Entrevista con H. A. Hellyer

"Diez años son pocos para valorar el resultado de la Primavera Árabe. Esto no ha acabado"

El académico y analista del mundo árabe Hisham A. Hellyer.

El académico y analista del mundo árabe Hisham A. Hellyer. / EL PERIÓDICO

Laura Puig

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Los países árabes se encuentran inmersos en una espiral de crisis económicas e inestabilidad política fruto, según Hisham A. Hellyer, de asuntos pendientes en los procesos de descolonización. Hellyer es un académico y analista del mundo árabe, miembro del think tank Carnegie Endowment for International Peace y del Royal United Services Institute, y profesor de la Universidad de Cambridge. Recientemente ha ofrecido una conferencia sobre la dinámica de "guerra fría" en la región en el Instituto Europeo del Mediterráneo de Barcelona (IEMed) y en esta entrevista habla con EL PERIÓDICO de estos conflictos, así como de los países de la zona con Israel y Occidente.

El año pasado se cumplieron 10 años de la Primavera Árabe. ¿Qué queda hoy en día de aquellas revoluciones?

Las revoluciones árabes fueron inevitables y resultado de asuntos pendientes de la época colonial y poscolonial. Estas poblaciones fueron colonizadas, fueron explotadas, y luego sus colonizadores fueron forzados a marcharse. Las estructuras que dejaron los colonizadores fueron tomadas por líderes poscoloniales pero continuaron siendo sistemas de gobierno no representativos, antidemocráticos, que no permitieron que estas poblaciones se empoderaran o al menos sentir que tienen vías hacia el empoderamiento. Yo soy inglés y puedo decir que muchos en Reino Unidos nos sentimos poco empoderados como resultado del clima político, pero nadie imagina que sea imposible hacer cambios. Pero creo que de estas revoluciones ha quedado el sentimiento de un trabajo inacabado. La gente recuerda que fue posible que se produjera el cambio. También recuerdan el enorme coste que uno puede tener que soportar para que se produzca ese cambio. Mucha gente decidió que no era el momento de pagar ese precio porque podría ser muy elevado para francamente no conseguir demasiado a corto plazo, pero ciertas barreras se rompieron en este sentido. Y aunque los problemas subyacentes permanecen, 10 años son pocos para valorar el resultado. Esto no ha acabado.

¿Cree que la pandemia ha dañado o interrumpido el camino a la democracia de estos países?

No sé si diría que lo ha dañado, puesto que es obvio que durante la pandemia la gente se enfoque en otras cosas, pero sí que ha supuesto otro estrés para el sistema. Aunque dañar implica que si la pandemia no hubiera tenido lugar quizás las cosas estarían mucho mejor y no estoy seguro de esto. Creo que la pandemia solo ha sido un patrón de espera.

Usted considera que existen dos polos en las "guerras frías" geopolíticas del mundo árabe. ¿Cuáles son estos polos?

En las últimas tres décadas se ha hablado de saudís versus iranís, o de sunís versus shiís, pero yo creo que la cuestión es mucho más compleja. En mi opinión hay dos polos mucho más grandes: uno de ellos está integrado por saudís, emiratís y egipcios, y el otro polo lo forman Turquía, Catar y las redes de los Hermanos Musulmanes. Y aunque digan que están compitiendo por diferentes visiones sobre las revoluciones o sobre el peso de la religión, en realidad buscan ampliar su influencia en la región. Han apoyado o no las revueltas en función de si se ajustaban a sus intereses.

¿Podría haber una escalada de tensión en los próximos años entre estos dos polos?

-No, al contrario. Creo que estamos viendo mucha desescalada. Los turcos están teniendo más relaciones con los emiratís y los saudís. Los egipcios también están intentando relacionarse más con los turcos,... aunque el pulso existe.

¿La normalización de relaciones entre algunos países árabes e Israel ha cambiado algo en la región?

En mi opinión, el mundo árabe no ha normalizado relaciones con Israel. Hay 22 países en la región, de los que dos o tres han normalizado parcialmente sus relaciones, con excepción de los emiratís que buscan una normalización total. Pero estos representan un porcentaje muy pequeño del mundo árabe. Por otra parte, puede haber normalización de relaciones gubernamentales, pero eso no quiere decir que se normalicen las relaciones, porque la normalidad es entre personas. Y esto no sucederá, en mi opinión, hasta que no haya una resolución justa de la cuestión palestina.

¿La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca ayudará a encontrar una solución?

No, creo que los líderes políticos de Occidente no tienen suficientes ganas de encontrar una solución justa. Los israelís tampoco. Y son completamente conscientes de ello. No obstante, como colaborador del think tank Carnegie Endowment for International Peace, he observado cómo han cambiado las discusiones sobre la cuestión palestina en EEUU en los últimos años. Ahora es más común escuchar matices y que se haga mucho más énfasis en la simple realidad de que los palestinos son seres humanos. Esto no ocurría antes. La discusión está cambiando. Pero no creo que esto quiera decir que vayan a cambiar las cosas en términos de políticas durante la Administración de Biden y probablemente tampoco en la próxima Casa Blanca, pero podría ser en la siguiente o la otra. Son tendencias que creo que están muy claras.

¿Qué rol deben jugar EEUU y la UE en la democratización de los países árabes?

Creo es que deberían centrarse en minimizar daños. Es más realista. Me gustaría que hicieran más en términos de fortalecimiento, no en un sentido imperialista, sino recordando a estos países que han firmado tratados internacionales que les impiden hacer determinadas cosas a su propia gente. Pero no veo esto, no veo un interés real en defender suficientemente las libertades y derechos fundamentales, sino más bien están centrados en definir de una manera muy precisa sus intereses comerciales. Siento ser tan cínico, pero creo que si va a haber un cambio no va a ser como resultado de fuerzas exteriores Pero es que no estamos haciendo un buen trabajo en Europa con nuestros propios compañeros europeos para asegurar que todos nos adhiramos a ciertos tratados o convenciones. Veo la espiral descendiente de un país como Hungría o la deriva a la derecha de gente como Emmanuel Macron en Francia. No tengo expectativas de que Occidente vaya a hacer un buen trabajo en las relaciones internacionales.