Guerra de Ucrania

Rumanía, refugio para ucranianos y puesto avanzado de la OTAN en el este

Desde el jueves pasado más de 25.000 personas han cruzado la frontera huyendo de la guerra

Grupos de gente cruzando la frontera entre Ucrania y Polonia, en Medyka

Grupos de gente cruzando la frontera entre Ucrania y Polonia, en Medyka / REUTERS / KACPER PEMPEL

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"Mi marido nos acompañó hasta la frontera antes de regresar a Kiev para luchar", explica una joven ucraniana al llegar a Rumania, un país que perteneció a la órbita soviética y ahora se halla en primera línea ante un posible avance de los rusos.

Desde el lanzamiento de la ofensiva contra Ucrania el pasado jueves por el presidente ruso, Vladimir Putin, más de 25.000 refugiados fueron registrados por la policía fronteriza.

Acompañada de sus tres hijos, Olga, que no dio su apellido, cruzó el Danubio para llegar al pequeño puerto de Isaccea (este). Esta trabajadora en el área de marketing, de 36 años, pasará allí unos días antes de viajar a Bulgaria.

"Nunca volveremos a Ucrania", afirma amargado, Andrey, un abogado de 40 años. Ya en 2014, había huido de la región separatista de Donbás para refugiarse en Odesa, antes de ser obligado a abandonar una vez más su hogar, con su esposa y sus tres hijos, cuenta a la AFP.

Rumania, que comparte una frontera de 650 km de longitud con Ucrania, se considera por el momento preservada por su condición de miembro de la Unión Europea y de la OTAN.

Pero desde hace meses, frente a las crecientes tensiones con Moscú, este antiguo satélite de la Unión Soviética exige un refuerzo del flanco oriental de la Alianza Atlántica.

Sus llamamientos han sido escuchados y Estados Unidos envió en enero una unidad de blindados Stryker y un millar de militares a una base situada cerca del Mar Negro, además de los 900 ya estacionados en Rumania.

Seis aviones Eurofighter Typhoon de la Fuerza Aérea alemana se unieron a los cuatro aviones italianos de la Policía Aérea en febrero.

Emmanuel Macron anunció el viernes en Bruselas que Francia acelerará el despliegue de unos 500 soldados en el marco de la OTAN.

La isla de las serpientes, en manos rusas

La situación se complicó aún más tras la toma el jueves por Moscú de la isla de las serpientes, una roca en el Mar Negro que se encuentra a 45 km de las costas rumanas. Deshabitada pero de importancia estratégica, esta pequeña isla fue objeto de una disputa entre Bucarest y Kiev antes de ser atribuida a Ucrania por la Corte Internacional de Justicia de La Haya en 2009.

"Vamos a tener que acostumbrarnos a vivir con los rusos en nuestras fronteras (...) pero se trata de fronteras de la OTAN", declaró el ministro rumano de Defensa, Vasile Dancu.

"Rumania no estará sola para gestionar esto, sino que recibirá apoyo en caso de necesidad", añadió.

Además, la presencia de rusos cerca de las aguas territoriales rumanas puede desalentar a las compañías que tienen concesiones y planean explotar los yacimientos de gas que allí se han descubierto -estimados entre 42.000 y 84.000 millones de m3-, señalan los expertos.

"Los objetivos del Kremlin no se limitan a Ucrania", advirtió el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. "Putin ha exigido la retirada de las fuerzas de la Alianza de los territorios de todos los países que se adherieron desde 1997", recordó.

En el visor, el sistema antimisiles de la OTAN alojado por Rumania, que Rusia denuncia una y otra vez como una amenaza contra su territorio, aunque la Alianza insista en que su objetivo es exclusivamente defensivo.