Pobreza en el gigante sudamericano

Unos 33 millones de brasileños pasan hambre

Seis de cada diez habitantes enfrentan problemas de seguridad alimentaria, unos niveles desconocidos antes de que la ultraderecha llegara al poder

Brasil hambre

Brasil hambre / EFE

Abel Gilbert

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La era de la ultraderecha ha dejado su marca en el estómago de los brasileños. De acuerdo con la Red Brasileña de Investigación en Soberanía y Seguridad Alimentaria (Penssan), en los dos últimos años casi se ha duplicado el número de brasileños que pasan hambre, desde 19 millones en 2020 hasta 33,1 millones de personas azotadas por semejante flagelo. Representan al 15,5% de los habitantes del país, nueve puntos más que en 2018, cuando Jair Bolsonaro se impuso en las elecciones. El miedo a quedarse sin un plato de comida es cotidiano.

La misma investigación da cuenta de que el 60% de los brasileños, casi 125 millones de personas, sufre situaciones de inseguridad alimentaria como consecuencia de la crisis económica, agravada con la pandemia, y el repliegue de las políticas sociales del Estado. Un incremento del 7,2% respecto a lo que sucedía en 2020 y, lo que más ha asombrado a los especialistas, una diferencia negativa del 60% en relación también al año en que Bolsonaro inició su ascenso al poder.

El informe ha tenido un fuerte impacto porque remite a problemas que Brasil parecía haber dejado atrás. "El año 2022 marca el retroceso de la seguridad alimentaria en Brasil con un contingente de personas pasando hambre aún mayor que el número registrado hace 30 años", señaló al respecto el diario Folha de San Pablo. Según el director de la organización Acción Ciudadana, Kiko Alfonso, "el sentimiento de indignación de la sociedad" frente al hambre es en la actualidad mucho menor del que imperaba durante la década de los noventa. El cambio cultural que supuso la llegada de la ultraderecha al Gobierno no es ajeno a cierta indiferencia frente a las iniquidades sociales.

En declaraciones a Folha, Alfonso ha atribuido el aumento del número de personas que padecen hambre a una gestión presidencial que trata la seguridad alimentaria como un negocio. En su opinión, Brasil experimentó un punto de inflexión en 2016, el año del golpe parlamentario contra Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), cuando "se diezmaron las políticas públicas de asistencia social y los programas de seguridad alimentaria". Esas políticas, iniciadas durante el Gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, habían sacado a Brasil del Mapa del Hambre de la ONU.