Empieza el juicio contra dos de las principales figuras de la oposición bielorrusa

El juicio contra la activista y opositora bielorrusa Maria Kolésnikova ha comenzado este miércoles once meses después de que fuera detenida en el marco de las protestas que siguieron a las elecciones celebradas en agosto de 2020 y que dieron un nuevo mandato al presidente, Alexander Lukashenko. Ante el Tribunal Regional de Minsk se sienta también como acusado Maxim Znak. Ambos son miembros del Consejo Coordinador de la oposición, creado después de los comicios presidenciales, denunciadas como fraudulentas por la oposición

Los medios de comunicación han tenido acceso al tribunal, pero no los familiares. De ser hallados culpable, Kolésnikova y Znak, unas de las principales figuras de las protestas contra Lukashenko, podrían pasar 12 años en prisión. La Fiscalía les acusa de tratar de hacerse con el poder de forma ilegal y de encabezar una organización extremista. Sus seguidores, sin embargo, consideran que dichas acusaciones son absurdas.

"Me preparo intensamente y con mucho ánimo. Será interesante. Lástima que no lo podrá ver la gente. El juicio a puerta cerrada y nuestro aislamiento son la confirmación del miedo y la debilidad (del régimen)", citó hoy Kolésnikova el canal de Telegram de Víctor Babariko, otro dirigente opositor condenado a 14 años de cárcel en julio pasado.

"Banda de tramposos"

En una entrevista en prisión con el canal de televisión ruso Dozhd, la dirigente opositora indicó que varias veces le propusieron colaborar con la investigación y solicitar el indulto, algo a lo que se negó porque no se considera culpable.

"Son una banda de tramposos cobardes y arteros, no se puede confiar en ellos. Siempre mienten. No confíes, no temas, no pidas y ríe, ese es mi credo para comunicarme con ellos", dijo Kolésnikova.

El padre de la activista ha señalado en declaraciones a la cadena ARD que no espera "sorpresas" y que, por lo tanto, el veredicto "no será justo". También ha afirmado que han sido las acciones de su hija las que "la han llevado a prisión y a enfrentarse a un juicio", algo que considera "valiente" por su parte. "Es un acto heroico y un ejemplo para muchos", ha dicho.

Las autoridades bielorrusas trataron de sacar a Kolésnikova del país aproximadamente un mes después de que comenzaran las protestas, pero la activista rompió su pasaporte cuando se encontraba en la frontera con Ucrania para poder permanecer en el país.