GOLPE DE ESTADO

Los militares toman el poder en Mali y prometen elecciones "en un plazo razonable"

El autodenominado Comité Nacional de Salvación Pública fuerza la dimisión del presidente, cierra las fronteras e impone un toque de queda nocturno

Un grupo de militares golpistas de Malí leen, este miércoles, un discurso en la televisión estatal.

Un grupo de militares golpistas de Malí leen, este miércoles, un discurso en la televisión estatal. / periodico

Agencias

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Incertidumbre en Mali después del golpe de Estado perpetrado el martes por la tarde por un grupo de militares que detuvieron al presidente del país, Ibrahim Boubacar Keita, y a su primer ministro, Boubou Cissé.

Los militares han presentado este miércoles un "Comité Nacional de Salvación del Pueblo" y, en un discurso televisado en la cadena estatal ORTM1, han asegurado que tienen intención de convocar elecciones "en un plazo razonable". El portavoz del citado comité, el teniente coronel Ismael Waghe, también ha anunciado el cierre de fronteras y la instauración de un toque de queda nocturno "hasta nueva orden".

En su alocución, los militares han realizado un llamamiento "a la sociedad civil y las fuerzas políticas y sociales" a unirse a ellos para "crear juntos las condiciones de una transición política civil que conduzca a elecciones creíbles", pero no han dado ningún plazo sobre su permanencia en el poder. "Nosotros, el Comité Nacional para la Salvación del Pueblo, hemos decidido asumir nuestra responsabilidad ante el pueblo y la historia para garantizar la continuidad del Estado y los servicios públicos", ha añadido Waghe.

Asimismo, los golpistas han tratado de tranquilizar a la comunidad internacional -que ha condenado unánimemente el golpe- y ha asegurado que los Acuerdo de Argel siguen vigentes, en referencia al tratado de paz del 2015 que sentó las bases de la reconciliación nacional aunque no ha servido para acabar con la violencia en el país africano. Asimismo, han recalcado que siguen considerando como "socios" a las distintas fuerzas internacionales desplegadas, entre ellas la MINUSMA de la ONU o la operación Barkhane de Francia para la restauración de la seguridad y la estabilidad.

Discurso de dimisión

Anoche, el saliente presidente de Mali presentó su dimisión y anunció la disolución del Parlamento y del Gobierno poco después de haber sido detenido por el grupo de militares rebeldes. "Me someto porque no quiero que se derrame sangre para mantenerme en el poder", dijo Keita en un mensaje televisado.

El golpe ha contado con un gran apoyo popular, a juzgar por las escenas festivas observadas en las calles de Bamako y los aplausos que la muchedumbre dedicaba a los ocnvoyes militares. Además, se ha producido sin derramamiento de sangre, pues rápidamente el grueso de las fuerzas armadas se puso del lado de los golpistas y no hubo enfrentamientos, salvo unos tiroteos aislados en la base de Kati, donde comenzó la asonada.

La actual crisis tiene lugar después de varias semanas convulsas como consecuencia del resultado de las elecciones parlamentarias celebradas en marzo y abril, cuyo resultado modificó el Tribunal Constitucional para beneficiar a Keita, lo que derivó en una cascada de protestas. A la inestabilidad política se suma la grave inseguridad provocada por las acciones de grupos yihadistas -en Mali hay filiales de Al Qaeda Estado Islámico- y la creciente violencia de carácter intracomunitario.

Un sector de la oposición, aglutinado en torno al influyente imán Mahmud Dicko, llevaba reclamando desde el pasado mes de junio la dimisión del presidente, a quien acusaban de la situación actual del país, castigado también por una dura crisis económica a la que se ha sumado la pandemia del coronavirus.

A pesar de ser el cuarto exportador mundial de oro, Mali es uno de los países más pobres del mundo. Según el Banco Mundial, la pobreza extrema afecta a más del 40% de su población y la esperanza de vida se sitúa en los 59 años.

Españoles "fuera de peligro"

La ministra de Asuntos Exteriores española, Arancha González Laya, ha asegurado que los militares y civiles españoles que se encuentran en Mali "están fuera de peligro". Tanto ella misma como la titular de Defensa, Margarita Robles, están en contacto con los militares destacados en este país, así como los responsables de oenegés españolas que trabajan en la región, y les han aconsejado "limitar sus movimientos".

En declaraciones a RNE, González Laya ha destacado que tanto España como la UE están centrando sus esfuerzos en resolver la crisis y que se pueda "retornar el poder a manos civiles cuanto antes".

Reacciones de repulsa

Hasta el momento, la reacción en la región y a nivel internacional ha sido de rechazo del golpe de Estado. Así, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) ya ha anunciado, horas antes de conocerse la postura de los golpistas, la suspensión de Mali y ha exigido la liberación de Keita y del resto de ministros detenidos.

Además de cerrar sus fronteras terrestres y áreas con el país, ha pedido la adopción "inmediata de sanciones contra los golpistas y sus socios y colaboradores" y ha acordado el envío de una "delegación de alto nivel para garantizar el retorno inmediato del orden constitucional". La CEDEAO ha venido mediando en la crisis política de los últimos meses.

También el G5 Sahel, la alianza regional de la que forma parte Mali junto a Mauritania, Níger, Chad y Burkina Faso y cuyo principal cometido es la lucha antiterrorista, ha condenado el golpe y defendido el orden constitucional en el país, además de reclamar la liberación del expresidente y otros altos cargos detenidos.

Los mandatarios de los otros cuatro estados miembro han instado a los malienses "a seguir la vía del diálogo pacífico para resolver los problemas internos actuales en el interés de su país así como en el de toda la subregión" y se han mostrado dispuestos ayudarles para una "solución pacífica a esta crisis de extrema gravedad".