Los efectos de la invasión

Ucrania cifra en 9.100 millones de euros los daños en las infraestructuras por bombardeos rusos

La guerra de Rusia y Ucrania, en directo

El Gobierno de Kiev estima que para reconstruirlas necesitará uno o dos años y ayuda exterior

Un bombero en la extinción del fuego en un almacén con productos químicos alcanzado por  bombardeos rusos, en las afueras de Brovary, en la región de Kiev.

Un bombero en la extinción del fuego en un almacén con productos químicos alcanzado por bombardeos rusos, en las afueras de Brovary, en la región de Kiev. / ROMAN PILIPEY

Irene Savio

Irene Savio

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Denys, un empleado de una empresa de alquiler de pisos turísticos en el centro de Kiev, solía atender a clientes de Rusia, Canadá, Estados Unidos y de varios países europeos. Pero luego llegó primero la pandemia y, ahora, la guerra con Rusia. Con el estallido del conflicto bélico, Denys dejó de responder al teléfono. Sencillamente desapareció. Y también su gerente. Abandonaron su negocio, huyendo de los bombardeos de la capital de Ucrania, y nadie sabe cuándo volverán. Y es que además, por supuesto, en Kiev ya no hay turistas.

Nadie tiene conocimiento del daño económico exacto que la invasión de Rusia implicará para Ucrania. La razón, claro está, es que los enfrentamientos bélicos continúan en todo el país y no hay señales de que se vayan a detener en un futuro muy cercano. No obstante, el ministro de Infraestructuras ucraniano, Oleksandr Kubrakov, dio ya este martes una primera estimación del golpe que las arcas del Estado ucraniano han recibido a raíz del conflicto.

Según una primera estimación, tan solo la destrucción de las infraestructuras ucranianas (lo que incluye puentes, aeropuertos, carreteras, y vías ferroviarias bombardeadas) ha provocado unas pérdidas de 10.000 millones de dólares (unos 9.160 millones de euros). Por ello, Kubrakov también estimó que al país le llevará uno o dos años volver a reconstruir todas estas infraestructuras, siempre y cuando Ucrania reciba la ayuda exterior que dice que necesita para volver a levantar lo destrozado. Lo cierto es que, hasta la fecha, solo poquísimos aeropuertos (el de Lviv, por ejemplo) no han caído en la mira de la artillería rusa, a la vez de que han sufrido daños también escuelas, hospitales, universidades y numerosos otros edificios de la Administración pública ucraniana.

Suspensión de exportaciones

No es la única consecuencia económica que cabe esperar. Como parte de sus medidas para readaptar el país a su nueva normalidad, el Gobierno ucraniano también ha anunciado esta semana la suspensión de las exportaciones de varios productos agrícolas producidos en Ucrania, según ha informado Interfax. Una medida, esta, que también se explica por el visible desabastecimiento que el país sufre desde hace varios días.

En paralelo, el Gobierno de Kiev ha prometido ayudas de unas 6.500 grivnas (unos 215 euros) a toda persona cuyo trabajo se vio interrumpido por la guerra, dijo que seguirá pagando pensiones a los ciudadanos que tienen derecho a ello, y ha afirmado que entregará unas 1.000 grivnas más a las fuerzas del orden y el Ejército. Un esfuerzo que supone un déficit añadido para el país.

El problema es que ya antes del estallido del conflicto bélico la economía ucraniana se encontraba herida de gravedad. De hecho, desde 2014, año del inicio de la guerra en el Donbás, a 2020, Ucrania perdió 280.000 millones de dólares, el equivalente a unos 40.000 millones al año o al 20% del PIB del país antes de que iniciara el enfrentamiento con Rusia. Tan solo la anexión de Crimea supuso un coste de unos 58.000 millones de dólares, y la guerra en las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, otros 14.600 millones.

Tiendas cerradas

La estimación la ha publicado recientemente el Centro de Investigaciones Económicas y Negocios (CEBR) del Reino Unido, pero indicios de esta situación ya se podían observar en las calles de las ciudades ucranianas, donde abundaban las tiendas cerradas también como consecuencia de la inflación, que se había disparado un 10% en el último mes antes del conflicto armado.

Con ello, ya antes que empezaran a caer las bombas, la práctica totalidad de los inversores extranjeros habían congelado sus inversiones en el país, como explicaba a este diario Pavlo Sheremeta, exministro de Economía y hoy asesor de grupos de inversión y bancos. "Una excepción había sido el sector metalúrgico, porque China tiene mucho interés en el acero ucraniano y usa puertos como el de Odesa para este negocio", argumentó Sheremeta.

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