Sentencia en Francia

Sarkozy, condenado a un año de prisión por financiar "ilegalmente" la campaña presidencial de 2012

El expresidente francés podrá cumplir la condena de un año en arresto domiciliario y con pulsera electrónica

El dirigente conservadora ya fue condenado hace siete meses por corrupción y tráfico de influencias

sarkozy

sarkozy / Tarek / PP

Enric Bonet

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Segunda pena de prisión en seis meses para Nicolas Sarkozy. El Tribunal de París ha condenado este jueves por la mañana al expresidente francés a un año de encarcelamiento firme por el caso Bygmalion, aunque podrá cumplir este castigo con una detención a domicilio controlada con un brazalete electrónico. Los magistrados lo han hallado culpable de un delito de “financiación ilegal de campaña electoral” por haber gastado el doble de lo permitido en la carrera hacia el Elíseo en 2012, en la que perdió ante el socialista François Hollande. En marzo Sarkozy ya había sido condenado por la trama de corrupción de las escuchas judiciales.

La juez Caroline Viguier ha dicho que “Sarkozy era consciente de su desafío de evitar sobrepasar el límite del gasto” en la campaña y que “fue advertido del riesgo de ello” por escrito. “No era su primera campaña y conocía el derecho”, ha destacado la magistrada. Según ella, el entonces presidente tenía constancia del coste excesivo de su actividad electoral y no hizo nada para remediarlo.

La sentencia considera que desde mediados de marzo de ese año el entonces presidente y sus colaboradores más estrechos iniciaron una trama de facturas falsas para desviar buena parte del gasto de su candidatura hacia las cuentas de su partido, la Unión del Movimiento Popular (UMP, rebautizada Los Republicanos en 2014). Así se quería evitar que la Comisión Electoral se diera cuenta de que gastó hasta 42,7 millones —entonces el tope legal era de 22,5 millones— en una campaña espectacular con grandes mítines, al más puro estilo estadounidense. Las facturas fueron troceadas y falsificadas por la empresa de comunicación Bygmalion, encargada de organizar los mítines y con cuyo nombre se bautizó el caso.

Además del expresidente, otros 13 acusados han sido juzgados. Entre ellos había estrechos colaboradores de Sarkozy, segundas espadas de la UMP y los dirigentes de la empresa Bygmalion. Todos han sido declarados culpables por un delito de “complicidad en financiamiento ilegal”. Y también algunos de ellos por “falsificación”,  “complicidad de falsificación”, “estafa” o “complicidad en estafa”.

Los magistrados los han castigado con penas de entre tres y dos años de prisión, aunque cumplirán la parte firme con una detención a domicilio y controlados con un brazalete electrónico. Entre los condenados con una pena más importante, se encuentra Jérôme Lavrilleux, ex director adjunto de campaña del entonces presidente, que desveló este caso en 2014 con unas sorprendentes declaraciones en un plató de televisión.

Poco colaborativo con la justicia

Sarkozy, que se mostró poco colaborativo con la justicia en este proceso, no ha estado presente en la audiencia de hoy. Durante el juicio, celebrado entre mayo y junio, solo se presentó delante del tribunal cuando lo interrogaron y se ausentó el resto de días. Pese acumular dos penas de cárcel, el exmandatario no entrará entre rejas. En marzo los jueces también le dejaron la posibilidad de reconvertir su castigo en una detención a domicilio. De hecho, el expresidente intervino el miércoles en la convención nacional del PP en Madrid, donde la derecha española lo recibió como una estrella de la política.

El dirigente conservador ya se había convertido en marzo de este año en el primer expresidente de la V República en ser condenado a una pena de prisión firme. Entonces, le cayeron tres años de encarcelamiento, uno de ellos incondicional, por el caso de corrupción de las escuchas judiciales. Aunque los magistrados lo declararon culpable por haber intentado obtener favores de un juez, el exmandatario recurrió esa sentencia. Lo mismo sucederá con el caso Bygmalion. “El presidente Sarkozy, con quien acabo de hablar por teléfono, me ha pedido que recurramos la sentencia. Y eso haré inmediatamente”, ha dicho su abogado Thierry Herzog al salir de la audiencia.

Sombra alargada sobre la derecha republicana

Con su revelación en 2014, el caso Bygmalion acentuó las divisiones internas en la UMP. Evidenció la batalla soterrada entre Sarkozy y el entonces secretario general de este partido, Jean-François Copé, que compareció como testigo en este juicio. Los affaires de Sarkozy, pero también del expresidente Chirac y de François Fillon, candidato en 2017, lastraron la derecha republicana y aceleraron su decadencia. Los Republicanos (LR) solo obtuvieron el 8% de los votos en las europeas de 2019, aunque siguen siendo la formación con una mayor implantación local y regional.

Tras meses de dudas y especulaciones, este partido elegirá en un congreso a principios de diciembre a su candidato para las presidenciales de 2022. El favorito para ser escogido es Xavier Bertrand, presidente de la región Hauts-de-France (norte) y al que los sondeos conceden un 14% de los votos. “Presentará un recurso contra esta decisión, lo entiendo perfectamente. Espero que así se demuestra la verdad”, ha escrito en Twitter Bertrand, que ejerció como ministro durante el periodo sarkozista, sobre la condena a su mentor. Como él, la mayoría de barones de la derecha republicana se solidarizaron con el expresidente. Su sombra sobre el conservadurismo francés continúa siendo alargada.