Escándalo en el país andino

Reaparece desde la cárcel el polémico Montesinos para falsear las elecciones peruanas

El conocido como "monje negro" de Alberto Fujimori ha intentado sobornar a jueces para impedir la proclamación de Pedro Castillo como presidente y así beneficiar a la hija candidata del autócrata

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A1-115902148.jpg / JAIME RAZURI / AFP

Abel Gilbert

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Si algo le faltaba al agónico desenlace de las elecciones peruanas es la sorpresiva y fantasmal reaparición de Vladimiro Montesinos. El "monje negro" de Alberto Fujimori cumple su larga condena en la Base Naval del Callao. A los 76 años no ha perdido por completo su vocación conspirativa. A través de varios llamadas telefónicas ha intentado alterar los resultados de la segunda vuelta electoral -que dan la victoria al maestro rural Pedro Castillo- para beneficiar a Keiko Fujimori. La intervención de Montesinos no ha hecho más que hundir a la hija de la autócrata. Según una reciente encuesta de la consultora Ipsos, un 65% de los peruanos rechazan las acciones de la candidata de la derechista Fuerza Popular para impedir la proclamación de Castillo por el Jurado Nacional Electoral (JNE).

Montesinos fue el Rasputín de Perú después del autogolpe de Fujimori, en 1992, y hasta el cambio de siglo: su caída se precipitó al conocerse que filmaba a todos sus interlocutores: los vladivideos mostraron de manera descarnada la compra de voluntades políticas por parte del régimen. Esas revelaciones aceleraron luego la huida de Alberto Fujimori a Japón. Dos décadas más tarde no son las imágenes sino las grabaciones que incriminan a Montesinos, un excapitán del Ejército.

La historia no deja de tener un costado irónico. Montesinos .el tio Vladi, como le llamaba la familia Fujimori- había convertido al Servicio Nacional de Inteligencia (SIN) en una máquina de grabar conversaciones ajenas, ya sea interceptando teléfonos o a través de micrófonos ocultos en despachos. Al final, él fue grabado. La otra paradoja involucra a Fernando Olivera, el mismo que en setiembre de 2000 dio a conocer los vladivideos. A Olivera le toco días atrás filtrar las charlas de Montesinos, como si fuera una repetición de los hechos de hace dos décadas.

Un grupo de periodistas independientes ha podido confirmar que Montesinos se comunicó en al menso 17 oportunidades con Pedro Rojas, un operador del fujimorismo que estuvo muy vinculado al SIN mientras gobernó el autócrata. Apenas cinco llamadas no fueron contestadas.

El primer intercambio telefónico tuvo lugar cuatro días antes de la segunda vuelta electoral. El último, hace dos días. "Si hubiéramos hecho el trabajo que habíamos planteado ya no estaríamos en este problema de mierda", dice Montesinos, enterado de que la ventaja de Castillo es irremontable.

Ayudar a los Fujimori

Rojas escucha lo que le sugiere su jefe: sobornar jueces. "Con tres (miembros) es suficiente. Entonces sería bueno que lo localizaras para que pueda apoyar, tienes que echar un poco de gasolina (dinero). Tú me entiendes, ¿no?". Rojas le dice que sí. Y entonces Montesinos le propone que se contacte con el abogado Guillermo Sendón, con vínculos en el Poder Judicial. "Esa vaina (alterar el proceso electoral) te cuesta tres palos (millones de dólares). Un palo (millón) para cada uno… Primero te sale la resolución y después les pagas".

Montesinos se presenta como un samaritano. No tiene aspiraciones. "¿Yo qué gano ayudándolos? Nada. No me interesa y jamás voy a pedirles nada, simplemente estoy ayudando porque sino se embroman. La chica terminará presa y el otro señor se morirá ahí donde está, esa es la situación".  La "chica", claro, es Keiko Fujimori, la mujer de 41 años que ha intentado en tres oportunidades ser presidenta peruana. El "otro señor", es su padre, quien cumple prisión perpetua por su responsabilidad en delitos de lesa humanidad.

La candidata de Fuerza Popular enfrenta una causa por lavado de dinero que la puede poner entre rejas 30 años. El analista César Hildebrant ha sostenido que la intención de Keiko Fujimori de cruzar los límites de la ética política en estas elecciones está relacionado con el temor a ese escenario judicial.

La condición de preso de máxima seguridad no ha impedido que hayan salido a la luz los conversaciones y recomendaciones de Montesinos. El exministro del Interior, Wilfredo Pedraza, por las facilidades con las que hablaba. "Ahora habrá que saber las razones por las cuales el señor Montesinos hacía llamadas de esa naturaleza, desde el penal que se supone es el más seguro del país. De mi experiencia, la Marina de Guerra ha sido siempre muy impecable en el manejo de este penal. Me parece lamentable y penoso lo que ha sucedido", ha dicho el exministro del Interior, Wilfredo Pedraza. La Marina de Guerra ha informado que ha abierto una investigación.