Estados Unidos

Biden propone una masiva inyección de liquidez para reflotar la economía

El presidente electo presenta un plan de 1.9 billones de dólares para controlar la pandemia y relanzar la actividad

El paquete de estímulo incluye medidas de corte social para reducir la desigualdad

El demócrata aspira a vacunar a 100 millones de personas durante los primeros 100 días de su mandato

Biden anuncia paquete de medidas económicas de 1,9 billones de dólares

Biden anuncia paquete de medidas económicas de 1,9 billones de dólares. En la foto, el presidente durante el anuncio de las medidas. /

Ricardo Mir de Francia

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El próximo miércoles Joe Biden tomará posesión de la presidencia de Estados Unidos en las peores circunstancias posibles, en medio de una pandemia devastadora, una economía que no levanta cabeza y un clima político envenenado que ha obligado a blindar las principales capitales del país ante la posibilidad de que se produzcan altercados por parte de los seguidores de Donald Trump. El demócrata, no obstante, llegará a la Casa Blanca con los deberes hechos, después de presentar el jueves un plan multimillonario para inyectar fondos de emergencia en la economía y poner orden en la gestión de la pandemia. Un rescate que incluye el pago directo de 1.600 dólares a los estadounidenses, así como la extensión de las ayudas a los parados y una moratoria contra los desahucios

“Es evidente que estamos ante una crisis económica de unas dimensiones insólitas en varias generaciones”, dijo el presidente electo para recalcar la urgencia del momento. “Tenemos que actuar y tenemos que actuar ahora”. Con una factura de 1.9 billones de dólares, el plan pretende cubrir las necesidades más inmediatas que ha generado la pandemia. Desde las carencias logísticas que están lastrando el inicio de la campaña de vacunación contra el covid-19, a los agujeros presupuestarios que enfrentan municipalidades y estados por el desplome de la recaudación fiscal o las necesidades del sistema educativo para reforzar la seguridad en los colegios y permitir que los alumnos vuelvan a clase tras nueve meses de clases virtuales en buena parte del país. En las próximas semanas lanzará un segundo plan más centrado en transformar la economía, la prometida transición verde, según anunció el jueves.

Este último paquete de estímulo, que Biden espera financiar mediante la emisión de deuda, se suma a los otros dos aprobados por el presidente saliente. El primero, de un coste superior a los dos billones de dólares y, el segundo, de 900.000 millones. La diferencia es que el plan demócrata tiene un carácter social más acentuado e incluye medidas para reducir la desigualdad. Una de ellas es el aumento del salario mínimo hasta los 15 dólares la hora, más del doble de su baremo actual. También contempla un incremento del 50% en las deducciones fiscales por niño y del 15% en la aportación a los cupones de comida que reciben lo más pobres. Por primera vez además los pagos directos de 1.600 dólares se entregarán también a los estadounidenses casados con inmigrantes indocumentados, hasta ahora excluidos de las ayudas. 

Reduction de la pobreza

De ponerse en marcha íntegramente, el plan reducirá el índice de pobreza desde el 12.5% actual hasta el 9%, según las estimaciones del Center on Poverty and Social Policy. Pero falta ver la recepción que recibirá en el Congreso, donde se espera que los republicanos recuperen la cantinela de la disciplina fiscal después de haber permitido sin pestañear que Trump engordase significativamente la deuda durante su presidencia, incluidos sus tres primeros años de expansión económica. Alguna de las medidas podrá aprobarlas con la mayoría simple que tiene su partido en las dos cámaras, pero otras como los fondos adicionales para la campaña de vacunación o las ayudas a los estados requerirán algunos votos republicanos. Es posible, por tanto, que el plan deba desgajarse para aprobarlo por partes. Biden lleva meses insistiendo en que es necesario controlar la pandemia como primer paso que la economía pueda recuperar un mínimo de normalidad. Una misión hercúlea para un país que este mismo jueves registró casi 4.000 muertos y 240.000 nuevos contagios, mientras sus autoridades advertían que, si nada cambia, la variante británica del virus, mucho más contagiosa, será en marzo la cepa predominante en EEUU.

Campaña de vacunación

Para recuperar el control, Biden ha propuesto 20.000 millones adicionales para acelerar la distribución de la vacuna y otros 50.000 para incrementar las pruebas de detección del virus. “La campaña de vacunación en EEUU ha sido hasta ahora un fracaso”, dijo Biden durante su discurso de máxima audiencia. Desde que comenzara hace más de un mes, se ha vacunado a 11 millones de personas, lejos de los 20 millones que Trump se propuso alcanzar antes de que acabara el año. 

Biden aspira a vacunar a 100 millones de estadounidenses en los primeros 100 días de su mandato y para conseguirlo quiere crear grandes centros de vacunación en todo el país, así como unidades móviles para llegar hasta las regiones más remotas. “Esta es una de las operaciones logísticas más complejas que hemos afrontado nunca como nación”, dijo el jueves.