British Council cerrará varios centros por falta de financiación

El British Council, organismo que promueve la cultura británica en el extranjero, reconoció el jueves que tendrá que cerrar varios de sus centros culturales en todo el mundo por falta de recursos, después de haber tenido que cancelar clases y exámenes durante la pandemia.

"Debido al impacto del covid en nuestros ingresos comerciales, que antes utilizábamos para subvencionar nuestras oficinas en el extranjero, y a una caída general de nuestra financiación en comparación con niveles anteriores a la pandemia, nos enfrentamos a un importante déficit de financiación", explicó a la AFP un portavoz del British Council, importante herramienta para la influencia cultural británica en el mundo, que depende del ministerio de relaciones exteriores, el Foreign Office.

Como resultado, "tendremos que considerar en 20 países hacer nuestro trabajo a distancia o digitalmente", añadió, confirmando informaciones de la web Politico. La institución cerrará sus centros en Chile, Uruguay, Bélgica, Afganistán, Namibia, Sierra Leona y Sudán del Sur.

Así mismo, en los próximos dos años, prevé suprimir progresivamente su presencia en Bosnia-Herzegovina, Croacia, Kosovo, Malta, Montenegro, Macedonia del Norte, Eslovaquia, Eslovenia y Suiza. Los programas se ofrecerán a distancia desde los países vecinos.

Préstamos que debe devolver

Algunos de los aliados más cercanos del Reino Unido, como Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Estados Unidos, también se verán afectados por reducciones de efectivos en sus centros, pese al deseo del gobierno de reforzar los lazos con estos países tras el Brexit.

La financiación del British Council procede de los ingresos por clases de inglés, las subvenciones gubernamentales y la ayuda al desarrollo internacional.

Ante sus problemas de liquidez, el ejecutivo británico le concedió préstamos por un total de 245 millones de libras (340 millones de dólares, 287 millones de euros), que debe devolver antes del 31 de diciembre de 2021.

Debido al impacto económico de la pandemia, el primer ministro Boris Johnson recortó la ayuda al desarrollo británica en un tercio este año, provocando fuertes críticas entre sus propias filas conservadoras y recortes masivos en los presupuestos de numerosas organizaciones humanitarias.