ORIENTE PRÓXIMO

Una infancia en ruinas en Yemen

El desolador entorno en el que siguen sus clases los niños de la ciudad de Taez, en Yemen.

El desolador entorno en el que siguen sus clases los niños de la ciudad de Taez, en Yemen. / periodico

El Periódico / AFP

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No es la vuelta al colegio que esperaban los niños de la ciudad de Taiz, en el suroeste de Yemen. Vigas que apenas se sostienen a sí mismas, paredes destreozadas y aulas a la intemperie porque los bombardeos han destrozado casi toda la fachada del edificio. Apenas se sostienen las estructuras básicas de la construcción, pero en un<strong> país devastado por el conflicto bélico que se remonta al 2014,</strong> eso ya es más que suficiente para retomar la rutina. 

El de estos niños es un nuevo ejercicio de supervivencia y de perseverancia en un entorno demasiado cruel incluso para un adulto. Ni ventanas, ni mesas, ni sillas. Solo escombros y ruinas en la escuela de Al Wehdah, siempre en riesgo de derrumbarse del todo. 

Alí Sultan, padre de un alumno, muestra a la AFP una pared en la que se lee en color rojo "peligro de minas". Esta escuela, destruida en parte por un bombardeo en el 2016, se encuentra en medio de un campo minado que ha sido limpiado para permitir el regreso de los alumnos de manera gradual.

"Tuvimos que tomar una decisión difícil: o los dejábamos en casa o tomábamos el riesgo de hacerlos estudiar bajo los escombros", asegura Sultan. "Pasamos momentos muy difíciles", remarca el padre del alumno haciendo referencia a los combates que tuvieron lugar en esta gran ciudad entre las fuerzas oficialistas y los rebeldes hutís, que no dudan en disparar contra cualquier objetivo para responder a los ataques.

Decisiones difíciles

Según el director de Educación de toda la provincia de Taiz, Abdel Wasseh Chaddad, solamente en la capital homónima "al menos 47 escuelas fueron destruidas totalmente en los combates". Chaddad se refiere también a la difícil decisión que debió tomar. Asegura haber sido obligado a cerrar las escuelas destruidas y a dirigir a los estudiantes hacia los lugares donde pudieran recibirlos, incluso si eso implicaba que algunos de ellos tuvieran que hacer varios kilómetros para llegar allí.

Sin tener un pizarrón, Jamila al Wafi escribe el tema de la clase en lápiz sobre una viga de soporte. "Tenemos 500 alumnos", asegura a la AFP Wafi, vestida de negro con el rostro cubierto por un niqab, aclarando que niños y niñas asisten a clases por separado.

"Pedimos al mundo entero y a los empresarios que salven esta escuela que puede derrumbarse en cualquier momento", implora. En el patio, los niños y las niñas se alinean en silencio mientras esperan para ingresar a las aulas o hacer deporte.

Auxilio de las oenegés

En todo Yemen, más de 2.500 escuelas quedaron sin funcionamiento el año pasado, según la ONU. De ellas, dos tercios resultaron dañadas por los ataques, un 27% cerradas y un 7% son utilizadas por el Ejército o como refugios para personas sin hogar. Dos de los siete millones de niños yemenís en edad escolar no están escolarizados, según la misma fuente.

La guerra en Yemen enfrenta a los <strong>rebeldes hutís, cercanos a Irán</strong> --que controlan Saná y gran parte del norte del país-- con el Gobierno, apoyado militarmente por una coalición liderada por Arabia Saudí. El conflicto se ha cobrado decenas de miles de vidas, en su mayoría civiles, según oenegés internacionales y ha provocado lo que la ONU ha descrito como la peor crisis humanitaria del mundo.

Alrededor de 3,3 millones de personas han tenido que partir y más de 24 millones --más del 80% de la población-- necesitan asistencia, según la ONU.