Tensión Rusia-Occidente

Putin tiende la mano a la UE pese a la tensión por el 'caso Navalni'

De forma inesperada, el líder del Kremlin cambia el tono de las últimas recriminaciones hacia los Veintisiete e invita a la Unión a "desarrollar una agenda positiva"

En su primera conversación con Putin, Biden le advierte que su país actuará "con firmeza" ante las acciones de Rusia que puedan "dañar a EEUU o a sus aliados"

El único logro del primer contacto entre ambos presidentes ha sido la prolongación durante cinco años del tratado sobre armas nucleares de largo alcance

El presidente ruso, Vladimir Putin

El presidente ruso, Vladimir Putin / EP

Marc Marginedas

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En un momento en que se habla de recuperar los vínculos transatlánticos, el presidente de Rusia, Vladímir Putin parece intentar abrir una brecha entre Europa y EEUU. Durante una intervención por videoconferencia ante el Foro de Davos, de forma inesperada, el líder del Kremlin ha tendido la mano a la UE, adoptando un inusitado tono conciliador e invitando a los Veintisiete a desarrollar una "agenda positiva".

Por contra, horas antes, tras mantener el líder ruso un primer diálogo telefónico con el flamante presidente de EEUU, Joe Biden, el Kremlin ha emitido un diagnóstico más que sombrío sobre el futuro inmediato de las relaciones con Washington, y su propio portavoz ha admitido que aún no se daban "las condiciones para reiniciar los lazos".

"Europa Occidental y Rusia deberían estar juntas; la situación actual no es normal", ha destacado Putin en su discurso. En su opinión, el continente europeo debería "deshacerse de las fobias del pasado y entrar en una "fase positiva de relaciones". "Estamos preparados para ello", ha concluido.

Las palabras del presidente ruso constituyen un radical cambio de tono respecto las últimas declaraciones de altos cargos rusos dirigidas a la UE, repletas de recriminaciones debido al 'caso Navalni'. La UE había blandido en los últimos días la amenaza de nuevas sanciones debido al trato dispensado al opositor Alekséi Navalni y a los manifestantes que están saliendo a la calle en toda Rusia pidiendo su libertad.

A principios de febrero está prevista una visita a Moscú del alto representante para la política exterior de la UE, Josep Borrell, que se prevé de gran tensión, ya que elevará a la parte rusa el tema de los derechos humanos y el trato a la oposición en Rusia. Sin embargo, el Kremlin es muy consciente de que entre los Veintisiete, países como Italia o Chipre se han mostrado tradicionalmente más comprensivos con Rusia pese a los abusos cometidos, mermando el consenso necesario para la aprobación de sanciones.

Supuesta buena disposición

La supuesta buena disposición de Putin hacia Europa, en cambio, ha estado ausente en los primeros contactos del líder ruso con Joe Biden. Durante una conversación telefónica, el presidente estadounidense ha abordado temas que Donald Trump, su predecesor en el cargo, pasaba de puntillas en sus tratos con Moscú. Además de transmitir a su homólogo ruso el "firme apoyo a la soberanía de Ucrania", ha expresado su preocupación por "los actos (rusos) de pirateo" en EEUU, por "los informes de que Rusia paga recompensas" en Afganistán "a cambio de matar a soldados de EEUU", por "la interferencia (rusa) en las elecciones del 2020" y por "el envenenamiento" de Navalni.

Biden ha dejado "claro que EEUU actuaría con firmeza en respuesta a las acciones de Rusia que puedan dañar a EEUU o sus aliados", reza una nota de la Casa Blanca. Al término de la conversación, el propio Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, ha reconocido que de momento "no existen las condiciones para reiniciar los lazos" con EEUU.

El único logro del diálogo entre Putin y Biden ha sido la esperada prolongación, durante cinco años, del Tratado de Reducción de las Armas Estratégicas, conocido como START III, piedra angular del desarme mundial. La vigencia del pacto, que fija el número de armas nucleares de largo alcance de que pueden disponer los países firmantes, expiraba en nueve días.

En los últimos meses, con Donald Trump aún al frente de la Casa Blanca, las conversaciones se habían estancado debido a las exigencias estadounidensese de incluir a China. La posibilidad de una nueva carrera armamentística se veía como muy real, aunque la llegada de la nueva Administración ha desbloqueado las negociaciones, al retirar Washington dicha condición.