Turbulencias en el Reino Unido

El Partido Laborista británico suspende a su exlíder Jeremy Corbyn

Jermy Corbyn, en Londres.

Jermy Corbyn, en Londres. / periodico

Begoña Arce

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El actual líder del Partido Laborista británico, Keir Starmer, ha suspendido de militancia a su predecesor, Jeremy Corbyn, y lo ha expulsado del grupo parlamentario. Starmer ha tomado tan implacable decisión después que Corbyn calificara de "enormemente exagerado por razones políticas" el antisemitismo denunciado en un informe demoledor sobre la forma en que, bajo su mandato al frente del partido (entre 2015 y 2020), afrontó las repetidas denuncias sobre ese problema en la formación. La negativa de Corbyn a retractarse ha llevado a su suspensión, "pendiente de investigación".

El golpe de Starmer marca distancias y puede reabrir una guerra civil en el laborismo, donde los corbynistas tienen aún importantes apoyos, especialmente en algunos sectores de la militancia y los sindicatos. El expulsado ha prometido "rebatir con fuerza la decisión política" de suspenderle.  

Acoso y discriminación ilegales

El informe a cargo de la Comisión Británica de Igualdad y Derechos Humanos (EHCR) ha estudiado incidentes y denuncias relacionadas con antisemitismo, que durante los años de Corbyn al frente del partido cubrieron de vergüenza al laborismo. El comité señala "actos ilegales de acoso y discriminación" sufridos por los denunciantes. El estudio subraya "graves fallos" y la falta de voluntad de Corbyn para atajar "una cultura de antisemitismo dentro del partido que, en el mejor de los casos, no se hizo lo suficiente para prevenir y, en el peor, podría entenderse que lo aceptaba". Los investigadores descubrieron también "un numero importante de denuncias relativas al antisemitismo que no han sido investigadas", particularmente en las redes sociales.

"Es duro leer este informe. Es un día vergonzoso para el Partido Laborista", declaró Starmer, quien en abril sucedió a Corbyn después de este sufriera una catastrófica derrota frente a los conservadores en las elecciones de diciembre del pasado año. Starmer prometió cumplir rápidamente todas las recomendaciones de la comisión que consideró "claras, justas y realizables". No fue esa la opinión de Corbyn, quien lejos de pedir disculpas o reconocer errores, rechazó el informe alegando que sus intentos de reformar el sistema, para responder a las quejas de antisemitismo, se toparon con "la obstrucción de la burocracia del partido".

Bajo protección

Más de 70 antiguos y actuales colaboradores, empleados y diputados laboristas testificaron ante la comisión, en una investigación impulsada por dos concejales que recopilaron un total de 800 pruebas sobre experiencias antisemitas en el partido. El ambiente estaba tan crispado que a los concejales laboristas, según el diario 'The Guardian', se les ofreció protección física, instrucciones contra ataques cibernéticos, consejo legal y ayuda psicológica durante un proceso que resultó para ellos muy traumático.