Las ciudades evanescentes

Ramón Lobo: "La marcha de Trump de la Casa Blanca no significa el fin del populismo"

El periodista comparte sus pensamientos sobre los efectos del covid en la sociedad y el panorama mundial en su nuevo libro

Ramón Lobo, periodista y colaborador de El Periódico.

Ramón Lobo, periodista y colaborador de El Periódico. / JOAN CORTADELLAS

Begoña González

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El periodista y colaborador de El Periódico, reflexiona en su último libro 'Las ciudades evanescentes' (Ed. Península) sobre los efectos del covid-19 en una sociedad líquida y solitaria que rechaza la verdad y prefiere abrazar negacionismos populistas como el de Donald Trump.

En su libro habla de que la pandemia ha cambiado la sociedad y su forma de relacionarse ¿Cree que ocurre lo mismo con los países y sus relaciones diplomáticas? La pandemia nos ha puesto ante el espejo. Somos poca cosa y nos gastamos mucho dinero en armas para combatir enemigos que solo existen en la imaginación. Los cinco países que dirigen el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas junto a Alemania son los principales productores de armas y deberían dirigir la paz mundial, pero un minúsculo virus ha puesto todo patas arriba. Tenemos que sacar algo bueno, sobre todo en el caso de que los demócratas ganen Georgia porque así Biden tendría el control del senado. Es importante cambiar el relato de estos últimos cuatro años de mandato de Trump.

¿Cree que el covid ha forzado la marcha de Trump de la Casa Blanca? í. No entendió lo que pasaba y aplicó una política constante basada en la mentira, en el ataque personal y el insulto. Los estadounidenses tienen todos de alguna forma algún conocido afectado y las políticas del gobierno para hacer frente al virus no han existido. Se ha preocupado más por sí mismo, su reelección y su ego que por sus ciudadanos. Eso ha llevado a que le ganara, incluso, un mal candidato como el demócrata Joe Biden.

¿Cree que el orden mundial y los países líderes en la toma de decisiones seguirán siendo los mismos tras la pandemia? Los cinco grandes del Consejo de Seguridad y EEUU como potencia principal seguirán creciendo, pero probablemente la velocidad de crucero de China será mayor. Hasta ahora se esperaba que para 2050 el país asiático dominaría entre las potencias mundiales, pero podría ocurrir mucho antes.

"La velocidad de crucero de China cada vez será mayor"

¿En qué repercutirá este nuevo liderazgo chino a los demás países? Dependerá de cómo sea. Ningún cambio se da de forma pacífica, lo pero es distinto si hay una guerra o si se da de forma regional en el Mar de China, como la mayoría apunta y en la que los juegos ya dan a Estados Unidos como perdedor. Lo que está claro es que los chinos tienen una ventaja sobre el resto que es que no tienen prisa. Ellos tienen claro su objetivo y no les importa esperar 50 o 100 años para conseguirlo. Vienen de una dictadura comunista y siguen siendo una pero capitalista. La UE en todo esto debería aprovechar para encontrar su propia voz y su propio camino.

¿Esta aceleración del liderazgo chino abre la puerta a un autoritarismo en lugares donde estaba prácticamente desterrado a estas alturas? Uno de los grandes riesgos que afrontamos es la democracia autoritaria. China es claramente una dictadura en la que si sigues el juego es blanda e incluso puedes hacerte millonario, pero si no sigues el juego va a por ti. Si fuéramos conscientes de todo lo que llevamos en el teléfono, de la capacidad de que personas y organismos sepan todo de ti, tendríamos más cuidado. Pero si mañana una ley nos obligara a dar toda esta información por motivos sanitarios habría protestas en las calles. 

"No soportamos el éxito ni el fracaso, solo aceptamos la mediocridad"

¿Cree que este hecho ayudará a la gente a abrir los ojos y tomar consciencia de toda esta falta de libertad? No. La gran tragedia de nuestra época ,que ha salido a relucir ahora pero que viene de la crisis del 2008 o incluso de finales de los 80 con la época de la contra revolución conservadora, es que a esta sociedad no le interesa la verdad. Eso es un problema para periodistas y políticos serios, no para los aventureros como Trump y Bolsonaro, y genera una gran amenaza a la democracia. Es una especie de sociedad líquida que solo vive en el instante y a la que solo le importa el ‘like’ y el impacto y que busca la repetición para la aceptación. Ha desaparecido la verdad y el mérito. No soportamos el éxito ni el fracaso, solo aceptamos la mediocridad.

En este contexto en el que se desarrollará la sociedad líquida ¿se darán con más frecuencia problemas de relación como racismos y desconfianza? Sí. La marcha de Trump de la Casa Blanca no significa el final de los populismos. Está todo el caldo de cultivo ahí y en Estados Unidos está clarísimo. Estamos a la espera de ver cómo vuelve, si bajo un nueva mandato de Trump en el 2024 o de la mano de un nuevo político, con menos ego y más serio, que sería mucho más peligroso. Como en los años 30 cuando ascendieron los nacismos, la gente tiene miedo y no siente pertenencia, solo busca soluciones simples.