RELEVO EN LA CASA BLANCA

Stacey Abrams, el sueño cumplido

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stacey abrams georgia / periodico

Idoya Noain

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Las grandes luchas nunca son individuales pero suelen tener líderes. En Estados Unidos, en la guerra contra la supresión de voto y por la educación y movilización de votantes, Stacey Abrams se ha reafirmado como un icono nacional.

La visión, determinación, inteligencia y capacidad organizativa de esta mujer de 46 años que en el 2018 estuvo a punto de convertirse en la primera gobernadora negra de EEUU han ayudado a que Joe Biden consiga imponerse en Georgia, un estado sureño con 16 votos en el colegio electoral que durante casi tres décadas ha sido un feudo republicano. Y la coalición multirracial y multigeneracional similar a la que se formó alrededor de Barack Obama ha sido vital también para que la pelea por los dos escaños en el Senado sea tan igualada que deba ir a una segunda vuelta.

Pase lo que pase en esa cita el 5 de enero, en la que se decidirá el control del Senado y con ello en buena parte la capacidad de Biden de formar su Gobierno y llevar a cabo su agendaAbrams ha conseguido no solo hacer de Georgia el estado por el que pasa el destino político inmediato del país, sino también la "punta de lanza" que muestra un camino de futuro para los progresistas en un país cambiado. Porque para ella “los aspectos demográficos no son el destino, son solo una oportunidad”.  Y ha sabido demostrar los frutos que da dejar de ignorar a la gente de color, a jóvenes, a pobres y a las comunidades rurales remotas.

Hija del sur

Abrams se define como una “hija del sur”, porque aunque nació en Wisconsin y estudió derecho en Yale (Connecticut) su vida se ha desarrollado sobre todo en Misisipí, Texas y Georgia. Lleva en las venas la lucha por los derechos civiles y ha dedicado las dos últimas décadas de su vida a poner el foco en uno de los capítulos que siguen abiertos en esa pelea: tratar de garantizar la democracia para todos y combatir la supresión de voto de minorías.

Antigua abogada fiscal (y escritora bajo pseudónimo de novelas románticas), peleó entre 2007 y 2017 cuando estuvo en la legislatura estatal, desde donde puso en marcha el New Georgia Project, en busca de garantizar el acceso a voto, proteger los derechos de los ciudadanos, animar a nuevos votantes, implicar a jóvenes, elevar la diversidad... Llevó a la práctica la lucha en 2018, cuando aspiró a ocupar el gobierno en Atlanta. Se quedó a solo 55.000 votos de los cuatro millones emitidos frente a Brian Kemp, hasta entonces secretario de Estado, un cargo desde el que se controlan las elecciones y en el que el republicano durante seis años había estado acometiendo tretas habituales de los conservadores como purgas de votantes del censo electoral.

Abrams nunca pronunció el discurso de concesión. No se dio por derrotada. Transformó New Georgia Project en Fair Fight. Y elevada ya a la escena nacional con señales como ser elegida para dar la respuesta al discurso sobre el estado de la Unión de Donald Trump en el 2019, Abrams reafirmó su fenomenal capacidad de recaudación y puso en las arcas del grupo más de 33 millones de dólares (recientemente bromeaba diciendo que se ha vuelto “una mendiga realmente buena”). El dinero se ha repartido para ayudar a demócratas en todo el país, pero el foco ha estado en Georgia, donde en dos años ha conseguido registrar a más de 800.000 votantes. El 49% eran menores de 30 años; el 45% no eran blancos.

"Visión holística"

Lo que Abrams tiene, según explicaba en un podcast de Hillary Clinton, es “una visión holística de qué es ser demócrata. No se trata solo de cómo ganar elecciones sino de corazones y mentes y sostenibilidad para que todos nos movamos en la misma dirección”, decía, sin que importe quién es el candidato o cuál la carrera.

Abrams, que se planteó lanzar su propia candidatura presidencial y que no ocultó su ambición de que Biden la escogiera como candidata a vicepresidenta, recuerda que lo logrado ahora ha sido “un esfuerzo de equipo”. En sus mensajes en redes sociales menciona a otras personas y grupos que han ayudado a volver azul Georgia, estado que intentará de nuevo gobernar en el 2022. Pero lo cierto es que el aplauso generalizado es para ella, y a ella se vuelven ahora las miradas, con la vista puesta en el 5 de enero, pero también más allá.

“Hacemos que suceda lo posible y podemos hacerlo en todo el país, en cada comunidad, en cada tema porque no pararemos”, ha dicho Abrams, cuya lucha está reflejada en el documental 'All in. The fight for democracy'. “No nos rendiremos, no cederemos, pero, más importante, soñaremos más grande de lo que ellos (los republicanos) creen que pueden albergar nuestra imaginación”.

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