Desabastecimiento en el Reino Unido

El Gobierno británico atribuye al pánico el desabastecimiento de combustible

Johnson rechaza la petición de los médicos británicos para que puedan abastecerse de combustible sin demoras

Cola de vehículos para repostar gasolina en una estación de servicio en Londres.

Cola de vehículos para repostar gasolina en una estación de servicio en Londres. / REUTERS / HENRY NICHOLLS

Begoña Arce

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La escasez de abastecimiento de carburante en el Reino Unido se prolongará aún varios días, pero la situación “mejora y “se está estabilizando” según palabras del primer ministro, Boris Johnson. en las primeras declaraciones desde que comenzó la crisis. “Estamos empezando a ver una mejora. Gente de la industria está diciendo que el suministro empieza a normalizarse”, afirmó. Johnson dijo “simpatizar con la gente” y “entender la frustración y furia”, de los que están teniendo que hacer largas colas en las gasolineras, pero pidió a los ciudadanos “que sigan con su vida normalmente y llenen el depósito normalmente cuando lo necesiten y las cosas van a comenzar a mejorar”.

Desde el Gobierno se ha venido insistiendo en que la crisis está siendo provocada por el pánico de los ciudadanos y no por la falta de camioneros. La fuerte demanda ha generado una subida de precios. El de la gasolina que se halla en su nivel más alto de los últimos ocho años. El Partido Laborista acusó al Gobierno de mala planificación y tratar de cargar la responsabilidad al público en una estrategia, que según el diputo Luke Pollard consiste en “negar el problema. No tener un plan para el problema. Echar la culpa al público del problema Echar la culpa a otros y después llamar al Ejército. Es completa incompetencia”

Despliegue insuficiente

Efectivos del Ejército, unos 150 hombres, están preparados para intervenir después de que el Gobierno solicitará formalmente su movilización. El martes las autoridades aún no habían dado lo la orden de sentar al volante a los soldados y Johnson no hizo ninguna referencia al asunto. El despliegue en todo caso, si llega a realizarse, es claramente insuficiente para atajar el desabastecimiento. La impresión es que el Gobierno está esperando que la situación se resuelva sola, cuando descienda a niveles normales el consumo. 

Su esperanza es que lo peor haya pasado antes del fin de semana. El próximo domingo comienza la conferencia anual del Partido Conservador. Es el momento de los discursos, los aplausos y las ovaciones para Johnson, mucho más popular entre la militancia ‘Tory’ que entre el resto de los británicos. El primer ministro no quiere que la puesta en escena se vea ensombrecida por las largas filas de coches tratando de llenar el depósito.   

La economía global de acuerdo con el primer ministro está aumentando enormemente la demanda de gas y de camioneros en todo el mundo. “Lo que quiero hacer es asegurar todos los preparativos necesarios para llegar a Navidad y más allá, no sólo en el suministro de gasolina, sino en todas las partes de la cadena de distribución”. Fuentes del sector confirmaron que por primera vez desde pasado el fin de semana la demanda de gasolina y diésel ha bajado, aunque aún se encuentra muy por encima de los niveles normales. 

Según cifras oficiales el martes había carburante en el 16% de las gasolineras del país. El ministro de Transportes Grant Shapps, también atisba “las primeras tentativas de estabilización de los depósitos en los surtidores, aunque eso aún no se refleja en las colas. Pero es la primera vez que vemos más combustible en las gasolineras”. 

Pacientes en peligro

Johnson rechazó la posibilidad de designar algunas gasolineras para uso exclusivo de sanitarios y trabajadores esenciales, porque “la situación está mejorando”. La Asociación de Médicos Británicos (BMA) ha advertido que la salud de los pacientes está en peligro por los problemas de abastecimiento de carburante. “No podemos esperar dos o tres horas en una cola para conseguir gasolina cuando tenemos pacientes que atender”, declaró a Times Radio el doctor David Wrigley, vicepresidente del consejo directivo de BMA. “Estamos en una situación crítica en la que no sabemos dónde puede conseguir combustible la sanidad pública (NHS) y los trabajadores sociales. Hace falta poner en marcha un plan”. Los sanitarios ya han tenido que cancelar citas de pacientes de cáncer y sesiones de hemodiálisis.

 El responsable de laborista de Sanidad, Jon Ashworth, advirtió en la BBC que hay vidas en peligro. “No podemos dejar abandonados a los pacientes desesperados y vulnerables sin el cuidado que merecen”.  Los sindicatos de la enseñanza y de prisiones, así como los asistentes sociales reclaman también un trato prioritario. Esa fue la opción que ya adoptó Tony Blair   durante la crisis de carburante del año 2000.