Cámara de los Comunes

Rebelión masiva de los diputados conservadores contra las nuevas restricciones covid de Johnson

A handout photograph released by the UK Parliament shows Britain's Health Secretary Sajid Javid attending a debate ahead of a vote on the Government's planned measures to tackle the Omicron variant of Covid-19, in the House of Commons in London on December 14, 2021. - The British government on Tuesday urged its own MPs not to rebel against new coronavirus restrictions, insisting the country was in a race to prevent the Omicron variant spiralling out of control. Prime Minister Boris Johnson is facing potentially the largest backlash from within his own ranks since he won an emphatic election victory in December 2019, putting him under further pressure after a string of recent scandals. (Photo by JESSICA TAYLOR

A handout photograph released by the UK Parliament shows Britain's Health Secretary Sajid Javid attending a debate ahead of a vote on the Government's planned measures to tackle the Omicron variant of Covid-19, in the House of Commons in London on December 14, 2021. - The British government on Tuesday urged its own MPs not to rebel against new coronavirus restrictions, insisting the country was in a race to prevent the Omicron variant spiralling out of control. Prime Minister Boris Johnson is facing potentially the largest backlash from within his own ranks since he won an emphatic election victory in December 2019, putting him under further pressure after a string of recent scandals. (Photo by JESSICA TAYLOR

Begoña Arce

Begoña Arce

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El primer ministro Boris Johnson sufrió el martes la mayor rebelión de diputados conservadores desde que asumió el cargo hace dos años. Su autoridad quedó seriamente comprometida en la votación sobre nuevas medidas que frente al avance de la variante ómicron.

Un total de 98 diputados 'tories' votó contra la obligatoriedad del pasaporte con vacunación completa, o alternativamente de un test lateral negativo, para participar en actos masivos o entrar en lugares cerrados como las discotecas. La medida fue aprobada con 369 votos a favor y 126 en contra, pero hizo falta el respaldo de los laboristas para que la propuesta saliera adelante. Quienes rechazaron la norma consideran que tal exigencia es antiliberal, “intrusiva”, “autoritaria”, “ineficaz” y en definitiva poco acorde con la tradición británica y al espíritu conservador. La escala de la rebelión, que superó todo lo esperado, era un test para calibrar el deterioro de la autoridad de Johnson entre los suyos y el nivel de malestar dentro del Partido Conservador por los escándalos en los que se ha visto envuelto su líder.

Johnson trató de frenar en el último momento la revuelta que se venía fraguando desde hacía días. Una hora antes de la votación se reunió en persona a puerta cerrada con los diputados del llamado Comité 1922 para intentar poner orden en sus filas advirtiéndoles de que el Gobierno no tenía otra opción más que actuar ya que el número de hospitalizaciones puede ser “desastroso”, dada la alta transmisibilidad de ómicron. Claramente sus famosas dotes de persuasión no funcionaron.

Test rápidos

El pasaporte covid, que según los sondeos cuenta con el apoyo de la mayoría de los británicos, era una de las normas sometidas a votación. La obligatoriedad de llevar mascarilla en la mayoría de lugares cerrados, excepto en bares y restaurantes salió adelante sin problemas, al igual que el reemplazo del asilamiento por test rápidos diarios durante siete días, para quienes han entrado en contacto con alguien contagiado de ómicron. Sin embargo hubo gran oposición a la vacunación obligatoria para todo el personal de la sanidad pública (NHS) y trabajadores sociales en Inglaterra. Los sindicatos habían pedido a los diputados laboristas votar en contra. El resultado fue de 385 a favor frente a 100 votos en contra.

Lo peor de la ola de ómicron está por llegar y el problema para Johnson es que en cuestión de días o semanas puede tener que adoptar restricciones aún más drásticas y más difíciles de digerir para sus diputados claramente enfrentados a su estrategia de la pandemia. La única salida es volver a confiar en la oposición laborista. El parlamento británico cierra por vacaciones esta semana y el ministro de Sanidad, Sajid Javid, se negó a confirmar que sería convocado excepcionalmente en caso de que hagan falta nuevas medidas durante el periodo navideño.

El número de contagios en el Reino Unido alcanzó en las últimas 24 horas otro récord con 59.610 nuevos casos, un incremento del 12,1% en 7 días y la cifra más elevada desde el pasado de enero. En Londres ómicron ha superado a la variante Delta y el número de pacientes con coronavirus en los hospitales de la capital ha alcanzado el nivel del pasado mes de marzo. La estimación de los científicos es que ómicron se ha disparado en todo el país con 200.000 contagios al día.

Cuarentena en un hotel

En la Cámara de los Comunes Javid, anunció la eliminación a partir del miércoles de la lista roja en la que estaban incluidos 11 países africanos, y la obligación de los pasajeros procedentes de estos destinos de guardar cuarentena en un hotel. La lista es “ahora menos eficaz para frenar la incursión de ómicron desde el extranjero” dado el alto nivel de transmisión de la variante en el Reino Unido, explicó.

En su intervención al abrir el debate advirtió que el impacto en los hospitales de la nueva ola se puede dejar sentir en un par de días.  “Creo firmemente en la libertad individual”, pero “es vital que actuemos rápidamente y de manera proporcionada, haciendo todo lo posible para reforzar nuestras defensas y preservar una mayor libertad a largo plazo”.   Las restricciones, subrayó, son menores comparadas con las que rigen en Europa.

Escocia ya ha ido más allá. La ministra principal, Nicola Sturgeon, recomendó la vuelta a la distancia social y las pantallas protectoras en tiendas y locales de hostelería. A los escoceses les pidió que se limiten las reuniones en toda la temporada navideña a miembros de tres hogares diferentes, si bien esa norma no regirá el día de Navidad. Gales anunciará esta semana nuevas precauciones.  

Los británicos quieren ponerse a salvo. Desde el lunes hay larguísimas colas en hospitales y centros de vacunación en Inglaterra. La gente está esperando horas para ponerse la tercera dosis ofrecida a todos los mayores de edad. En la primera jornada el número de vacunas suministradas fue 500.000, la mitad del objetivo de un millón diario que se ha fijado el gobierno, para tener a todos los adultos cubiertos con la vacuna de refuerzo a finales de este mes.