La ultraderecha en Brasil

Dimite el polémico ministro de Medio Ambiente de Brasil

• Ricardo Salles es considerado el peor ministro de Medio Ambiente de la historia brasileña

• Su paso por el Gobierno de ultraderecha deja cifras aterradoras de destrucción en la Amazonía

Un incendio en la Amazonia brasileña.

Un incendio en la Amazonia brasileña. / Archivo

Abel Gilbert

Abel Gilbert

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ricardo Salles, el responsable de la política ambiental del Gobierno de ultraderecha de Brasil, abandonó su cargo después de más de dos años de una gestión repudiada dentro y fuera del país. Salles fue, al igual que Donald Trump, un acérrimo defensor de la retirada brasileña del Pacto de París. Si bien esa decisión nunca llegó a consumarse, su paso por el ministerio de Medio Ambiente ha dejado 10.129 kilómetros cuadrados deforestados entre 2018 y 2019, así como un aumento del 34% de la zona devastada en 2020. Solo en 2019 se registraron más de 30.000 incendios en el Amazonas. A su vez más de 5000 toneladas de petróleo se derramaron en más de mil lugares en 11 estados. El Pantanal, como se conoce el humedal tropical más grande del mundo, sufrió un deterioro de enormes pérdidas como consecuencia de incendios intencionados que quedaron fuera de control.

Salles alegó motivos personales para abandonar el Gobierno. Esta vez, el presidente Jair Bolsonaro no lo retuvo: su salida será bien vista por Estados Unidos, que cambió drásticamente su política ambiental desde la asunción de Joe Biden. La política de Salles le valió a Brasil más de un incidente internacional, uno de ellos con el presidente de Francia, Emmanuel Macron. Joaquim Pereira Leite, actual secretario de Amazonía y Servicios Ambientales, fue designado como su reemplazante.

El exministro no solo era un negacionista de los cambios climáticos: se jactaba de trasgredir las normas. Cuando estalló la pandemia, consideró que era el momento propicio para avanzar por la senda de la deforestación, al servicio del negocio agropecuario, porque "los medios están concentrados en el covid-19". A pesar del escándalo, Bolsonaro nunca pensó en echarlo.

Causas pendientes

El jefe de la Policía Federal y exsuperintendente de la agencia en Amazonas, Alexandre Saraiva, festejó la renuncia. Saraiva participó en diciembre pasado de la mayor incautación de madera conocida en Brasil. Salles criticó en su momento el operativo y levantó sospechas sobre la legalidad de la incautación. El policía lo denunció penalmente como parte de una organización criminal. Horas más tarde, fue destituido. Sin embargo, la presión sobre Salles aumentó en mayo pasado. El funcionario saliente es investigado por su presunta participación en el negocio ilegal de la madera en la Amazonía. A su vez, es objeto de otra investigación, autorizada por el Tribunal Supremo Federal, y que está relacionada con la obstaculización de las inspecciones ambientales.

Repercusiones

La salida de Salles fue celebrada con mucha cautela por dirigentes opositores, activistas ambientales e intelectuales. La dimisión, dijo la revista Carta Capital, trae "alivio" pero ninguna expectativa de cambios.  WWF Brasil recordó en ese sentido que la caída del "peor Ministro de Medio Ambiente de la historia" coincide con iniciativas parlamentarias que violan los derechos sobre la tierra de las comunidades originarias.

"Brasil ya no podía tener al frente del Ministerio de Medio Ambiente a alguien que, de forma intencionada y deliberada, actuaba en contra del propio ministerio y le estaba causando graves daños al país. Pero cambiar de ministro no garantiza que el Gobierno de Bolsonaro cambie", advirtió Greenpeace.

"No hay nada que celebrar con la salida de Salles: se va el verdugo, pero queda la política incendiaria", señaló en ese sentido el abogado Thiago Amparo. "Se equivocan quienes piensan que el negacionismo está encarnado solamente en Salles o incluso en Bolsonaro". Lo peor, a su criterio, son los intereses del agronegocio.