Jornadas maratonianas

Los empleados 'junior' de Goldman Sachs piden reducir la semana laboral a 80 horas

La media de horas que trabajan estos empleados asciende a un total de 105 horas semanales y del mismo modo, según indican, duermen solo 5 horas

Los analistas consideran que la pandemia ha empeorado el control horario y piden acabar la jornada como máximo a las nueve de la noche

Una etiqueta de Goldman Sachs, en la Bolsa de Nueva York.

Una etiqueta de Goldman Sachs, en la Bolsa de Nueva York. / BM/PSQ/MSF

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"Había momentos en que no comía, ni me duchaba ni hacía nada más que trabajar desde la mañana hasta pasada la medianoche". Con estas palabras resume su traumática experiencia laboral uno de los empleados 'junior' de Goldman Sachs cuya opinión, recogida en una encuesta interna anónima, ha sido filtrada en Twitter. "Esto va más allá del concepto de trabajo duro. Es inhumano, un abuso", se queja otro asalariado en el documento que han utilizado para pedir una reducción a 80 horas semanales a la dirección del grupo.

En la encuesta interna participaron unos 13 trabajadores de la escala más baja de este importante grupo de banca de inversión y de valores. La media de horas que trabajan estos empleados asciende a un total de 105 horas semanales y, según indican, duermen solo 5 horas sin tener tiempo para absolutamente nada más durante el día. Todos han asegurado que su vida personal y familiar se ha visto realmente afectada por las jornadas de hasta 20 horas diarias desarrolladas en condiciones "inhumanas". En las capturas del documento interno divulgadas en internet, los empleados encuestados piden dejar de trabajar hasta 120 horas semanales para pasar a unas 80 horas, que a pesar de que siguen suponiendo el doble de lo estipulado por ley, supondrían una mejora de sus condiciones de vida. Para muchos de ellos, según queda reflejado en la encuesta, las jornadas laborales empiezan cada día sobre las 9 de la mañana y se pueden alargar hasta las 5 de la madrugada de forma habitual.

Cuatro horas para todo lo que no es trabajo

"No es adecuado para mí trabajar entre 110 y 120 horas a lo largo de una semana. Las matemáticas son simples: eso solo te deja cuatro horas para dormir, comer o darse una ducha. Eso va más allá del trabajo duro, eso es inhumano", señala uno de los analistas citado en el informe. Otros banqueros se quejan del trato y estrés al que les someten los responsables más veteranos, así como la falta de sueño y el daño mental y físico que suponen estas condiciones de trabajo. La salud mental de los empleados de la encuesta pasó de una puntuación del 8,8 al 2,3 sobre 10 en el tiempo que han pasado trabajando para el banco y el 77% de ellos cree que ha sido "víctima de abuso profesional". El grupo, que ya fue objeto de críticas por sus condiciones laborales y la cultura empresarial tras el suicidio de un analista de 22 años, ha asegurado a medios estadounidenses que pondrán en marcha medidas para reducir la carga de trabajo, que se debe, en su opinión, al éxito y alto nivel de negocio de la entidad.

Los analistas consideran que la pandemia ha empeorado el control horario y piden no trabajar después de las nueve de la noche del viernes o durante el fin de semana sin que se les apruebe explícitamente el tiempo adicional. Ante ese panorama, los empleados, que reciben uno de los mejores sueldos de Estados Unidos, solicitan reducir su semana laboral a las 80 horas. "Sabía que el horario no sería de 9 de la mañana a 5 de la tarde, pero no sabía que sería de manera permanente de 9 de la mañana a 5 de la madrugada", se queja otro empleado en el informe filtrado. De media un banquero 'junior' de Goldman Sachs cobra un sueldo base de 116.000 euros al año a los que hay que añadir una o varias pagas extras de cerca de 80.000 euros, según el portal de empleo GlassDoor.

Los empleados de Goldman Sachs no recibieron bien las informaciones publicadas a comienzos de semana que indican que el consejero delegado de la entidad, David Salomon, ha estado llevando una vida de lujos y teletrabajando desde las Bahamas o desplazándose en el avión privado de la entidad, mientras otros empleados trabajan sin descanso desde casa por la pandemia. Goldman Sachs no es la única gran compañía con este tipo de reivindicaciones internas. Entre 2007 y 2010, una ola de suicidios en la compañía telefónica France Télécom abrió el debate sobre los efectos de algunos métodos de gestión de personal en la salud mental de los trabajadores y terminó con el juicio de siete de sus directivos.