El primer ministro de Sri Lanka asume la presidencia del país

El primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wickremensinghe ha jurado este viernes como presidente interino después de la huida de Gotabaya Rajapaksa a Singapur. Wickremesinghe, de 73 años, ha prestado juramento ante el presidente de la Corte Suprema, Jayantha Jayasuriya, según ha anunciado la oficina del primer ministro. El presidente del Parlamento, Mahinda Yapa Abeywardana, ha anunciado también que el próximo 20 de julio se elegirá un nuevo mandatario para completar el mandato hasta noviembre de 2024.

La confirmación de la dimisión de Rajapaksa se ha celebrado en las calles del país asiático, donde miles de esrilanqueses han salido a la calle para celebrar su salida del poder tras más de tres meses de protestas exigiendo su renuncia. Las celebraciones han empezado a primera hora de la madrugada, incluso antes de producirse el anuncio oficial, cuando amplios grupos de personas han comenzado a llenar las calles de Colombo bailando, lanzando petardos o gritando consignas, según las imágenes difundidas en redes sociales. Con su dimisión, Rajapaksa se ha convertido en el primer presidente esrilanqués en renunciar desde que Sri Lanka adoptó el sistema presidencial de gobierno en 1978.

Nuevo mandatario

No obstante, el tiempo de Wickremensinghe como presidente interino no será muy largo. El Parlamento esrilanqués elegirá un nuevo mandatario el miércoles 20 de julio para completar la legislatura hasta noviembre de 2024. Mahinda Yapa Abeywardana, presidente del Parlamento, ha anunciado que podrán presentarse candidaturas hasta el martes y los diputados deberán votar a un nuevo jefe de Estado el miércoles.

Sri Lanka vive la peor crisis económica y política de su historia, lo que ha provocado masivas protestas desde hace meses. El sábado, los manifestantes invadieron la residencia oficial de Rajapaksa, obligándolo a salir del país el miércoles.

La grave crisis económica ha llevado al país a caer en el impago de su deuda externa de 51.000 millones de dólares, y está en conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para un acuerdo de rescate. Pero las negociaciones se han descarrilado con el revuelo político, y un portavoz del FMI dijo el jueves que el organismo espera que se resuelva el problema para reanudarlas.

La isla se está quedando sin combustible, por lo que el Gobierno ha ordenado el cierre de oficinas no esenciales y escuelas para reducir el transporte.