Lucha por la democracia

El activista hongkonés Joshua Wong, condenado a 13 meses y medio de prisión

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Adrián Foncillas

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El activista Joshua Wong, uno de los rostros más visibles de las protestas de Hong Kong, pasará en la cárcel los próximos 13 meses y medio tras haber sido sentenciado este mediodía por incitar y participar en una asamblea ilegal. Sus compañeros y también veinteañeros Ivan Lam y Agnes Chow han recibido condenas de siete y diez meses. Los castigos son relativamente tibios porque la ley contempla penas de hasta cinco años. A los activistas les ha beneficiado, por un lado, que se declarasen culpables antes de la fase oral y, por otra, que los hechos se produjeran antes de la entrada en vigor de la <strong>ley de seguridad</strong>, cocinada en Pekín, que prevé hasta la pena perpetua. 

El tribunal juzgó el asedio de más de 15 horas sobre la comisaría del distrito de Wanchai del pasado año. Este tipo de acciones fueron habituales durante los <strong>siete meses de violentas protestas</strong> que asolaron la <strong>excolonia</strong> y solían incluir el lanzamiento de huevos y piedras, las pintadas y los pequeños incendios en la entrada. Wong, que en un principio defendió su inocencia, fue convencido por sus letrados de que era más inteligente asumir la realidad. La Fiscalía le presentó como el líder de las protestas de aquella noche aportando grabaciones donde pide a las masas a través de un altavoz que llamen a más gente para "completar el asedio de la comisaría". Lam se reconoció culpable del cargo de incitación mientras que Chow asumió los de incitación y participación. El tribunal ha ordenado su envío de nuevo a la prisión, a la que habían entrado de forma preventiva el 23 de noviembre

Será la cuarta y más larga estancia carcelaria de Wong tras las anteriores que no excedieron los seis meses. Ya es, a sus escasos 24 años, un tipo forjado en la dureza de la prisión y en los días previos daba por descontado que volvería a ella. En los últimos días ha estado en confinamiento solitario después de que, según su versión, los aparatos de rayos X de la cárcel mostraran "una sombra" en su estómago. Las autoridades carcelarias no han aclarado el asunto. Tampoco la cárcel le es extraña a Lam.

La moderna Mulan

Inquieta más Agnes Chow, de 23 años y nueva en estas lides. La joven ha confesado esta semana sus serios problemas para dormir y sus temores por una hipotética pena de prisión. Chow es una mediática activista, muy activa en las campañas internacionales gracias a su fluidez en cantonés, inglés y japonés, que es  reivindicada por sus admiradores como una moderna Mulan, en referencia a la heroína de la literatura clásica china.  

Los tres condenados se habían iniciado en el activismo en aquella Revuelta de los Paraguas del 2014, que durante 79 días tomó las calles para reclamar el sufragio universal, antes de que el cansancio la extinguiera. Crearon después el partido político Demosisto para llevar sus reclamaciones al Legco o Parlamento insular y hubieron de desmantelarlo en las horas previas a la entrada en vigor de la ley de seguridad nacional. Esa normativa, que los críticos juzgan como el fin de la fórmula de "un país, dos sistemas" que blinda las libertades en la excolonia, prevé durísimas penas para los delitos de sedición, apoyo a la independencia o colaboración con fuerzas extranjeras.