunque todavía es "compleja y difícil", según los bomberos.

Hasta ahora, las autoridades confirmaron un deceso, al menos 17 desaparecidos y más de 120 heridos. El Gobierno del presidente Miguel Díaz-Canel ha solicitado ayuda internacional. Venezuela y México respondieron de inmediato al pedido. "Estados Unidos vigila cuidadosamente la situación en Matanzas y está a la espera en caso de que Cuba requiera asistencia humanitaria o técnica", afirmó su embajada en La Habana.

Lo primero fue una explosión seca y ensordecedora. Después, la columna de fuego. Casi al mismo tiempo un olor terrible a metales y a azufre invadió la atmósfera de la bahía. "Nos hizo gritar ¡pingas y cojones! La orden fue de retirada total y reporte urgente de víctimas con lesiones", un bombero a través de las redes sociales.

"El riesgo que habíamos anunciado ocurrió", admitió el gobernador de la provincia, Mario Sabines, sobre los efectos del incendio inicial sobre los otros tanques. La población no da crédito a lo que muestran las pantallas. El portal El Toque aseguró que, a los daños materiales habrá que sumarle el impacto ambiental. La nube tóxica era empujada por el viento hacia la capital provincial. El Instituto de Meteorología llamó a los ciudadanos a protegerse de la lluvia ácida con mascarillas.

Díaz-Canel no se demoró en llegar al corazón del nuevo desastre y exhortó a los cubanos a enfrentarlo con coraje. "Hay valores que compartimos como sociedad, que compartimos como revolucionarios, que compartimos como pueblo, que son valores fundados por la obra revolucionaria, que deciden en momentos como estos".

Un nuevo frente de dificultades

El incendio de Matanzas añade otro eslabón a la cadena de severos contratiempos que enfrenta Cuba. A la inflación galopante y la escasez de productos de primera necesidad se ha sumado otra irritante faceta de la crisis: los apagones. De hecho, los tanques siniestrados se encuentran en un área industrial próxima a la termoeléctrica Antonio Guiteras, una de las más importantes de la isla, que salió temporalmente de funcionamiento en las últimas horas. Los cubanos atraviesan el verano con un 40% menos de energía y mucha más bronca acumulada.

Hipótesis y paranoias

El historiador de la meteorología en Cuba Luis Enrique Ramos Guadalupe le aseguró a Granma, el órgano oficial del Partido Comunista, que nunca el cielo había escupido con tanta violencia contra tierra cubana. Y es por eso que no tardó en afirmar en las redes sociales que se había tratado de un castigo divino. La supuesta maldición de Changó compitió con versiones paranoicas. "Algunos detractores del Gobierno sostienen que fue un accidente por problemas técnicos, o un sabotaje de opositores que se quiere ocultar tras un fenómeno natural. Entre ellos sobresalen los negadores del rayo, quienes afirman que no hubo tormenta alguna en Matanzas ni en otro lugar de Cuba. Como esa tarde trotaba por mi circuito tradicional de ida y vuelta desde mi casa, puedo dar fe de la magnitud de las descargas eléctricas sobre la ciudad que me obligaron a buscar cobijo en un edificio", señaló Mario Valdés Navia en el portal Joven Cuba.

La propensión a creer en las versiones insólitas está a la orden del día desde hace meses con la explosión del Hotel Saratoga de la capital que provocó 45 muertos, y una serie de incendios en instalaciones estatales. A eso se suma una sucesión de fallecimientos de generales del Ejército, apenas informada con un lacónico obituario oficial. Las redes sociales no hacen más que incrementar las narrativas apocalípticas.