Tensión por el Sáhara

La crisis diplomática entre España y Argelia amenaza con un golpe económico de miles de millones

¿Qué dice el Tratado de Amistad entre España y Argelia?

Estas son las consecuencias de la ruptura de las relaciones entre España y Argelia

Argel suspende su tratado de amistad con Madrid y congela todas las operaciones de comercio exterior, algo que podría afectar la estratégica importación del gas del país africano

Planta industrial en Argelia

Planta industrial en Argelia / AP

Carles Planas Bou

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El histórico cambio de posición de España sobre el Sáhara Occidental ha abierto una crisis diplomática con Argelia que amenaza con golpear la economía nacional. Este miércoles, Argel dio por suspendido con carácter “inmediato” el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con Madrid, congelando a su vez todas las operaciones de comercio exterior con quien hasta ahora había sido su aliado.

El pasado 18 de marzo, el Gobierno de Pedro Sánchez anunció que dejaba atrás su neutralidad para apoyar el plan autonomista de Marruecos sobre la antigua colonia, un giro que irritó a Argelia, aliada del pueblo saharaui. El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, aseguró entonces que el cambio no tensaría su relación con Argel, una promesa que se ha deshecho menos de tres meses después. Y es que la paralización del Tratado de Amistad, sellado en 2002, pone en el aire la cooperación económica entre ambas naciones.

La congelación de las transferencias bancarias para bloquear el comercio exterior con España puede tener un impacto mayúsculo sobre la economía española y sobre grandes empresas nacionales que, como Repsol, operan en territorio argelino. En 2021 España importó bienes y productos de Argelia por un valor de 4.768,1 millones de euros, mientras que el volumen de transacciones en la otra dirección fue de 1.888 millones, según los datos registrados por la Secretaría de Estado de Comercio. En 2019, el último año de no afectación por la pandemia del covid-19, España importó de Argelia bienes por valor de 3.852 millones, mientras que las exportaciones fueron de 2.906 millones.

La balanza comercial entre ambos países ha sido tradicionalmente deficitaria para España, pues importa más bienes -especialmente combustibles fósiles como el gas natural- de los que exporta a la nación magrebí. El año pasado, fue de -2,88 millones de euros para el Estado español, según datos de ICEX España Exportación e Inversiones.

Impacto sobre el gas

Las represalias de Argel también podrían afectar la relación energética entre ambas naciones, considerada una prioridad estratégica de la política comercial española en África. "Anunciar el cambio de posición sobre el Sáhara en plena espiral alcista de los precios de la energía por la guerra en Ucrania demuestra que España no tiene ni táctica ni estrategia", apunta Francis Ghilès, investigador asociado al CIDOB.

En abril, el gobierno argelino amenazó con romper los contratos de gas que la empresa estatal Sonatrach tiene con empresas españolas, a punto de vencer, si constataba que el destinatario final era Marruecos. Esa opción podría abrir una importante batalla legal en los tribunales. Aún así, Madrid sigue remarcando que no teme por el suministro de gas procedente de Argelia. “No hay dificultad para el flujo de gas”, ha puntualizado Albares.

A diferencia de otros países europeos, que dependen de Rusia, alrededor del 40% del gas natural que necesita España proviene de Argelia. Esa dependencia ha sido del 33%, del 29,2% y del 45,9% en los años 2019, 2020 y 2021, respectivamente. Ese gas llega principalmente a España través del gasoducto Medgaz, que conecta directamente los yacimientos argelinos de Hassi R’mel con Almería, pues el Magreb-Europa (GME), que pasa por Tarifa y Marruecos, fue cerrado a finales de octubre del año pasado a causa de las malas relaciones entre las dos naciones magrebíes. "Europa ha cometido un error fatal al pedir contratos de gas cortos", lamenta Ghilès. "Comprar energía no es comprar fruta, necesitas unos 10 años para desarrollar un campo de gas. Si Argelia se opone a esos contratos no se trata de chantaje, sino de presión".

Junto a la escalada de los precios energéticos, esa tensión diplomática ha llevado a España a maniobrar para rebajar su dependencia de Argelia aumentando las compras a otros países, como Egipto o Nigeria. Así, en enero Estados Unidos desplazó a Argelia en su posición histórica y pasó a ser el mayor proveedor de gas natural licuado (que se transporta con barco), con un 34,6% de las importaciones, frente al 25,4% provenientes del país africano, según datos de Enagás y de la Corporación de Reservas Estratégicas (Cores). Ese 'sorpasso' hace que, de impactar sobre el gas, las represalias de Argel sean menos duras de lo que habrían sido hace unos meses. En comparación con el mes de abril de 2021, el consumo de gas argelí ha caído un 35% en España.

La crisis energética acentuada con la invasión rusa de Ucrania también ha hecho que España ya exporte más gas a Francia del que importa de Argelia. El experto señala que la crisis diplomática entre ambos países también puede tener otras consecuencias como dejar de frenar la llegada de migrantes a través de pateras como herramienta de presión. "Argelia tiene una posición de fuerza", advierte.

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